El 'campusero' más joven

Cuando en octubre me enteré de que mi hijo nacería en julio, tuve que plantearme si me apuntaba o no a la Campus Party 2006. No era lo mismo ir embarazada que ir con un bebé, pero luego te das cuenta que es como un día mas, solo tienes que acordarte de llevar todo lo necesario para cambiarle los pañales y darle de comer. Nos hemos apuntado al taller del Brazo Robótico y estoy muy ilusionada, las primeras horas fueron muy positivas.

Cuando vine el año pasado mi pregunta era: ¿cómo será la gente de allí, me gustará?. También me pregunté si me gustaría que un hijo mío fuera. Ahora estoy en la Campus de nuevo, y me doy cuenta del ambiente amigable que se respira, la gente con la que he tratado es muy agradable. Es como un pequeño mundo con gente de muy diversos tipos, pero unidos por gustos similares y la tecnología. Entre ellos te encuentras niños y adultos, trabajadores y estudiantes.

Mi segunda preocupación fue la elección del área que mas se identificaba conmigo. Elegí robótica aunque no me desagrada ninguna otra de las que tiene la Campus Party. Aquí es imposible aburrirse, hay tanto por hacer: asistir a conferencias, realizar algún taller, ver tus creaciones compitiendo y conocer gente.

Una vez en la Campus, es más práctico dar pecho que la logística que requiere alimentar a mi hijo con biberones. En las primeras horas Arturo no lloró en ningún momento, pudimos descargar las cosas y, como no, estar en el arranque inicial. Durante la inauguración cenamos los tres, dos del catering, y él de mí. Como en el año anterior competiremos en la categoría de Xtreme Robotrackers en el área de robótica, a ver si hay mejor suerte: el año pasado quedamos los séptimos.

Tenía miedo de no poder controlar la situación, pero si me ciño a sus horarios de comida, todo va como la seda. La diferencia respecto al año anterior es que no puedo estar 24 horas, ya que el bebé tiene un horario marcado de día y de noche que no debo romper, y que me permite asistir a las conferencias, montar un robot y participar en las competiciones de la Campus Bot.

En general la experiencia es muy buena, y no hay término para la critica, pues que hay gente que se lleva a sus bebés a una playa en la cual las temperaturas y el sol pueden dañarlos. No me siento mal por traerlo a este sitio, intentaré que de mayor nunca conozca lo que es aburrirse y desperdiciar su tiempo. La gente es muy agradable, no nos ha molestado para nada y, cómo no, Arturo a ellos tampoco, se ha portado como un 'campusero' más. Ahora a darle de comer, y a ver si nos vamos a un taller, luego daremos una vuelta, comeremos y después de la cena a dormir.

De no vivir en Valencia me hubiera planteado venir al camping, pero no lo veo tan viable y hubiera preferido ir a un hotel. Qué decir, esto es como unas vacaciones más de bebé con mama. Me lo estoy pasando muy bien y no ha hecho más que empezar, menos mal que como previsión pedimos el catering. Es un alivio no tener que pensar dónde o qué vamos a comer. Ah!, la limpieza como en el año pasado, excepcional.