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La leyenda de los ‘Cheetos’ picantes: una historia fabulosa que llega ahora a la pantalla

Eva Longoria debuta como directora de un largo de ficción con ‘Flamin’ Hot’ (Disney+), la historia del conserje latino que se atribuye la creación de este aperitivo, un relato de integración, lucha y exageraciones

Eva Longoria, en el rodaje de 'Flamin' Hot'.
Gregorio Belinchón

Era una cuestión casi de vida o muerte. En una de las fábricas de Frito-Lay, compañía subsidiaria de PepsiCo que produce toda clase de patatas fritas y aperitivos, el miedo a los despidos provocados por un mercado en crisis atenazaba a sus trabajadores. Sin embargo, un conserje, Richard Montañez, nacido a las afueras de Los Ángeles de familia mexicana, insistía en que la comunidad latina no comía Cheetos —el producto estrella de la empresa— y que a la vez toda esa clientela potencial no encontraba en las tiendas un sabor acorde a sus gustos. Por eso, inspirado en un vídeo del consejero delegado de Frito-Lay, Roger Enrico, creó en su casa una receta picante que mezclada con los Cheetos devenía en un aperitivo tan explosivo como enganchón: así nacieron los Flamin’ Hot Cheetos. Sin dudarlo, contactó directamente con Enrico para explicarle la idea y lograr su aprobación. La obtuvo y aún llegó más lejos: Montañez, ante la ineptitud del departamento de marketing, multiplicó con amigos y familiares las acciones de venta para crear la demanda de esos Cheetos pensados para paladares curtidos. Lo logró, y fue inmediatamente ascendido a director de marketing de comunidades multiculturales. De conserje-chico de la limpieza a despacho en solo salto. Una historia de superación, un maravilloso triunfo del sueño americano con un solo pero: es mentira. O al menos en ella hay pocas partes de verdad. Entre la realidad y la leyenda, cuajó la leyenda.

Cuando Eva Longoria (Corpus Christi, Texas, 48 años) recibió la oferta de dirigir Flamin’ Hot para Hulu (se estrenó el viernes 9 de junio en Disney+), Montañez ya había publicado un libro con su experiencia y logrado un prestigio en la comunidad hispana estadounidense gracias a sus charlas motivacionales, actos a los que se dedicó tras jubilarse en 2020. “Soy mexicano-estadounidense como Richard, y, sin embargo, cuando leí el guion, yo no conocía su historia”, confesaba la semana pasada Longoria en una videollamada. “Al momento tuve dos cosas claras: que inspiraría a más gente y que yo era la única que podía dirigir es libreto”. La actriz se lanza a explicar: “Soy productora, quiero contar cosas de nuestra comunidad, y por desgracia no tenemos muchos héroes latinos aquí en Hollywood. ¿A quién puedes ver en la gran pantalla con el que te puedas sentir identificado? A nadie. Andaba buscando algo así, y me llegó este encargo”.

Jesse Garcia y Dennis Haysbert, fabricando Cheetos picantes en 'Flamin' Hot'
Jesse Garcia y Dennis Haysbert, fabricando Cheetos picantes en 'Flamin' Hot'

Longoria es el ejemplo palmario de cómo ha cambiado la comunidad latina en EE UU. Hasta inicios de ese siglo, muy poco de ellos se sentían orgullosos de sus raíces. La mayoría, especialmente los recién llegados, prefería diluirse en la corriente blanca, acercarse a ver el Spider-Man de turno antes que un filme protagonizado por alguien con una ñ en su apellido, en un movimiento defensivo habitual entre inmigrantes para sentirse aceptados. Hoy ser latino “alegra el corazón”, explica la cineasta. “Yo misma no hablé de niña en casa el español. Lo he aprendido en los últimos diez años, porque estoy casada con un mexicano [el exejecutivo de Televisa, Jorge Bastón, su tercer marido] y vivo en México. Mi mamá subrayaba mucho que mis hermanas y yo habláramos el inglés sin acento. Se estimulaba esa disolución. Ahora en EE UU la gente se siente muy orgullosa del mestizaje, muchísimos buscan sus raíces para celebrarlas. Y a mí esto me encanta. En realidad, no vivo en México, sino en este mundo. Entender nuestras culturas aporta más compasión a la humanidad. Y pido perdón por mi español [risas]”.

Tras ponerse el proyecto en marcha, Los Angeles Times publicó un reportaje demostrando que la mayor parte de la historia de Montañez era pura fabulación, y que el ejecutivo se había beneficiado en realidad que todos los que habían participado en la creación del nuevo Cheetos ya estaban retirados o fallecidos. Él no los inventó, cuando se crearon Enrico todavía no había llegado al cargo. Ni el protagonista del cuento de hadas era un conserje en la época del lanzamiento comercial de ese producto picante: ya había ascendido a encargado de maquinaria. Montañez sí participó en su lanzamiento (aunque tras haberse hecho pruebas por todo EE UU), y sí ascendió por el organigrama de la compañía desde el escalón más bajo. El señalado respondió en Variety, definiéndose como “el mejor embajador de la línea Flamin’ Hot”, y un comunicado de PepsiCo acabó señalando que Montañez había sido fundamental en el desarrollo de esos Cheetos... aunque no su inventor: “No se ha podido establecer un vínculo claro entre la historia de Montañez y el equipo cuya oferta de productos picantes fue testada en el mercado”, explicaban.

Jesse Garcia y Eva Longoria, en el rodaje de 'Flamin' Hot'
Jesse Garcia y Eva Longoria, en el rodaje de 'Flamin' Hot'

La respuesta de Longoria ante esta investigación es tajante: “Yo me enteré después de su publicación, cuando varios amigos me preguntaron si la había leído, y no alteró en absoluto el guion. Es la vida de Richard, su sufrimiento, su punto de vista. PepsiCo sabe que Montañez se volcó en este producto, que lo llevó a las casas de nuestra comunidad. Para mí, los Flamin’ Hot los fabrica Frito-Lay, pero los auténticos dueños de la marca son los latinos”. La directora no duda ni tras una ulterior preocupación: ¿y si el espectador se revuelve ante esta diferencia entre la verdad histórica y la verdad de Richard? “No, porque no ocurrió nada tras la publicación del artículo. Insisto, no es un documental, sino su versión. Y está llena de anécdotas maravillosas, de juegos verbales, de descubrimientos que hemos intentado plasmar en pantalla”.

Me encanta la televisión, voy a hacer televisión toda mi vida”

Entre los retoques que Longoria pidió se hicieran en el guion, está la inclusión de Judy, la esposa del protagonista. En aquel final de los años setenta no es que no hubiera latinas en la sociedad, es que ni las caucásicas lograban ascender en las empresas: “Efectivamente, no había hueco para la presencia femenina en aquellos tiempos. Cuando conocí a los Montañez, entendí que vivían una historia de amor desde hacía décadas, que ella había sido el motor de él. Pedí reescribir el libreto poniendo a Judy en el corazón de Flamin’ Hot”.

Desde que lograra la fama con la primera temporada, en 2004, de Mujeres desesperadas, Longoria ha preferido la televisión a otros medios audiovisuales. Como directora, ha priorizado realizar episodios de series y largos documentales antes que una película, lo que ha logrado con Flamin’ Hot, que tras verse en el pasado festival SXSW fue directa a la plataforma Hulu y de ahí a Disney+. “Bob Iger [el responsable de Disney] la vio al volver a su cargo, y se volcó en apoyarla. Entienden que tienen un inmenso mercado mexicano que cuidar y que tienen pocas oportunidades como esta. Y para mí, que se vea por todo el mundo en streaming me encanta: muchas familias podrán verla sin pagar cinco entradas”, recuerda. Y no se irá lejos de la televisión, incluso rodando en España, como la serie La tierra de las mujeres, con Carmen Maura. Resulta tajante: “Me encanta la televisión, voy a hacer televisión toda mi vida. Es más rápida, llega antes al público, y además puedes desarrollar mejor y con más tiempo a los personajes, haciéndolos crecer durante varias temporadas”.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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