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Hachas, niños y asesinatos bajo césped artificial: así es la necrópolis monumental más antigua de España

Un complejo funerario descubierto bajo un campo de hockey en Cádiz retrata las primeras sociedades complejas de la península Ibérica hace 6.200 años

Necropolis San Fernando (Cádiz)
Algunos de los enterramientos hallados en la necrópolis del campo de hockey, en San Fernando (Cádiz).E. V.
Nuño Domínguez

El análisis más completo de 53 tumbas prehistóricas halladas en el subsuelo de lo que hoy es un campo de hockey en San Fernando (Cádiz) acaba de abrir una puerta excepcional para entender cómo eran las primeras sociedades complejas de la península ibérica hace 6.200 años.

En 2007, las excavadoras que removían el terreno para levantar el estadio municipal Pablo Negre se toparon con huesos humanos. La intervención arqueológica de urgencia rescató más de 60 cadáveres, algunos hallados junto a ajuares funerarios y dentro de tumbas levantadas con grandes losas de piedra. Se excavó solo una mitad de la necrópolis, la otra quedó para siempre bajo las instalaciones deportivas. Desde entonces se conoce este lugar como la necrópolis del campo de hockey, aunque no hay ni una señal que explique lo que hay debajo del césped artificial, asegura Eduardo Vijande, investigador de la Universidad de Cádiz.

Este arqueólogo lidera ahora la publicación del estudio más detallado de los restos hallados en este lugar. Las 20 dataciones de carbono, 15 de ellas hechas directamente sobre los huesos de los muertos, confirman que es la necrópolis con grandes estructuras funerarias más antigua de toda la península Ibérica.

El trabajo certifica que fue utilizada a lo largo de tres siglos y pueden observarse claramente dos épocas. La primera abarcó un siglo y a ella pertenecen los enterramientos más grandes y elaborados: túmulos hechos con grandes losas de piedra que quedaban completamente sellados tras el enterramiento. Estas construcciones tienen una importancia enorme para entender el origen de las construcciones mortuorias megalíticas que siglos después llegarían a su esplendor con monumentos como el dolmen de Antequera, coronado por una enorme piedra rectangular de 170 toneladas que los canteros de la época trajeron de un punto a dos kilómetros de distancia.

¿Quiénes eran estos primeros constructores? Los análisis del ADN de seis de los cadáveres arrojan algunas pistas. Por aquella época San Fernando era una isla. Esta comunidad vivía sobre todo de la agricultura y la pesca. Pero uno de los individuos de los que se ha podido extraer ADN es una mujer cuyos padres eran descendientes directos de tribus nómadas de cazadores y recolectores que habitaban esta región antes de que llegasen los primeros agricultores sedentarios desde Oriente Próximo con su nuevo modo de vida. “Esto quiere decir que 1.000 años después de que la agricultura comenzase en esta parte de la Península aún quedaban descendientes más o menos directos de cazadores y recolectores; lo que a su vez nos muestra que durante mucho tiempo ambos mundos cohabitaron”, explica Vijande.

El ADN de uno de los dos niños analizados destapa uno de los casos de endogamia más antiguos conocidos en España. Sus padres eran probablemente primos hermanos. El genetista del CSIC Carles Lalueza-Fox, autor del libro Historia genética de la desigualdad, editado en inglés por el MIT, resalta: “En otros yacimientos megalíticos europeos se han encontrado individuos con señales genéticas de endogamia, en algunos casos de incesto”. “Junto con la presencia de bienes de prestigio como los que se encuentran en algunas tumbas de la necrópolis del campo de hockey, esto sugiere una relación entre el megalitismo y el surgimiento de sociedades jerarquizadas”, opina. Es posible que ese niño perteneciese ya a una clase gobernante que ya comenzaba a condenarse por la consanguinidad de sus padres. “La endogamia puede ser señal de jerarquía social, como sucede en casos extremos como los faraones de Egipto o los Austrias en España, que no se casaban con nadie fuera de la familia”, destaca el investigador.

Muchos de los cadáveres de este complejo funerario llevaban al cuello collares de conchas, mientras que unos pocos los portaban de ámbar. El análisis químico de estas joyas hechas de resina fosilizada muestra que el material provenía de Sicilia, otra isla a casi 2.000 kilómetros, lo que demuestra que ya hace 6.200 años había un intenso comercio marítimo. Otro cadáver tenía a su lado un hacha de piedra de silimanita verde que nunca se había usado; una clara ofrenda mortuoria. El análisis muestra que la piedra se trajo desde Segovia. En la tumba más grande y llena de riquezas se hallaron los cadáveres de dos hombres cuyos cráneos están perforados por un objeto punzante, un claro caso de asesinato cuyas causas se desconocen, pero que pudo deberse a una lucha por el poder.

Uno de los cadáveres hallados en una de las tumbas más ricas, con un colgante de ámbar cerca del cuello.
Uno de los cadáveres hallados en una de las tumbas más ricas, con un colgante de ámbar cerca del cuello.E. V.

Nadie sabe por qué los humanos de esta época empezaron a construir tumbas cada vez más monumentales. Las del campo de hockey son monofásicas: se abrían y cerraban solo una vez. En épocas posteriores, los mausoleos empiezan a tener pasillos a los que se accede en diferentes épocas para inhumar a los miembros de un clan. “Algunos investigadores mantienen que este tipo de tumbas eran una forma de decir: esta tierra es mía y de mis ancestros”, explica Vijande. No existe nada similar en las poblaciones anteriores a la agricultura, que eran grupos más pequeños y nómadas, sin un hogar permanente y, probablemente, sin un sentido tan acusado de la propiedad privada.

Pasado el primer siglo, los habitantes de la isla de San Fernando dejaron de levantar tumbas de piedra. Los sepelios se convierten en simples fosas excavadas en la tierra. ¿Qué les hizo cambiar de tradición? Es posible que fuera el comienzo de la decadencia de este pueblo, que fue abandonado dos siglos después. La última tumba que dejaron sus habitantes sigue despertando ternura pasados seis milenios. En ella enterraron a un hombre y una mujer abrazados y mirándose, una imagen que dio la vuelta al mundo.

Uno de los enterramientos más elaborados de la necrópolis del campo de hockey, en Cádiz.
Uno de los enterramientos más elaborados de la necrópolis del campo de hockey, en Cádiz.E. V.

Los investigadores siguen analizando todo el material rescatado del campo de hockey. Su próximo objetivo es analizar huesos y dientes para conocer la dieta de estas gentes. “Queremos determinar si comían lo mismo los niños y los adultos, la gente enterrada en tumbas con ajuares de prestigio y los que están en simples fosas”, resalta. Posiblemente, esos datos digan algo sobre el germen de la desigualdad.

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Sobre la firma

Nuño Domínguez
Nuño Domínguez es cofundador de Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo Científico por la Universidad de Boston (EE UU). Antes de EL PAÍS trabajó en medios como Público, El Mundo, La Voz de Galicia o la Agencia Efe.

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