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Las familias de las víctimas del Cash Record están “desesperadas” y se plantean encararse en Burgos con el que creen sospechoso

La investigación sigue en punto muerto a poco más de un mes de que expire la prórroga de la instrucción

Familiares de las víctimas del crimen de O Ceao, con las fotos de los asesinados, en 2011.
Familiares de las víctimas del crimen de O Ceao, con las fotos de los asesinados, en 2011.pedro agrelo

Las familias de los dos asesinados en el conocido como doble crimen del Cash Record, caso sin resolver desde 1994, no descartan viajar a Burgos para “ponerle cara” al principal sospechoso para ellos, que es un empresario de hostelería que tenía un negocio en Lugo y ahora en la ciudad castellana. La hermana de la cajera abatida a tiros, Elena López, junto al reponedor, Esteban Carballedo, y que halló los cadáveres en la nave del Ceao, ha confirmado que quien para ellos es el principal “sospechoso” tiene un nuevo local de hostelería. “Me gustaría ponerle cara, y mirarlo a los ojos para ver lo que me dice. Supongo que no me dirá nada pero que sepa que estamos ahí y que vamos a seguir luchando por eso. No le tengo miedo ni a él, ni a nadie”, reta.

Dicho esto, Isabel López “no” descarta ir hasta Burgos, que estará en función “de cómo se desarrollen los acontecimientos, y así actuaremos nosotros (por las familias) también”. Sobre el empresario, deduce la hermana de una de las víctimas que “tiene todo muy amarrado y de momento no nos admiten que venga a declarar a Lugo. “Mantenemos la idea de que es el responsable y lo que se hace es encubrirlo. Eso lo tenemos claro”, reprocha. Y es que la investigación sigue “como estaba”, prácticamente en punto muerto a poco más de un mes de que expire la prorroga para seguir o cerrar dicha instrucción, en concreto el cinco de diciembre, camino ya de los 25 años desde que eran abatidos a tiros Elena y Estebán.

El abogado de las familias ha requerido del juzgado que se tomé declaración a dos guardias civiles y al testigo de un coche “blanco” que se encontraba en la zona, el 30 de abril de 1994. Isabel López no acaba de entender como ese coche “desapareció, no sé sabe donde esta”. “Se supone que le hicieron una inspección ocular pero no hay resultados de esa inspección. Ese coche en algún sitio tiene que estar y de alguna persona tiene que ser”, clama.

La hermana de Elena ha confesado que las familias están “desesperadas”, aunque pretenden “mantener la calma y la paciencia con la fiscalía y con el juez”. Confía en “tocar la fibra sensible” de la fiscalía para que este caso no acabé archivado de forma definitiva, sin encontrar al culpable de este doble crimen

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