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Ivanchuk ejerce como genio

El portentoso ucranio, cuyo sistema nervioso le impidió ser campeón del mundo, crea y ejecuta un sacrificio exclusivo de mentes prodigiosas

Leontxo García

El entrenamiento con computadoras de potencia de cálculo descomunal permite hoy que cualquier jugador -incluso los no profesionales- pueda ser el primero en ejecutar un sacrificio muy brillante, y a largo plazo, cuando la apertura (primera fase de una partida) aún no ha terminado. Pero es de justicia recalcar que Vasili Ivanchuk (Ucrania 1969), un genio con mayúsculas, podría haber ideado la maravilla que glosamos en este vídeo hace 30 años, cuando ganó el torneo Ciudad de Linares (el Wimbledon del ajedrez) por delante de Kaspárov y otras estrellas, y cuando los ajedrecistas inhumanos eran el hazmerreír de los humanos de la élite.

Lo brillante de esta partida de Ivanchuk no es solo la idea del sacrificio, también su impecable ejecución. Además, se jugó en la modalidad rápida, en el prestigioso torneo de Montecarlo (Mónaco), y su rival, Serguéi Kariakin, fue subcampeón del mundo ocho años más tarde. Elegantes adornos de una obra maestra producida por un genio.

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Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).

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