Azucena Vieites, reintérprete de la cultura
La artista vasca construye una nueva forma de complicidad y conocimiento a partir de obras ajenas
Desde que Marcel Duchamp decidió que un urinario era una obra de arte, los conceptos de original y copia son términos inapropiados a la hora de hablar de arte contemporáneo. La televisión y, por supuesto, internet, ofrecen imágenes sin fin, listas para ser reinterpretadas por quien las contempla. Azucena Vieites (Hernani, 1967) ha jugado en toda su obra con la repetición de esos sacos de imágenes sin fin para documentar los temas que a ella le interesan. En su última propuesta, titulada Tableau vivant (2013) , que hasta el 22 de julio se puede ver en el Reina Sofía, Vieites ha vuelto a trabajar con la obra de otros para construir una nueva forma de complicidad y conocimiento.
La pieza consiste en un conjunto de serigrafías realizadas sobre fotografías y una serie de dibujos aparentemente básicos, trazados por la propia artista, y coloreados por un grupo de niños que participaron en un taller previo a la exposición. Esa aportación infantil le sirve a la artista para recuperar el concepto de cuadro viviente, una obra en la que los elementos que la componen tienen vida propia.
El tema, como otras muchas veces, trata del significado de la creación estética y el papel que ésta representa en el momento social y político en el que la obra de arte se desarrolla. Un vídeo con aires de pieza musical, completa la muestra.