Marián del Álamo: “El sistema de salud es ‘pesocentrista’ y gordofóbico”
La psicóloga especialista en trastornos de conducta alimentaria explica que nueve de cada diez pacientes de su consulta son mujeres que comparten una baja autoestima
Marián del Álamo (28 años) es psicóloga general sanitaria y ha escrito dos libros, ¿Por qué como si no tengo hambre? y Mi ciclo menstrual. Una perspectiva integral: psicología y nutrición, ambos editados por Oberon. Especialista en trastornos de conducta alimentaria (TCA), su obsesión es concienciar sobre la importancia de nuestra relación con la comida, determinante en la salud mental. “Es un tema complejo, con tantas capas debajo como desinformación”, asegura.
Pregunta. Creo que nuestra relación con la comida a veces suele medirse en calorías. Lo que nos hace subir y bajar de peso o lo que gusta y lo que no. Intuyo que muy reduccionista.
Respuesta. La alimentación es algo que hacemos varias veces al día, indispensable para vivir. Así que imagina lo traumático que puede ser para una persona tener pavor a comer. Tendemos a banalizar o a simplificar, pero influyen muchos factores: nuestra educación nutricional, la sociedad en la que vivimos, si hemos sufrido acoso o abusos sexuales, si nuestros padres han estado presentes o no… Los estados emocionales, como la ansiedad o la depresión, también pueden conducirnos a un TCA.
P. ¿Qué opina del dicho popular “Somos lo que comemos”?
R. Mmm, no estoy de acuerdo. Esa frase está muy bien si solo vemos la comida como un proceso fisiológico, pero la alimentación es un hecho mucho más complejo que llevarte algo a la boca. Si una persona tiene una alimentación equilibrada y saludable y cae en un trastorno de ortorexia, ¿entonces qué pasa?
P. ¿Qué es la ortorexia?
R. La obsesión por comer todo saludable. Se puede seguir una alimentación saludable y tener un trastorno.
P. Hay gente que lleva un carro de la compra que parece un bodegón, todo perfecto.
R. Ahora hay mucha más información disponible sobre lo que comemos, un movimiento que promueve la comida real que ha provocado que la gente tome conciencia. Eso está muy bien, pero cualquier extremo es peligroso. Si eliminas alimentos porque no los consideras saludables, pero tienes un problema de salud mental y no lo abordas, no estás cuidando de ti de manera integral.
P. ¿Tiene muchos de estos casos entre sus pacientes?
R. Tengo más por atracón, pero cuando evalúas los casos te das cuenta de que en muchos de ellos primero hubo restricción, de calorías o de alimentos. Tengo una paciente que se despertó un día llorando porque había soñado con una palmera de chocolate, y es algo que se había prohibido ingerir.
P. ¿Hay algún patrón común en los que acuden a su consulta?
R. Nueve de cada diez casos son mujeres. Comparten una baja autoestima, están muy pendientes de lo que la sociedad impone como norma, y unos ideales de belleza establecidos que se acentúan de una manera brutal con las redes sociales. Y esconden trauma, mucho trauma. Con la pandemia, muchos TCA que estaban apagados subieron de nuevo a flote. Antes en España se trabajaban estos casos teniendo solo en cuenta las bajadas de peso, y una vez recuperado, se daba el alta.
P. ¿La medicina actual tiene hoy en cuenta más cosas a la hora de evaluar a los pacientes?
R. El sistema de salud actual es muy ‘pesocentrista’ y gordofóbico. Duele decirlo porque hay muchas personas que tienen un peso por encima de lo que se considera normativo y son metabólicamente saludables, y aun así se les anima a perder peso. Tengo muchos casos de trastorno por atracón a los que nadie les ha preguntado cómo se encuentran, si han tenido o tienen algún problema de salud mental. Ya que no todo el mundo puede permitirse acudir a un psicólogo, conviene valorar algo más que lo que se ve en las analíticas o en la báscula.
P. ¿Cómo podemos detectar un TCA en personas de nuestro entorno?
R. Es uno de los más difíciles de detectar porque está muy normalizado hacer dieta para perder peso. No conozco a una sola mujer que no haya hecho dieta alguna vez en su vida. El pelo y la piel se les estropean muchísimo y suelen estar apagadas, con cierta ansiedad. Siempre tienen frío y hacen cosas extrañas con la comida, dicen que no tienen hambre o quieren estar solas para comer, de repente cosas que les gustaban ahora les sientan mal… Muchos padres y madres se sienten culpables porque no lo han visto antes, pero es que se especializan en buscar coartadas. Lo importante es que pidan ayuda cuanto antes.
P. Cuenta usted que en la regla, ese tema silenciado hasta hace poco, tiene también mucha importancia la alimentación.
R. Las mujeres somos hormonas andantes, completamente cíclicas. Dependiendo de la fase del ciclo en la que estemos queremos comer de una u otra manera. Y no hace falta acudir a ningún libro, basta con escuchar tus necesidades. Si tu mente y tu cuerpo te piden comer más unos días antes de la regla, hazlo. Y sin juicio. En muchas personas con TCA la menstruación desaparece como signo de alerta y de no salud, y el cuerpo apaga lo que no es necesario para sobrevivir. El ciclo es un signo de salud muy valioso.
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