El ajedrez vuelve a sus orígenes del siglo VI con la Olimpiada en India

El ajedrez es ahora uno de los deportes más populares en India gracias al pentacampeón del mundo Viswanathan Anand, tan famoso en este país de 1.400 millones de habitantes como Rafa Nadal en España. Eso explica que su 5ª ciudad más poblada, Chennai (11 millones), haya montado en solo cuatro meses lo que estaba previsto en Moscú: una Olimpiada y un Congreso de la Federación Internacional (FIDE) que reunirán a cerca de 3.000 personas de casi 200 naciones hasta el 9 de agosto. Las ausencias de la sancionada Rusia y la restringida (por covid) China dan probabilidades de medalla a España.

“No puedo creerlo. Hace solo cuatro días, cuando llegué, varios de estos pabellones no existían”, comentaron, por separado, varios miembros de la organización a EL PAÍS. Minutos después, en la rueda de prensa inaugural, el director de la Olimpiada, Bharat Sing, explicó: “Aparte del compromiso y el sacrificio de mucha gente, el Gobierno del estado de Tamil Nadu se ha volcado. El presupuesto inicial era de diez millones de dólares, pero seguro que vamos a gastar mucho más”.

Y lo que se ve indica que no exagera. Miles de carteles -algunos, enormes- anuncian la 44ª Olimpiada de Ajedrez por todo Chennai (antigua Madrás), en total contraste con la ausencia de publicidad hace un mes en las calles de Madrid durante el Torneo de Candidatos. Anand, idolatrado en todo el país, no jugará con la selección nacional (2ª cabeza de serie) a pesar de que es uno de los ajedrecistas más longevos en la élite de la historia: 12º del mundo a los 52 años. Y tiene una razón de peso: va como número dos en el equipo que el presidente de la FIDE, el ruso Arkady Dvorkóvich, presenta para su reelección, más que probable. Anand hizo el penúltimo relevo de la antorcha olímpica para entregársela al primer ministro de India, Narendra Modi, quien presidió este jueves una grandiosa ceremonia de inauguración.

Gracias a Anand, el gran momento de popularidad creciente que el ajedrez registra en gran parte del mundo se desató en India hace tres decenios. No pocos madres y padres cambian de profesión (o la abandonan) y de lugar de residencia para promover al máximo el gran talento de su hijo o hija para el deporte mental. Eso explica que media docena de los previsibles astros del ajedrez dentro de un lustro sean indios. Incluso India B, 11ª cabeza de serie sobre 188 participantes en la Olimpiada absoluta (150 en la femenina, con España 13ª), es un equipo muy temible para cualquiera.

En teoría, el oro está poco menos que adjudicado para Estados Unidos, cuyos cuatro titulares están entre los quince mejores del mundo: Fabiano Caruana (de padres italianos), Levón Aronián (nacido en Armenia), Wesley So (en Filipinas) y Leinier Domínguez (Cuba). Y eso que les falta Hikaru Nakamura (emigrado a los tres años desde Japón), quien prefiere concentrarse en hacerse millonario como streamer que ser cola de león, aunque ello suponga subir a lo más alto del podio. El campeón del mundo, Magnus Carlsen, quien acaba de anunciar que no defenderá su título en abril de 2023, encabezará a Noruega, tercera favorita, pero no asistió a la inauguración.

También en teoría, España (4ª en la lista inicial) presenta el mejor equipo de la historia. Pero con varias dudas razonables. Paco Vallejo (39 años) acaba de volver a la competición tras estar casi inactivo durante la pandemia. Alexéi Shírov (50), es otro caso impresionante de longevidad deportiva, pero con rendimiento irregular. David Antón (27), ha mostrado baja forma en sus últimos torneos. Eduardo Iturrizaga (32) divide sus energías entre el ajedrez y su reciente paternidad. Solo el emergente Jaime Santos (26) parece en el momento apropiado para rendir al máximo.

El ajedrez no está aún preparado para eliminar las competiciones femeninas: solo hay una mujer entre los cien mejores del mundo, y solo juega una por cada diez hombres. Sin embargo, esta Olimpiada batirá otra marca significativa (además de la del número de participantes): trece mujeres en las 188 selecciones inscritas para la Olimpiada absoluta, algo nunca visto antes de la explosión producida por la serie Gambito de Dama (Netflix). Todas las informaciones recopiladas durante el último año en diversos países revelan que el aumento en el número de practicantes se nota sobre todo entre las chicas.

Fue en el territorio de la actual India donde se datan (hacia el siglo VI) los restos arqueológicos de ajedrez más antiguos, lo que indica que su historia es todavía más añeja. Curiosamente, en Al Andalus, donde los árabes lo trajeron a finales del VIII, jugaban muchas mujeres, como se aprecia en las ilustraciones del libro de ajedrez escrito por Alfonso X, El Sabio, en 1283. Pero desde hace siglos, el ajedrez tiene una etiqueta de masculinidad en la mayor parte del mundo, aunque Gambito de Dama haya paliado un poco el problema. India es el primer cabeza de serie en la competición femenina. La húngara Judit Polgar, única mujer en la historia que ha estado entre los diez mejores del mundo, ahora comentarista de Chess24, dijo por la mañana en una conferencia de prensa: “Por lo que he visto en los cuatro días que llevo aquí, esta va a ser una Olimpiada memorable”.

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