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‘400 días sin luz’, tres inviernos de apagón en Madrid

Este punzante espectáculo de Vanessa Espín y Raquel Alarcón encarna la historia de la Cañada Real Galiana, barriada de la capital de España donde miles de personas están viviendo el corte de fluido eléctrico más largo habido en Occidente en las últimas décadas

400 dias sin luz
Escena de la obra '400 días sin luz', en el Centro Dramático Nacional.Luz Soria
Javier Vallejo

El colapso de la red eléctrica de Texas dejó varios días sin luz a 4,5 millones de hogares en el gélido invierno de 2021. El gran apagón de Venezuela de 2019 duró casi una semana y tuvo réplicas intermitentes durante varios meses. El de Suecia de 1983 oscureció a buena parte del país durante 89 días consecutivos. El de Utah, en EEUU, se prolongó desde enero a mayo de 1981. Pero el corte de fluido eléctrico más largo habido en Occidente en las últimas décadas probablemente sea el de la Cañada Real Galiana, barriada sita a 14 kilómetros de la Puerta del Sol madrileña. En torno a la peripecia de las más de 4.000 personas que sobreviven en ella sin luz desde el 2 de octubre de 2020, Vanessa Espín y Raquel Alarcón han alumbrado una comedia dramática punzante, necesaria y reveladora, que ha tenido una acogida excelente en su reciente estreno en el Centro Dramático Nacional.

Como la mayoría del público desconoce la Cañada Real (a pesar de que dista del centro lo mismo que El Pardo o el aeropuerto de Barajas), la autora del espectáculo se entretiene al principio en resumir lo allí acontecido desde que se edificaron sus primeras casitas, en los años setenta. Estos compases iniciales transcurren con la solemnidad de un oratorio, a pesar del ajetreo que se registra en el escenario, situado en medio del público. Pero a partir de la escena del reencuentro radiante entre Wafa y Álvaro, adolescentes que compartieron cromos y afectos durante su niñez, la acción cobra un vigor extraordinario que irá in crescendo hasta el desenlace. Espín resume los anhelos de los habitantes de la Cañada y su fricción con el entorno en estos dos personajes palpitantes, llenos de candor, a los que Andrés Picazo y la hispanomarroquí María Ramos iluminan con una verdad diáfana. La joven intérprete le imprime a su esperanzada criatura una calidez contagiosa: su presencia deslumbra incluso a la suspicaz madre de Álvaro, cuyo humor variable es gobernado con destreza dramática por Saida Santana.

El contraste entre las fisonomías, edades y experiencias del dúo filosófico encarnado por Pedro G. de las Heras y Taha El Mahroug nos depara alguno de los momentos mejores de esta función, que percute con más fuerza que cualquier reportaje audiovisual o impreso. La relación cotidiana que Espín establece entre vivos y muertos está inspirada en las tragedias del libanés Wajdi Mouawad. Dirigida por Alarcón, 400 días sin luz trae el teatro público a la trinchera de las luchas sociales, de los barrios abandonados a la especulación inmobiliaria, de la gente empobrecida e invisibilizada: ni siquiera los informes elaborados por nueve relatores de la ONU sobre la violación de los Derechos Humanos en la Cañada Real han servido para devolver la luz, el agua caliente y el Internet a sus habitantes, entre los que figuran 2.000 mil niños.

‘400 días sin luz’. Texto: Vanessa Espín. Dirección: Raquel Alarcón. Madrid. Teatro Valle-Inclán, hasta el 13 de noviembre.

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Sobre la firma

Javier Vallejo
Crítico teatral de EL PAÍS. Escribió sobre artes escénicas en Tentaciones y EP3. Antes fue redactor de 'El Independiente' y 'El Público', donde ejerció la crítica teatral. Es licenciado en Psicología, en Interpretación por la RESAD y premio Paco Rabal de Periodismo Cultural. Ha comisariado para La Casa Encendida el ciclo ‘Mujeres a Pie de Guerra’.

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