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¿Hasta dónde pueden mojarse los grupos ecologistas en las elecciones? “No vamos a decir a la gente qué tiene que votar”

Todo el movimiento climático de España realiza un llamamiento para no retroceder en la lucha contra el calentamiento del planeta, sin citar a Vox o al PP

Lona desplegada por activistas de Greenpeace en Madrid el pasado 11 de julio.Foto: Diego Radamés (Europa Press) | Vídeo: EPV
Clemente Álvarez

A cinco días de las elecciones generales, todo el movimiento del activismo climático de España se unió este martes en una rueda de prensa en Madrid para realizar “un llamamiento a votar por el planeta”. En un gesto poco habitual, organizaciones tan distintas como Extinction Rebellion, Fridays for Future-Juventud por el Clima, Rebelión Científica, Asamblea Cívica por el Clima, Greenpeace, WWF, Seo/BirdLife, Ecologistas en Acción o Amigos de la Tierra, así como sindicatos y otros grupos sociales, se presentaron como un bloque para alertar a la ciudadanía española de los partidos negacionistas o retardistas que pueden suponer un retroceso en la lucha contra el cambio climático en un momento crucial. Eso sí, nadie citó directamente a Vox o al PP, ni a ninguna otra formación política.

Esto suele ser habitual en organizaciones ecologistas para hacer valer su independencia de cualquier corriente política. Sin embargo, algunas voces se preguntan sobre la idoneidad de este planteamiento en los últimos días. Sobre todo, después de la pancarta desplegada la semana pasada por Greenpeace en la Puerta de Alcalá de Madrid, en la que aparecían juntos los líderes de los cuatro principales partidos políticos, Pedro Sánchez (PSOE), Alberto Núñez Feijóo (PP), Yolanda Díaz (Sumar) y Santiago Abascal (Vox), con la frase: “¿El cambio climático os la suda?”. Una acción de protesta que levantó las iras del exvicepresidente Pablo Iglesias, por considerar que mostraba una equidistancia “repugnante” con partidos que se toman de forma muy diferente la emergencia climática.

Está clara la importancia de estas elecciones generales para la acción contra el cambio climático. Como incidió este martes en la presentación de un manifiesto conjunto apoyado por todas estas organizaciones Alberto Coronel, representante de Rebelión Científica, “no hay tiempo para cuatro años de políticas negacionistas o retardistas”. La misma advertencia expresada por Sofía Fernández, de Fridays for Future-Juventud por el Clima, que aseguró que “la próxima legislatura será crucial y no podemos permitirnos ni un paso atrás”. Y el mismo aviso que el dado por Eva Saldaña, directora de Greenpeace —que habló en nombre de las cinco organizaciones ecologistas más veteranas (SEO/Birdlife, WWF, Ecologistas en Acción, Amigos de la Tierra y la propia Greenpeace)—, que insistió en que todavía se puede “evitar muchísimo sufrimiento”.

A diferencia del resto, Saldaña llegó incluso a señalar a algunos partidos, pero sin citarlos. “Hay un partido clarísimamente negacionista y hay otro partido que es claramente retardista”, comentó la directora de Greenpeace, refiriéndose en primer lugar a Vox, y en segundo, al Partido Popular, tras el análisis de los distintos programas electorales realizado por la organización ecologista.

¿Hasta qué punto puede el movimiento climático posicionarse de forma partidista cuando es tanto lo que se juega en la acción climática en estas elecciones?

“En el caso de Greenpeace, no es lo mismo cuando actúa por su cuenta a cuando va en alianza con otros grupos, aquí había un acuerdo de mencionar el negacionismo, pero sin meternos en nombres de partidos”, precisa Saldaña después del acto conjunto, que defiende que su organización ha realizado una comparativa de los programas electorales justamente para visibilizar las diferencias de los partidos: “Tenemos a PSOE y a Sumar en la senda de la acción climática responsable, con mayor o menor ambición, con mayor o menor urgencia, pero bueno, está ahí y sus propuestas están en esa dirección. Y luego tenemos un partido como el PP, con propuestas claramente retardistas, y esto es una completa irresponsabilidad en el contexto en el que estamos viviendo, y un partido como Vox, claramente negacionista, y esto es completamente inmoral”. “Lo que no vamos a hacer es decir a la gente qué tiene que votar”, señala la directora de Greenpeace, que asegura que entre sus socios hay gente de distinto signo político y que la acción climática no puede depender solo de una parte de la ciudadanía.

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Sobre la pancarta, Saldaña considera que se consiguió el efecto buscado: obligar a los partidos a posicionarse sobre el cambio climático cuando en la campaña electoral no se estaba hablando nada de clima, “en un momento en el que están explotando los termómetros”. “Somos una organización de la sociedad civil y hemos preguntado de forma muy contundente a los partidos que ya gobiernan, sea a nivel autonómico o nacional, qué pasa con esto. La pancarta ha conseguido lo que buscábamos”.

La organización SEO/Birdlife también colgó una pancarta gigante en Madrid, pero en su caso sí evitaban siglas o caras de políticos. “A ver a qué pájaro votas”, era el mensaje de la lona, que indicaba que “no todas las propuestas políticas nos garantizan un planeta sano”. Como comenta la directora de SEO/Birdlife, Asunción Ruiz, “nuestra misión como organización de utilidad pública es facilitar la información a la sociedad”. “No podemos dar ni un paso atrás en los avances conseguidos para alcanzar una transición ecológica y social que España necesita”, incide la representante de esta organización no partidista, que rechaza también decir a los ciudadanos a quién deben votar.

Lona de la organización ecologista SEO/BirdLife en un edificio en Madrid, el pasado jueves.
Lona de la organización ecologista SEO/BirdLife en un edificio en Madrid, el pasado jueves. Kiko Huesca (EFE)

Este a veces difícil equilibrio para advertir a la ciudadanía sobre la agenda política de determinados partidos se ha dado también en países como Francia frente a la extrema derecha, en Estados Unidos con Donald Trump, o en Brasil con Jail Bolsonaro, actuando las organizaciones ecologistas de forma más o menos explícita a la hora de posicionarse. Como señala Agnès Delage, experta en historia política de la Universidad de Aix Marseille, “aunque la independencia política está en el ADN de las organizaciones ecologistas de Europa, dejar las cosas sin nombrar hace que se queden inacabadas”.

En este contexto, otro de los mensajes lanzados por el movimiento climático es la necesidad de avanzar en participación social para ir más allá de los partidos políticos o de unas elecciones generales cada cuatro años. Como explicó otra de las participantes, Nuria Borda, una de las españolas que participó en la Asamblea Ciudadana por el Clima y que ahora forma parte de la asociación Asamblea Cívica por el Clima, su experiencia justamente ha demostrado cómo personas escogidas por sorteo como muestra representativa de la sociedad española no tienen luego problema alguno en ponerse de acuerdo entre ellas para decidir políticas climáticas ambiciosas. Al contrario de lo que ocurre con la polarización provocada por el sistema de partidos. “Todos sabemos lo que está pasando con el clima”, señaló Borda. “Es justo que la ciudadanía tome parte”.

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Sobre la firma

Clemente Álvarez
Es el coordinador de la sección de Clima y Medio Ambiente de EL PAÍS y está especializado en información ambiental, cambio climático y energía. Ha trabajado para distintos medios en España y EE UU, como Univision, Soitu.es, la Huella en La2 de TVE... Fue también uno de los fundadores de la revista Ballena Blanca.

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