Protesta de guante blanco por las pensiones
Toxo y Méndez usan un tono moderado en la primera manifestación sindical contra el Gobierno socialista, en la que rechazan el retraso de la edad de jubilación
La primera protesta en las calles contra Zapatero fue un primer aviso. No una rebelión. Los sindicatos emplearon ayer el guante blanco para oponerse a lo que de momento es una propuesta para elevar la edad de jubilación. Ni en las pancartas ni en los discursos se percibió agresividad contra el Gobierno. Alguna palabra dura tuvo el líder de UGT, Cándido Méndez, que definió la propuesta del Gobierno como "una amenaza", pero poco más: el aviso de la huelga general quedó apenas sugerido, como un arma de disuasión por si las cosas se complican.
Los noes más contundentes resonaron en los lemas de la manifestación: No al recorte de derechos sociales. No al retraso de la edad de jubilación. Entre los manifestantes, algunos portaban carteles como Si quitáis derechos, os echo. Y en los discursos hubo más peticiones de retirada de la propuesta que declaraciones de guerra. De hecho, el tono fue más moderado que en las declaraciones de días anteriores invitando a la movilización. Los dos líderes sindicales, eso sí, dejaron clara su rotunda negativa a trabajar dos años más.
Al final, las mayores invectivas de los líderes de UGT y CC OO no se dirigieron a Zapatero y su Gobierno, sino al gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez. Por su apoyo a la reforma del sistema de pensiones, pero también por sus continuos llamamientos a abaratar el despido y otras reformas del mercado laboral, las organizaciones clamaron contra Fernández Ordóñez. Es "el gobernador más impresentable" que ha tenido el Banco de España, disparó José Ricardo Martínez, líder de UGT en Madrid. Más comedido estuvo el líder de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, que lo instó a atender a su trabajo: "Deje de echar tinta como un calamar. La primera reforma que necesitamos es la del sistema financiero".
A las siete de la tarde arrancó la manifestación. "¡No, no! ¡67, no!". Fue el grito con el que comenzó la movilización sindical contra el Gobierno socialista. Ese era -y es, porque las manifestaciones seguirán por diferentes lugares de España hasta el día 6 de marzo- el objetivo de estas movilizaciones "preventivas" para que la propuesta de ampliar un bienio la vida laboral descarrile en el Congreso de los Diputados, donde el pasado lunes comenzó su andadura parlamentaria en la comisión del Pacto de Toledo.
De fondo, sonaba un grupo de samba que amenizaba la marcha -algo deslucida por el tiempo desapacible- a los 22.820 asistentes a la manifestación, según cálculos de EL PAÍS. Efe, que usa el sistema Lynce, cifró la asistencia en 15.381 personas. Los organizadores elevaron hasta 70.000 el número. Con ellos en la marcha, tradicionales compañeros de los sindicatos como la Unión de Actores. También los antiguos líderes de UGT y CC OO, Nicolás Redondo y Antonio Gutiérrez, respectivamente. Entre los políticos, además de Gutiérrez, diputado socialista, hicieron acto de presencia los líderes de Izquierda Unida, Cayo Lara, el coordinador general de la coalición, y Gaspar Llamazares, portavoz parlamentario y el padre de la definición de la propuesta como pensionazo. Los tres arroparon a los manifestantes, entre los que predominaban más el perfil del pensionista cercano que el del lejano. O sea, más gente mayor que joven.
El 23-F era el simbólico día grande sindical. Hubo más convocatorias, algo que siempre resta contundencia a la que se considera normalmente la movilización más simbólica, la de la capital. Sumando cinco ciudades (Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante y Oviedo) los organizadores hablaban de 200.000 manifestantes.
En Barcelona, UGT y CC OO congregaron a unas 10.000 personas, según cálculos de la policía, y 50.000 según los organizadores. Fue la más numerosa en Cataluña, pues los sindicatos salieron a la calle en las cuatro capitales de provincia.
La marcha barcelonesa arrancó media hora antes que la madrileña -el partido del Barça obligaba-. A ella se sumaron USOC y representantes de Iniciativa per Catalunya-Verds. Aunque el buen tiempo ayudó a que la presencia fuera mayor de la esperada, la tranquilidad fue la nota predominante durante una marcha en la que se gritaron pocas consignas pero se armó mucho jaleo con silbatos y petardos. "Ampliar la edad de jubilación es una medida para contentar a los mercados, que son precisamente los que nos han llevado a esta crisis. Es una medida injusta e inoportuna", manifestó Joan Carles Gallego, secretario general de CC OO en Cataluña al terminar la protesta, informa Cristina Delgado.
También en Valencia se había señalado ayer el día D. Fuertes ráfagas de viento sacudieron la contundente manifestación que recorrió el centro de Valencia a última hora de la tarde. Unas 10.000 personas -30.000, según los organizadores- desfilaron sin apenas consignas pero armadas de miles de banderines, bocinas y pitos. En primer lugar, la pancarta oficial con los dirigentes regionales de CC OO y UGT; entre el público, algún concejal socialista, informa Miguel Olivares.
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