‘Peregrino transparente’, no se pierdan este viaje

En este caleidoscopio que nos regala Juan Cárdenas (Popayán, Colombia, 1978) hay tantos pedacitos de cristal y maneras de enfocar que, una vez leída Peregrino transparente, uno se queda horas y horas pensando, rumiando y dándole vueltas a un montón de cosas y maneras de mirar. Sí, esta es ese tipo de novelas, así que no se la pierdan.

Puestos a divagar, no deja de ser curiosa e inteligente la manera en que una serie de hombres han decidido escribir no desde un ahora y un ya en el que resulta difícil, fastidioso o tedioso tratar de interpretar qué está pasando sin pisar charcos y ser un estúpido, un farsante o, simplemente, uno más. Y han decidido ir en contra de la flecha del tiempo, escribirse desde atrás y renunciar a las prisas del presente que no debe ser suyo y de un futuro que, a tal velocidad tecnológica, ha sido triturado.

Leyendo esta novela llegan tonos escuchados en la ambiciosa novela de hace tres años de Juan Gómez Bárcena, Ni siquiera los muertos. Y también, en esa decisión de anclarse en unas referencias históricas de la América latina, para decidir de manera literaria, en qué momento, lo que sucedió devino solo en el relato del poder que nos llega. En poco tiempo nos hemos tropezado con las recientes y excelentes novelas de Yuri Herrera, La estación del pantano, y de Álvaro Enrigue, Tu sueño imperios han sido, por mencionar dos de las que no hablar de oídas sino leídas. Todos ellos, escritores superdotados en lo literario, que han buscado refugio y palanca en hechos y personajes secundarios del pasado para servirnos novelas vigentes para explicarnos el hoy y hacer un corte de mangas a las prisas del futuro.

El protagonista se topa una y otra vez en ese viaje con obras de un misterioso artista local, con el que se obsesiona y hace todo lo posible por saber de él y conocerlo

En la novela de Cárdenas, seguimos a Henry Price, acuarelista inglés, enrolado en la Comisión Corográfica, que recorrió Colombia en 1850 con el fin de inventariar recursos naturales y humanos y ofrecerlos a inversores extranjeros. La guía de la historia parece estar en La peregrinación de Alpha, crónica de viajes de uno de los miembros de dicha expedición, Manuel Ancízar. Price se topa una y otra vez en ese viaje con obras de un misterioso artista local, con el que se obsesiona y hace todo lo posible por saber de él y conocerlo: José Rufino Pandiguando, que Cárdenas convierte en el Comandante Kurtz, el Moby Dick de Price. Merced a una prosa crujiente de encantador de serpientes y una soberbia mordiente narrativa, el autor nos lleva a reseguir peripecias, imaginarios, relatos y carreteras secundarias donde la historia también habitó. Todo ello sin olvidar dar una mirada lúcida sobre el colonialismo, racismo, identidad o el uso de recursos y capital que nos reverbera en el aquí y ahora.

Fracturada en tres partes, ambición y talento, oficio y mirada dan lugar a una primera parte —'Gorgona’— primorosa e imbatible (con final Villeneuve cuando relee a Saramago) de autor enorme. Tanto que nos entrega una segunda parte —'El jardín de los presentes’— hermética, no necesaria y encantada de conocerse, para cerrar con una tercera —'Tigre negro’— a modo de cara B cuya lectura nos parece menor y previsible, quizás solo porque la cara A del disco es una canción inolvidable.

Peregrino transparente

Autor: Juan Cárdenas.

Editorial: Periférica, 2023.

Formato: tapa blanda (256 páginas, 18,50 euros).

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