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El tráfico ilegal de animales aumenta un 55% en 2022: se incautaron 677 ejemplares de especies protegidas

Tortugas, reptiles, primates y felinos fueron los animales requisados por la Guardia Civil en el pasado año

Un agente de la Guardia Civil en las instalaciones de AAP Primadomus en Villena (Alicante), un centro de rescate y rehabilitación de mamíferos exóticos no domésticos.
Un agente de la Guardia Civil en las instalaciones de AAP Primadomus en Villena (Alicante), un centro de rescate y rehabilitación de mamíferos exóticos no domésticos.Joaquín de Haro
Ana Cristina Basantes

El Ministerio para la Transición Ecológica y la Guardia Civil han presentado este viernes los resultados de la Operación Thunder 2022, un operativo contra la tenencia y comercialización de fauna y flora protegida en España. Los datos son preocupantes: en todo el año se incautaron 667 ejemplares, lo que supone un aumento del 55% respecto a 2021, cuando se requisaron 436. El valor de los ejemplares decomisados alcanza los 600.000 euros.

El mayor número de especímenes decomisados en el operativo son tortugas, seguido de primates y felinos. El motivo detrás del aumento de las incautaciones es que hay una tendencia al alza del tráfico ilícito de especies, ha explicado este viernes el comandante de la Unidad Central Operativa de Medio Ambiente de la Jefatura del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), Carlos Toledano. Estas actividades, ha añadido, están vinculadas al crimen organizado. “Ambas se han unido y han empezado a cometer estos delitos porque hay un elevado nivel de lucro y el reproche penal es muy bajo”.

Algunos de los animales exóticos incautados son enviados luego a las instalaciones de AAP Primadomus en Villena (Alicante), un centro que trabaja para el rescate y la rehabilitación de mamíferos exóticos no domésticos. Cinco de los animales incautados en la Operación Thunder están en el centro. Todos son felinos y se encuentran en el área de cuarentena, un espacio donde los animales tienen controles médicos, rehabilitación motora (en el caso de que tengan dificultades para moverse) y los primeros contactos antes de comenzar con el proceso de socialización con otros individuos de su misma especie.

Uno de los casos más preocupantes es el de la pantera nebulosa (Neofelis nebulosa) que está en estas instalaciones de Villena. Tiene ocho meses y está totalmente ciega. El cuidador del área de cuarentena, Miguel García, cuenta que no saben con certeza desde cuándo ni la razón por la que no ve. Una de las posibilidades podría ser la mala alimentación a la que sus cuidadores la sometieron, explica García. “Es un escenario muy triste ver un animal tan pequeño con una ceguera irreversible”, lamenta. Pero este felino ha aprendido a moverse y sobrevivir en esas condiciones adversas.

Uno de los caracales, también conocidos como linces africanos, que habitan en el centro de recuperación.
Uno de los caracales, también conocidos como linces africanos, que habitan en el centro de recuperación.Joaquín de Haro

En el AAP Primadomus también hay varias especies de monos, que se alteran cuando ven acercarse a una persona y comienzan a aullar, arrojar piedras y ramas al aire. En el caso de los primates, al ser animales sociales, el proceso de reinserción a su hábitat es más complicado. Muchos viven en cautiverio y la falta de contacto con otros de su especie hace que pierdan sus capacidades de socialización. El cuidador de primates de Primadomus, Pedro Gutiérrez, cuenta que muchos de estos animales en los primeros años no han aprendido los principales comportamientos de sus grupos: “Cuando los ponemos juntos no saben cómo comportarse y tienen que aprender a socializar entre ellos”, explica.

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En medio del descampado enorme y verde de las instalaciones de Primadomus, aparece un león. Es Giovani, uno de los 39 felinos que habitan en el centro. No tiene melena y su rugido es tímido. Los cuidadores cuentan que sus antiguos dueños lo castraron y, como consecuencia, se quedó sin melena. Hace cuatro años fue rescatado de un circo en España y desde entonces vive en el centro junto a otros 110 animales. Tras una temporada en el centro, muchos de ellos son enviados a santuarios o refugios. Que vuelvan a su hábitat natural es casi imposible porque han pasado casi toda su vida en cautiverio.

Estas instalaciones han sido las elegidas este viernes para hacer públicos los datos de incautaciones llevadas a cabo por el Seprona y por el Servicio Fiscal y de Fronteras de la Guardia Civil. Las autoridades han informado de que han llevado a cabo más de 2.200 controles en recintos aduaneros, aeropuertos, puertos, núcleos zoológicos, establecimientos de taxidermia y anticuarios. En las inspecciones han detectado 202 infracciones administrativas. De esas, más de 100 están relacionadas con el Convenio Cites (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres) y 39 con el marco del Reglamento EUTR (Reglamento de la Madera, por sus siglas en inglés), que regula el comercio de maderas en Europa.

Entre los delitos más habituales están las irregularidades en la documentación, que prueba el origen legal de los especímenes, y la ausencia de permisos para la tenencia de determinados ejemplares. Además, las inspecciones han iniciado investigaciones penales, que han llevado a la detención de 77 personas por la supuesta comisión de infracciones penales relacionadas con el tráfico de especies protegidas.

Un macaco de berbería en el centro de recuperación de Villena.
Un macaco de berbería en el centro de recuperación de Villena. Joaquín de Haro

Varios de los detenidos están vinculados a la posesión y venta de especímenes incluidos en el convenio Cites. Mientras que otros han sido catalogados como delitos contra la flora y fauna por la venta de especies autóctonas protegidas. Entre las operaciones más destacadas está la incautación de 100 tortugas rusas (Testudo horsfieldii) por el Seprona de Barcelona. Esta especie está considerada vulnerable en el Libro Rojo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Además, se incautaron varios ejemplares de loros de cola gris (Psittacus erithacus), una especie “en peligro de extinción”, según la lista roja de la UICN, amenazada principalmente por las capturas para el tráfico ilegal como mascotas. En otra operación en Barcelona se decomisaron 14 piezas de marfil y, en otras provincias, 44 figuras de marfil de elefante intervenidas en una casa de subastas. Todas ellas, carentes de documentación Cites que demuestre su tenencia y comercialización legal.

La responsable de políticas públicas de Primadomus, Marta Merchán, destaca que la conciencia es básica para frenar el tráfico de especies. “Son animales exóticos, salvajes, que muchas veces han sido capturados en su medio natural”. Merchán explica que centros de rescate como este son una solución parcial a un problema que debe resolverse de la mano de otras medidas como mejoras legislativas que protejan a los animales.

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Ana Cristina Basantes
Periodista de la sección de Sociedad. Comenzó su carrera en Ecuador, donde cubrió derechos humanos, género y migración. Ha escrito sobre medio ambiente y pueblos y nacionalidades indígenas en el medio 'Mongabay Latam'. Licenciada en Comunicación en Prensa Radio y TV y máster en Periodismo UAM- EL PAÍS. Premio Roche 2021 con 'Huir Migrar y Parir'.

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