El mercado laboral alemán se tambalea y las nuevas contrataciones caen a su nivel más bajo desde la pandemia
El barómetro de empleo del instituto de investigación económica Ifo cayó a 93,7 puntos en octubre, su nivel más bajo desde julio de 2020
La economía alemana lleva dos años en declive y las señales de ralentización llegan poco a poco al mercado laboral. Las empresas alemanas están frenando la contratación más de lo que lo han hecho en los últimos cuatro años, en especial en el sector de la industria.
El barómetro de empleo del instituto de investigación económica Ifo, que se basa en una encuesta a 9.500 empresarios, cayó a 93,7 puntos en octubre, su nivel más bajo desde julio de 2020. En septiembre, el barómetro se situó en 94,0 puntos, según publicó hoy el Ifo.
“La situación del mercado laboral evoluciona negativamente desde hace meses, no con fuerza, pero sí de forma continua”, declaró Klaus Wohlrabe, responsable de la encuesta del mercado laboral del Ifo, al dar a conocer el nuevo índice. “Las empresas no cubren vacantes en lugar de despedir empleados”, agregó sobre la situación del mercado laboral donde solo se salvan el sector turístico y de informática, donde de momento se sigue contratando.
El número de ofertas de empleo disminuye, las empresas se vuelven más prudentes y asumen menos riesgos. La industria, la construcción, el comercio y el trabajo temporal se contraen. En el caso de la industria se necesitan menos trabajadores debido a que la entrada de pedidos se ha desplomado, agravando la crisis de este importante sector económico. Tras dos aumentos consecutivos, los pedidos cayeron un 5,8% en agosto en comparación con el mes anterior, la caída más pronunciada desde enero.
Lejos han quedado los años en los que el desempleo no era un problema en Alemania gracias a unas cifras en constante descenso. El desempleo vuelve a subir, lenta pero inequívocamente. Por ejemplo, el tradicional impulso para el mercado laboral que supone la llegada del otoño, cuando muchas empresas incorporan nuevos trabajadores tras la pausa de verano, este año no tuvo lugar. El desempleo se situó en octubre en 2,791 millones -con una tasa de desempleo del 6,0%-, lo que supone un aumento de 183.000 personas en comparación con hace un año.
Los expertos esperan que se pierdan más puestos de trabajo en el futuro y que la caída continúe en el año electoral 2025. Alemania podría incluso superar la barrera de los tres millones de parados ya en primavera, una cifra que se registró por última vez en 2015.
Medios como el canal alemán ZDF recuerdan lo que sucedió hace varias décadas cuando tras años de crecimiento cero, Alemania sufría –al igual que hoy– unos elevados costes salariales adicionales y un mercado de trabajo enquistado. Casi cinco millones de personas llegaron a estar en paro en 2005.
En aquel momento, el Gobierno formado por socialdemócratas y verdes respondió con la polémica Agenda 2010, una reforma social y del mercado laboral de gran alcance que devolvió a Alemania a la senda del éxito a largo plazo. Esto ha hecho que surjan cada vez más voces que reclaman una nueva agenda.
“El núcleo de esta agenda debe ser reforzar el lado de la oferta de la economía. Necesitamos reformas para aumentar la oferta de mano de obra, la inversión privada y pública y, por último, pero no por ello menos importante, la innovación y la creación de empresas”, explica a EL PAÍS el presidente del Ifo, Clemens Fuest.
“Alemania no se encuentra actualmente en una recesión profunda, pero la economía está estancada. Para superar este estancamiento a largo plazo, Alemania necesita reformas estructurales, reformas del mercado laboral, del sistema fiscal y del marco regulador”, apunta sobre cómo puede la economía alemana volver a la senda del crecimiento.
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