Colombia se queja ante Estados Unidos por asegurar que el caso de corrupción del hijo de Petro es “creíble”

El informe del Departamento de Estado de los Estados Unidos que se publicó el lunes era conciso y no entraba en juicios de valor: “La Fiscalía General de la República abrió investigaciones contra el hijo y el hermano del presidente Petro por supuestamente aceptar pagos irregulares, algunos de los cuales supuestamente financiaron la campaña de Petro”. El problema se ha presentado al día siguiente, este martes, durante una rueda de prensa que ofreció Vedant Patel, el portavoz de la oficina de Antony Blinken. El corresponsal de Caracol Televisión, Juan Camilo Merlano, le preguntó a Patel por qué habían incluido esa referencia a un caso que todavía está sin juzgar, y el portavoz respondió que lo habían hecho porque les parecían “creíbles” las acusaciones contra la familia del presidente. Ese intercambio entre el periodista y Vedant ha derivado en un incidente diplomático.

Horas después, la Cancillería de Colombia envió una nota diplomática de protesta a la Casa Blanca. “Sus afirmaciones desconocen e irrespetan el apego de las instituciones colombianas al principio del debido proceso y su compromiso en la lucha contra la corrupción y la impunidad”, escribió la Cancillería en el tuit en el que informaba de la queja al Gobierno de Joe Biden. “De la misma manera, debemos señalar la importancia del principio de reciprocidad que rige las relaciones entre ambos países, incluyendo el respeto a la autonomía en las actuaciones y funciones de las instituciones gubernamentales de cada Estado”, añade el mensaje en redes sociales.

El asunto de Nicolás Petro, imputado por los delitos de lavado de activos y enriquecimiento ilícito, es especialmente sensible para el presidente. A lo largo de su extensa carrera como político no se ha visto envuelto en ningún caso de corrupción. Siempre ha tenido fama de insobornable. Sin embargo, las sospechas sí han alcanzado a sus allegados. Nicolás no ha sido muy cercano a su padre, a él lo crio su madre, pero indudablemente su apellido le ha ayudado a impulsar su carrera en la costa Caribe. No solo: el Petro candidato lo puso al frente de la campaña en esa parte del país. Las consecuencias han sido nefastas y quién sabe si irreversibles.

La que era la esposa de Nicolás, Daysuris del Carmen Vásquez Castro, reveló tras su separación que Nicolás había recibido dinero de empresarios de dudosa reputación que debían servir para financiar la campaña de su padre, pero que él se los había quedado para sí mismo. La Fiscalía abrió entonces una investigación que, al principio, contó con la colaboración de Nicolás, lo que le abría la puerta a una condena más reducida. Con el tiempo cambió de parecer, se declaró inocente y en breve se celebrará el juicio. A su vez, el hermano del presidente, Fernando Petro, está siendo investigando por haber ofrecido, supuestamente, tratos judiciales en prisiones a condenados por narcotráfico.

Esa nube tóxica que generó su entorno acompañó al presidente al principio de su mandato, pero parece haberse disipado. Ahora, Petro batalla con el Congreso, las empresas público-privadas que hacen como intermediarias en el sistema de salud y a la vez sostiene la idea de una Asamblea Constituyente. En el camino ha conseguido que se apruebe una reforma de las pensiones después de mucho empeño. Todos estos asuntos tienen en tensión a la Casa de Nariño, la residencia presidencial. Sin embargo, cuando menos se lo esperaba y estaba en otras lides quijotescas, le ha llegado a Petro esta referencia envenenada de Estados Unidos. No le ha quedado otra que poner una protesta formal.

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