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Muere Kevin Mitnick, el hacker más famoso del mundo, a los 59 años

Conocido por ser el pirata informático primigenio en la década de los 90, más tarde se convirtió en consultor de ciberseguridad y orador público

Kevin Mitnick, en una foto realizada en Denver (EE UU) en 2002.
Kevin Mitnick, en una foto realizada en Denver (EE UU) en 2002.Craig F. Walker (Denver Post via Getty Images)
Clara Angela Brascia

Kevin Mitnick, el hacker más famoso de la historia que en la década de los 90 llegó a figurar entre la lista de las personas más buscadas en Estados Unidos, murió el domingo en Pittsburgh con 59 años. Una portavoz de la empresa de ciberseguridad de la que es propietario, KnowBe4, dio a conocer que la causa de la muerte era el cáncer de páncreas que padecía desde hace ya varios años. Tras haber estado en la cárcel tras ser acusado de uso ilegal de un dispositivo de acceso telefónico y fraude informático, Mitnick fundó su propia empresa de consultoría sobre seguridad.

El estadounidense se ganó a pulso el apelativo de “hacker más famoso del mundo” por haber sido el primer pirata informático mundialmente conocido. Su vida ha sido contada en centenares de reportajes y en cuatro libros, algunos de los cuales han tenido incluso su propia transposición cinematográfica. Nacido en Los Ángeles el 6 de agosto de 1963, su afición por los sistemas telefónicos e informáticos empezó a los 13 años, hasta encabezar la lista de los más buscados del FBI. Sin embargo, sus habilidades como hacker le permitieron evadir la captura por parte de las autoridades durante muchos años. En 1993, consiguió controlar los sistemas telefónicos en California, algo que le permitió intervenir también los teléfonos de los agentes que lo estaban buscando y despistarlos.

Al final lo cazó otro experto en ciberseguridad, el japonés Tsutomu Shimomura, que se había convertido en rival de Mitnick tras un rocambolesco duelo en la red. Todo empezó el día de Navidad de 1994, cuando el estadounidense robó correos electrónicos del hacker japonés y se burló de él. Al enterarse del ataque, Shimomura se ofreció voluntario para colaborar con el FBI y ayudarles a localizar a Mitnick. A través de un software capaz de reconstruir las sesiones de la computadora de un usuario, Shimomura logró localizar al padre de todos los hackers unos meses después, lo que terminó en su captura en febrero de 1995.

Fue condenado a cinco años de cárcel por haber conseguido, gracias a sus habilidades en la intromisión informática, acceso a unos 20.000 números de tarjetas de crédito, incluidos algunos pertenecientes a magnates de Silicon Valley. En realidad, nunca se consiguieron pruebas de que Mitnick utilizara los archivos que había robado para enriquecerse. Él mismo se defendió diciendo que sus actividades no eran más que “una forma de juego de alto riesgo”, que pero no hacían daño a nadie.

Su captura provocó no poco revuelo en el mundo de los piratas informáticos, donde Mitnick más que un hombre era considerado una leyenda. En 1998, mientras esperaba la sentencia, un grupo de simpatizantes consiguió hackear la página web del diario anglosajón The Times, obligando el periódico a cerrar durante varias horas. Además, se creó un movimiento mundial de apoyo conocido como “Free Kevin” [liberad a Kevin], que pedía la liberación del hacker o cuanto menos una revisión de la condena, considerada demasiado dura con respecto a los crímenes cometidos.

Finalmente, Mitnick llegó a un acuerdo con el fiscal, y tras declararse culpable de fraude informático y electrónico salió de la cárcel en 2000, aunque con una severa condición. Durante tres años tuvo prohibido acercarse a un ordenador o móvil sin el permiso de su oficial de libertad condicional, ya que, según el fiscal, con solo una llamada era capaz de provocar un holocausto nuclear. Tras salir de prisión, el hacker volvió a insistir en la falta de mala fe de sus acciones: “Mis delitos fueron simples delitos de allanamiento de morada. Mi caso es un caso de curiosidad”.

Cuando pudo volver a conectarse a la red, Mitnick decidió convertirse en un hacker de sombrero blanco, como se les conoce a los piratas informáticos éticos que utilizan sus habilidades al servicios de empresas o instituciones gubernamentales. Fundó la empresa KnowBe4, que se describe a sí misma como “la proveedora de la mayor formación de concienciación sobre seguridad del mundo”. En su página web, la compañía dice asesorar a más de 60,000 organizaciones, que emplean el plan de estudios de capacitación en seguridad cibernética que diseñó Mitnick.

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Sobre la firma

Clara Angela Brascia
Reportera italiana asentada en Madrid desde 2019. Después de pasar por las secciones de Local y Sociedad, ahora escribe reportajes de Tecnología y Salud. En eldiario.es ha escrito sobre temas sociales y económicos. Graduada en Literaturas Comparadas por la Universidad de Turín y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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