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Varios hospitalizados en el Reino Unido tras usar inyecciones falsificadas de Ozempic

Los síntomas sufridos por los pacientes sugieren que las dosis fraudulentas contenían insulina en lugar del popular fármaco que hace perder peso, al igual que ocurrió en Austria hace unos días

Ozempic
Dosis de Ozempic en proceso de envasado en la planta de Novo Nordisk en Hillerod (Dinamarca).TOM LITTLE (REUTERS)

Las autoridades del Reino Unido han alertado del riesgo para la salud que suponen las inyecciones falsificadas del medicamento Ozempic, indicado para la diabetes y muy popular en los últimos meses debido a sus efectos para perder peso, tras detectar un “número muy pequeño” de hospitalizaciones como consecuencia de su uso. La Agencia Regulatoria de Medicinas y Cuidado de la Salud (MHRA, en sus siglas en inglés) ha hecho un llamamiento a “no usar ninguna pluma precargada” adquirida por Internet y a informar a las autoridades para que estas puedan investigar y adoptar las medidas necesarias para la protección del paciente. La comunicación llega solo tres días después de que Austria sufriera el mismo problema.

La fiebre por el fármaco, disponible en el Reino Unido para fines de adelgazamiento desde principio de septiembre, ha disparado la demanda después de que el Servicio Nacional de Salud (NHS, en sus siglas en inglés) promoviese un lanzamiento controlado y limitado tanto en sus centros, como en algunas clínicas privadas. Fabricado por Novo Nordisk, la principal empresa europea por capitalización, y comercializado en el mercado británico para perder peso como Wegovy, se trata de una hormona de supresión del apetito muy popular entre celebridades, entre ellas, el propio ex primer ministro Boris Johnson. Tanto Ozempic como Wegovy se basan en la semaglutida, un componente desarrollado por la compañía danesa en 2012.

La Agencia Europea del Medicamento (EMA, en sus siglas en inglés) ha alertado este mes de unidades fraudulentas, etiquetadas en alemán, que han sido identificadas en empresas mayoristas de la Unión Europea y del propio Reino Unido e importadas por los cauces legales por distribuidores de Alemania y Austria. Fue precisamente esta disponibilidad en circuitos tradicionales lo que suponía un cambio significativo respecto a avisos anteriores, que se centraban en la venta irregular a través de Internet.

En el caso británico, por el contrario, el acceso al fármaco a título individual se limita exclusivamente a vías no legítimas, según se deduce de un comunicado de la MHRA, en el que informa de la incautación de 369 inyecciones de Ozempic potencialmente falsas desde enero de este año, así como de alegaciones de plumas fraudulentas de Saxenda (un fármaco similar) también obtenidas mediante rutas no oficiales.

Entre los efectos secundarios detectados en aquellos que han sido hospitalizados figuran golpes hipoglucémicos y coma, lo que, de acuerdo con el regulador británico, sugiere que al igual que en Austria las inyecciones falsas podrían contener insulina en lugar de semaglutida.

El Gobierno británico ha reaccionado también ante un fenómeno del que el colectivo sanitario había alertado en septiembre, cuando el fármaco comenzó a estar disponible para perder peso en la sanidad pública. Por entonces, los médicos reclamaron una regulación más severa de la demanda por parte de clínicas privadas y farmacias online y, tras la alerta de este jueves por parte de la MHRA, el secretario de Estado de Salud, Will Quince, ha confirmado en un comunicado que el regulador tiene el “pleno apoyo” del Ejecutivo para “tomar medidas” contra los proveedores ilegales para “asegurar la protección del paciente.

Con todo, para el saturado sistema británico de salud, el fármaco está considerado una pieza clave para abordar los riesgos derivados de la obesidad, un problema que, en territorios como Inglaterra, afecta a uno de cada cuatro adultos y donde el 38% tiene sobrepeso. De momento, los proyectos piloto iniciados a principio del mes pasado alcanzarán a 50.000 personas, pero si se saldan con éxito, se espera que millones puedan acceder al tratamiento.

En las pruebas clínicas, los participantes han perdido, de media, un 15% de su peso y, además, el fármaco ha demostrado reducir el riesgo de infartos e ictus en un quinto, por lo que el Gobierno espera que juegue un rol significativo en la reducción de la presión sobre el servicio sanitario. Pero junto al uso público, conocidas farmacias online del Reino Unido pueden comercializarlo a título privado por 200 libras (230 euros) al mes, una disponibilidad sobre la que médicos británicos habían advertido. En septiembre, profesionales de la salud recalcaron que las inyecciones pueden ser “increíblemente peligrosas” si no se prescriben adecuadamente.

De hecho, la disparada demanda ha desencadenado el temor a que el NHS quede relegado, puesto que la propia Novo Nordisk ha reconocido que solo un “porcentaje” del fármaco, cuyas reservas se están agotando, se dedicará al sistema público de salud, con el resto destinado a compañías privadas. Es precisamente el enorme apetito por el Ozempic el que ha provocado la escasez del medicamento, un fenómeno que, según las autoridades europeas, está detrás del aumento desbocado de los intentos de hacerse con unidades por cualquier vía.

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