"EE UU ha cometido un error con Irak"
El canciller alemán repasa en esta entrevista las consecuencias del 11 de septiembre y los problemas que plantea un ataque de Estados Unidos contra Irak.
Pregunta. ¿Cambió realmente el mundo el 11-S o es simplemente una forma estadounidense de verlo?
Respuesta. Es comprensible que la reacción de Estados Unidos, que fue atacado por primera vez en su propio territorio, fuera más intensa que en el resto del mundo. Pero también me resultó interesante observar lo mucho que afectó, por ejemplo, a los alemanes, y también a otros. Creo que no sólo ha cambiado a Estados Unidos, sino también al mundo. Primero, fue asombroso e impresionante lo rápido que se formó esta coalición internacional. Y Alemania consintió en romper la tradición y desplegar fuerzas militares fuera de Europa. Lo que ocurrió en Nueva York y Washington ha demostrado que hay una forma privatizada de guerra, librada por organizaciones terroristas, y que tenemos que defendernos contra ella usando los medios apropiados, incluso los medios militares. Creo que sería un gran error si este sentimiento de necesitarnos unos a otros fuera destruido por acciones excesivamente unilaterales.
P. Su nuevo ministro de Defensa, Peter Struck, dijo que Sadam Husein no suponía ninguna amenaza para Alemania y Condolezza Rice afirmó que todo el mundo estaba amenazado.
R. Creo que la verdad está en un término medio. No hay ninguna duda de que los dictadores representan una amenaza. Y la pregunta crucial es qué pueden hacer y qué les gustaría hacer para convertir sus amenazas en una realidad. El problema con Sadam está en averiguar qué margen tiene para la acción política y militar. Políticamente no tiene ninguno, salvo que se obligue al mundo árabe a solidarizarse con él. Militarmente es difícil pronunciarse.En mi opinión, puede que haya personas como Condolezza Rice que sobrevaloren la amenaza, y otros que la subestimen. Ése es el motivo por el cual fui uno de los que se disgustó con el cambio de objetivos que tuvo lugar en lo que concierne al tratamiento de Sadam Husein. Pienso que nosotros -todos nosotros, juntos- lo habíamos aislado políticamente y había una posibilidad real de usar la presión diplomática y económica para conseguir que los inspectores fueran admitidos de nuevo en el país. El verdadero problema comenzó en el momento en que cambió el objetivo, cuando el debate en Estados Unidos puso punto final al objetivo de ejercer toda presión posible para lograr que los inspectores fueran readmitidos en el país, de modo que pudiéramos descubrir cuál era la situación real, y no tener que basarnos en conjeturas o informes de espionaje. ¿Cómo se puede ejercer presión sobre alguien diciéndole que, aunque acceda a nuestras demandas, lo destruiremos? Creo que fue un cambio de estrategia en Estados Unidos, un cambio que dificultó las cosas para otros, incluyéndonos a nosotros. Eso es una cosa. La otra son las consultas. En el pasado siempre se decía: antes de hacer algo, consultaremos con nuestros aliados.
P. ¿Cree que Cheney habla en nombre del presidente Bush?
R. No estoy capacitado para responder a eso. El problema es que se ha comprometido, o parece haberse comprometido, tan seriamente, que es difícil imaginar cómo puede echarse atrás. Creo que se ha cometido un error. Puede ser comprensible en términos de política interior pero, evidentemente, nos ha puesto las cosas mucho más difíciles a los que estábamos de acuerdo con el objetivo inicial de ejercer presión para que se admitiera a los inspectores en el país. No es suficiente que me entere por la prensa estadounidense de un discurso en el que se afirma claramente: vamos a hacerlo, piense lo que piense el mundo o nuestros aliados. Esa no es forma de tratar a los demás. Además, según mi información, no hay nadie que tenga una idea clara del orden político que vendría después en Oriente Próximo o sobre los países árabes moderados o qué orden político podría surgir tras una intervención militar en Irak. Y hace falta saberlo.
P. Primero entendí que lo que dice es que no deben emprenderse acciones unilaterales en Irak. Después me pareció que dijo que Alemania no participará en ningún ataque ni contribuirá en su coste, diga lo que diga la ONU. ¿Qué afirmación es la válida?
R. Sin un mandato del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, nuestra Constitución no permitiría ningún tipo de participación. Pero los demás argumentos contra una intervención son tan importantes que también estaría en contra de esa intervención aunque la ONU dijera que sí.
©The New York Times / EL PAÍS
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