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Una obra real de Monet en su mundo virtual

El centro Ideal añade a su muestra inmersiva una pintura nunca expuesta del impresionista

Dos personas observan el cuadro nunca visto de Claude Monet, en el centro Ideal.
Dos personas observan el cuadro nunca visto de Claude Monet, en el centro Ideal. ALDO NICOLAI

La compra de una entrada de la exposición Monet: la experiencia inmersiva tiene ahora una doble recompensa: poder ver la obra virtual del pintor impresionista y, durante casi tres meses, una real. El Ideal Centre d’Arts Digitals añade a su muestra interactiva una pintura del artista francés, cedida por un coleccionista privado y que por primera vez se exhibe al público, en Barcelona. La noticia sorprende al propio director del Ideal, Jordi Sellas, que relata que todo comenzó cuando el propietario de la pintura visitó el proyecto y les ofreció el préstamo gratuito de la pieza. “Es la puerta de entrada perfecta a la experiencia, una obra original”, señala.

Lo complicado llegó tras aceptar; adecuar un edificio que no es un museo como sí lo fuese e invertir en medidas de seguridad. Ahora, a disfrutar.

El misterioso lienzo se titula Estudio de ninfeas y podrá visitarse hasta el 27 de abril. Es un óleo sobre tela pintado por Claude Monet (París, 1840-Giverny, 1926) que forma parte de la etapa en la que plasmó, casi dos décadas y media, los nenúfares de su jardín en Giverny, según explicó la comisaria de la exposición Anna Pou. El cuadro, fechado entre 1910 y 1915, fue subastado por Michel, uno de los hijos del artista, y Pou explica que es una continuación del periodo en el que se dedicó a dibujar la profundidad del estanque, el reflejo del cielo y el movimiento de las plantas en sus paisajes de agua.

“La pieza está recortada. Es decir, formaba parte de un lienzo más grande que el mismo pintor pudo haber recortado para dividirlo en varias obras”, asegura Pou. Otros escenarios que propone es que lo separase para quitar una parte dañada o que dejase incompleto el lateral derecho a fin de conectarlo con otra tela. Algo similar a lo que Monet realizó en la serie Grandes Decorations (iniciada en 1914), que cedió al Estado francés en conmemoración de la victoria aliada en la I Guerra Mundial, y que se exhibe en el museo de l'Orangerie de París. Por ese motivo, y por el periodo al que pertenece el cuadro, la responsable de la exposición plantea la posibilidad de que Estudio de ninfeas tenga relación con los paneles de l’Orangerie.

El edificio del centro Ideal entre 1917 y 1984 fue un cine; después plató de televisión. El 25 de octubre reabrió sus puertas como un nuevo espacio para las artes digitales gestionado por las entidades Layers of Reality, Minoria Absoluta y Magma Cultura. Aunque su metamorfosis parece no haber llegado a su fin. Durante dos meses se ha adaptado una sala para el lienzo que ahora funciona como una antesala de la muestra inmersiva. La obra se exhibe en el interior de una vitrina construida especialmente e iluminada con una luz tenue en contrapicada, situada en el centro de la sala. Hasta ahora en manos de una colección privada, es la segunda obra del pintor de la que se tiene conocimiento en Cataluña, la otra se encuentra en el Museo de Montserrat, según explican los responsables de la muestra.

80.000 entradas venidas

Monet ya soñó hace 100 años con sumergir a los espectadores en los nenúfares de su jardín. El Ideal Centre d'Arts Digitals va unos pasos más allá y con la ayuda de la tecnología ofrece una exposición multisensorial que mezcla la cultura digital con el arte. La atracción principal de Monet, la experiencia inmersiva es un audiovisual de 35 minutos que se proyecta en las paredes y el suelo de una sala de unos 1000 metros cuadrados. El recorrido muestra sus pinturas desde el París de la Belle Époque, hasta los acantilados de Normandía y los paisajes de Noruega, Holanda y Bretaña, pasando por el río Támesis con el Parlamento de Londres de fondo.
Además, los espectadores pueden caminar por las obras del artista impresionista y meterse dentro de su mundo a través de los espacios más emblemáticos donde vivió, con la ayuda de unas gafas de realidad virtual. La exposición abrió sus puertas a finales de octubre y se podrá visitar hasta el próximo 27 de abril, con la novedad del cuadro presentado. La iniciativa es apta para todos los públicos y ya ha superado las 80.000 entradas vendidas. El coste oscila entre los 9 y los 16,5 euros.
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