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Blancos con la cara pintada de negro: el racismo empaña las cabalgatas de Reyes

Un grupo de organizaciones pide que se transformen los desfiles sin recurrir a “disfraces ofensivos” y se incluya a personas negras para representar a Baltasar y sus pajes

El rey Baltasar y sus pajes entran en la ciudad de Igualada (Barcelona) en la cabalgata del año 2023, con las caras pintadas de negro.
El rey Baltasar y sus pajes entran en la ciudad de Igualada (Barcelona) en la cabalgata del año 2023, con las caras pintadas de negro.Siu Wu (EFE)
Sara Castro

En pocos minutos, las calles de pueblos y ciudades se llenarán de niños que acuden a la cabalgata de Reyes con sus familiares y amigos, pero entre los caramelos, la magia y los deseos, la polémica se abre paso en varios puntos del país, donde el rey Baltasar será representado por personas blancas con la cara pintada de color negro. Diversas organizaciones y cargos públicos tildan esta costumbre de blackface, práctica racista para caricaturizar a una persona afrodescendiente con maquillaje. La entidad Afroféminas, una organización antirracista, promueve desde 2021 una recogida de firmas online para transformar la cabalgata de Alcoi (Alicante), donde alrededor de 200 vecinos ejercen de pajes reales, llamados “els negrets” —los negros—, con la cara embadurnada de un tinte oscuro y los labios muy engrosados y pintados de rojo a juego con un traje. Hasta el momento, han recabado 40.400 firmas para modificar esta tradición.

La presidenta de SOS Racismo Madrid, Sarahi Boleko, insiste en que “hacer de las pieles negras un disfraz es racista y ofensivo”. La alcoyana Nuria Fuster y su marido Arne Wegner fueron los promotores de la petición de firmas, impulsada por Afroféminas, para frenar esta representación. “Es blackface porque es un ritual burlesco exagerado que proviene del esclavismo”, explica Fuster.

El historiador y presidente del Consejo para la Eliminación de la Discriminación Racial o Étnica, Antumi Toasijé, vinculado al Ministerio de Igualdad, explica que esta tendencia es una herencia de la expansión colonial europea y la subyugación de otros pueblos, incluidos los africanos. Se desarrollaron espectáculos públicos en toda Europa, también en España, en los siglos XVI y XVII para ridiculizar a las personas negras y mostrar una supremacía blanca. “Exageraban su físico y se pintaban con carbón” cuenta el experto.

No solo se emula una piel, también una forma de ser y de expresarse. Boleko recuerda la puesta en marcha estas Navidades de la página web promovida por la Junta Municipal de Chamartín, en Madrid, donde los Reyes Magos envían felicitaciones personalizadas a los niños. En algunos vídeos se aprecia a un actor, pintado de negro, que representa a Baltasar, imitando un acento extranjero, que en opinión de la coordinadora de prensa de Afrocolectiva, Ana Bueriberi, ridiculiza a la población negra. Cargos políticos como Tesh Sidi, diputada de Más Madrid en el Congreso, han reaccionado ante una representación “cutre y racista”.

En medio de la polémica desatada, el equipo de gobierno municipal de la capital ha explicado que para la grabación contaban con cinco reyes negros, pero tres de ellos no pudieron grabar por el exceso de trabajo de estos días y otros dos más tuvieron la covid-19. Según han indicado fuentes del Ayuntamiento de Madrid, para la grabación de estos vídeos se contrataron a seis actores, “cinco negros y uno que no”. Se elegía al actor en función de la disponibilidad del rey, porque “estos días tienen muchos bolos”.

Son varios los ayuntamientos que aún maquillan al actor que encarna al rey Baltasar. Entre ellos, el alcalde de El Puerto de Santa María (Cádiz), Germán Beardo, del PP, que fue criticado tras anunciar a los Reyes Magos de este año y comprobarse que todos eran blancos. El regidor respondió a las quejas de Afroféminas en la red social Instagram, insistió en que existen problemas más graves como la trata de seres humanos en el mar y la igualdad de género en otros países que, en su opinión, requieren más atención. Y argumentó: “Me trae bastante sin cuidado lo que ustedes consideren racismo. Por supuesto, me importa entre cero y nada que me consideren ‘ultraalgo’”.

También fue criticado el Ayuntamiento de Málaga por el mismo motivo o el de Alcoi por pintar a vecinos de negro para representar pajes reales. Toasijé constató en una investigación que la prensa alcoyana del S.XX se refería a estos ayudantes de la cabalgata como “esclavos”. Por ello, certifica que la tradición sí tiene un origen discriminatorio.

La representación de los pajes de Alcoi consiste en un traje negro con un fez, gorro característico de Marruecos y del Norte de África, un mandil que, según el experto, evoca al de los antiguos sirvientes y unos labios muy gruesos en color rojo. “En toda España, sobre todo, en el Levante, hubo esclavitud hasta 1868. Muchas personas esclavizadas pasaron después a ser criados del servicio doméstico en muy malas condiciones”, aclara Toasijé.

La cabalgata de Alcoi es la más antigua de España, se creó en 1866, y es declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional. Moviliza cada año alrededor de 200 alumnos de un instituto local para representar a los pajes. Llevan una escalera de madera roja y suben a los balcones de las casas para entregar los regalos. “No se diferencian por su ropa, sus rasgos físicos o su color de pelo, como los Reyes Magos, son una masa homogénea pintada de negro”, explica Fuster, tras aclarar que es muy frecuente que los niños quieran ser besados por los pajes “para que les manchen”.

Además, cuenta Fuster, de Alcoi, que el marketing en torno a esta representación crece cada vez más en dulces, camisetas o llaveros, a pesar de las críticas. “Es una imagen representativa de la ciudad”, explica. Boleko insiste en que se deshumaniza a las personas negras y se les representa como “mano de obra esclava, sin alma”.

En la Resolución del Parlamento Europeo, del 19 de junio de 2020, sobre las protestas contra el racismo tras la muerte de George Floyd, se pedía a los Estados Miembros que denunciasen y evitasen “las tradiciones racistas y afrofóbicas, como la práctica de las caras pintadas de negro”.

La tradición de los Reyes Magos pretendía universalizar el catolicismo con varias figuras históricas, como una persona africana. “Era algo positivo porque suponía una inclusión”, pero con el blackface actual se equipara un Rey Mago a un disfraz, según Toasijé. En 2017, el gobierno municipal de Alcoi aprobó por unanimidad una moción de apoyo a la cabalgata y a la figura del paje. Esta fue presentada por el PSOE y recibió el apoyo de todos los grupos.

Los pajes de la cabalgata de Reyes de Alcoi (Alicante), recogen en su campamento las cartas este viernes.
Los pajes de la cabalgata de Reyes de Alcoi (Alicante), recogen en su campamento las cartas este viernes.Pep Morell (EFE)

Fuster comprende la reticencia al cambio porque cree que esta tradición forma parte de los recuerdos de infancia y parece que se resquebraja la identidad cultural, pero invita a escuchar a las personas negras y cambiar el prisma. Un argumento recurrente de algunos vecinos es que no hay suficientes personas afrodescendientes para representar a tantos pajes. “Se puede repensar y reajustar la tradición, porque los niños tienen un campo de imaginación muy grande. Si el año que viene fueran dorados, en alusión a la magia y sin representar a ninguna raza, estarían encantados”, ejemplifica Fuster.

Wegner aclara que el Ayuntamiento de Alcoi aún no le ha dado una respuesta a su propuesta, a pesar de que ellos les informan del número de recogida de firmas cada año y de su opción alternativa. Entre las ideas que aporta Afroféminas para cambiar la tradición es la colaboración de artistas y escenógrafos que modifiquen el espectáculo o un concurso entre los vecinos para presentar otras propuestas. “No se trata de terminar con la cabalgata, sino de transformarla”, aclara Wegner, tras recordar que en países como Estados Unidos y Canadá esta práctica estaría muy mal vista.

Fuster celebra que por primera vez, este año, haya surgido un pequeño grupo crítico entre algunos vecinos de Alcoi para impulsar el cambio desde dentro y Bueriberi cree que maquillar la cara para representar a Baltasar o a sus pajes no debería ser una opción: “Los orígenes de esta práctica son indudablemente racistas y esto es lo que denunciamos. Independientemente de la intención que tengan en la actualidad, el impacto sigue siendo violencia racista”.

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