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Jacint Verdaguer, el regreso

La fundación del autor publicará su obra, cuya edición crítica deja Grup 62

Jacint Verdaguer.
Jacint Verdaguer.

Es más fácil hoy encontrar una calle dedicada a Jacint Verdaguer (la mitad de los municipios de Cataluña tiene una) que una edición actual de alguna de sus obras en las librerías. Y mucho menos una edición crítica y anotada de la creación de uno de los pilares de la lengua y la literatura catalana, labor que inició en 1995 la editorial Eumo de Vic que, apenas dos años después de incorporarse al Grup 62, el conglomerado editorial en catalán del grupo Planeta, ha decidido ahora abandonar esa colección. Ante ello, la fundación del autor ha creado un sello propio, Verdaguer Edicions, para “preservar y editar la obra de y sobre mossèn Cinto, para que sea leído y pueda verse tanto en las librerías como en la red”, apunta Carme Torrents, directora de la Fundació Jacint Verdaguer.

“Igual que gestionamos su patrimonio material como el museo, donde ya editamos algunas publicaciones, gestionaremos su patrimonio literario”, apunta la directora, conscientes de que no es fácil hoy mantener la marca Verdaguer, de modestas ventas, en el cada vez más exigente en lo económico mercado del libro. “La transformación de la industria editorial se puede permitir que determinados autores centrales de la cultura catalana queden totalmente desatendidos y dejen de circular; ¿quién protege ahora la literatura como en su momento hicieran Francesc Matheu o Josep Maria de Casacuberta”, lamenta Torrents, citando a dos de los históricos y grandes editores de la obra de mossèn Cinto, desde La Il·lustració Catalana y Barcino, respectivamente.

Esa falta de rentabilidad económica es uno de los argumentos esgrimidos desde Grup 62 para abandonar la edición crítica que realizaba Eumo de un autor cuya obra supera los 40 títulos. “Un proyecto así de obras completas y anotadas, de ventas escasas que pueden ser de sólo 200 ejemplares en muchos títulos, es difícil de encajar hoy entre los programas editoriales de una gran grupo”, admiten fuentes próximas a Grup 62, que exponen también el bajo ritmo de publicación —un título cada tres o cuatro años— como obstáculo.

Un negocio discutible

Cuando en marzo de 2011 se supo de la entrada de Grup 62 en el accionariado de Eumo, desde la Fundación Universitaria Balmes —gestora de la Universidad de Vic y propietaria entonces al 100% de Eumo—, se alardeó de que la participación de la edición catalana del Grupo Planeta sólo fuera del 50% precisamente para poder controlar su catálogo y preservar su prestigio académico. La decisión ahora de Grup 62 de abandonar la edición completa y crítica de las obras de Verdaguer pone en entredicho ese objetivo y plantea si la entrada de Grup 62 sólo ha servido para ceder aquello que de más comercial para el gran público tenía su catálogo. La operación se hizo para aliviar la tensión financiera de la propia universidad y de Eumo (atrapada por la caída de la distribuidora Arc de Berà), pero ahora, es la universidad la que carga con los proyectos menos rentables.

Así parece demostrarlo la crítica situación por la que atraviesan tres históricas revistas que están ahora ya solo bajo la égida de la universidad de Osona. Son los casos de la ya mítica cabecera de poesía Reduccions (1977); Cota Zero, de arqueología y ciencia nacida en 1985 y que podría recalar en otra universidad, y Suports, dedicada a la educación especial, también con futuro muy incierto.

Para contrarrestar, y con el guiño de que se cumple el centenarios de la magna edición popular que lanzara en 1913 La Il·lustració Catalana (27 volúmenes de bolsillo que se vendían entre 40 y 60 céntimos), Verdaguer Edicions arranca con dos líneas editoriales. La primera, la de la obra completa (con el texto establecido y anotado por reputados estudiosos de la Societat Verdaguer y la Cátedra de Estudios Literarios de la Universitat de Vic), empieza ofreciendo la edición digital de cinco de los ocho volúmenes ya editados en papel en la etapa de Eumo (Dos màrtirs de ma patria, o sia Llucià i Marcià; L'Atlàntida, Pàtria, Barcelona y Sant Francesc), al precio de 7,99 euros. En razón, a lo sumo, de un par de títulos al año, irán apareciendo sólo en digital los que ya salieron en Eumo (caso de, por ejemplo, Montserrat), para ir luego lanzándolos el resto de la obra completa anotada en doble edición papel-libro electrónico.

El primero ya con doble presentación llegará este mismo noviembre con La Pomerola. Primavera, a cargo de Ricard Torrents i Maria Àngels Verdaguer, poema mayor del autor de Canigó, que nunca había aparecido en libro y que el escritor presentó a los Juegos Florales de 1896 donde no quedó ni registrado, fruto del manto de silencio y polémica que cubría entonces al cura por sus peleas con el marqués de Comillas y la jerarquía eclesiástica.

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Ya el año próximo aparecerá Al Cel, libro ahora más conocido porque algunos de sus versos han sido musicados por Roger Mas en su disco Cançons tel·lúriques. “En la casa-museo nos piden ahora si tenemos esos versos, igual que con En defensa pròpia, texto con el que se basó el ensayo de cadena humana que se hizo en Vic en agosto para la pasada Diada”, apunta Carme Torrents para demostrar que se puede hacer de Verdaguer un autor actual.

Quizá envalentonados por ello, Verdaguer Edicions tendrá una segunda línea editorial, Univers Verdaguer, ésta sólo en papel y que la directora de la Fundación define como “miradas contemporáneas a la obra del escritor”. Arrancará en 2014 con un oteador de lujo, la del “verdaguerófilo”, el poeta Enric Casasses, que comenta los apuntes de Verdaguer en sus llamados cuadernos de exorcismo: lo que le decían los demonios (Dimonis de Jacint Verdaguer. Els apunts de la casa d'oració). Ya para 2015 será Verdaguer a l'Aneto. Ascensió de 1882, donde el biólogo y viajero Bernat Gasull desvela los enigmas que envolvían esa travesía gracias al análisis de la vegetación y repasando las notas y rondallas del propio mossèn Cinto.

En Verdaguer Edicions --que gestionarán los derechos tanto de la edición crítica como de la digital— son conscientes de los tiempos, por ello no publicarán más de tres títulos al año, en tiradas que en papel no sobrepasarán el millar de ejemplares. La dificultad de encontrarse con ediciones de uno de los poetas catalanes más populares en las librerías contrasta, por ejemplo, con la próxima aparición en 2015 de Canigó en EE UU bajo el sello de la University of Chicago Press, en una prestigiosa colección de clásicos universales que hace pocos años ya recogiera una gran antología. Verdaguer Ediciones mantendrá el mismo diseño de portada, con un barco que dibujó el propio poeta. Casi de manera imperceptible, en cada portada el barco avanza. Ahora, podrá seguir navegando.

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