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Tribuna
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Adiós, hermano

Fallece Ander Landaburu, periodista vasco que trabajó en ‘Cambio 16′ y EL PAÍS

Ander Landaburu, antiguo delegado de EL PAÍS en Euskadi, en una foto de 1997.
Ander Landaburu, antiguo delegado de EL PAÍS en Euskadi, en una foto de 1997.uly martín

Avenida de Horacio, México DF. Despacho de trabajo, con cajas y maletas a medio cerrar. Ander Landaburu saca su agenda de letra menuda. Enciendo mi grabadora. De la A a la Z, recita nombre, teléfono, y algún dato destacable, que remata en casi todas las ocasiones con un “era un tipo muy majo”. Al finalizar las docenas de nombres de políticos, periodistas, diplomáticos, escritores que ha conocido en su larga estancia como corresponsal en Centroamérica y Caribe, con sede en México, y ver la enorme cantidad de “tipos muy majos” que ha conocido, le pregunto: “Ander, y en todos estos años, ¿no te has topado con ningún cabroncete?” Sonríe. No. Y si lo encontró, no lo anotó en su agenda. Así me hizo el traspaso de la corresponsalía.

Al conocer hace pocas horas su fallecimiento, esta es la anécdota que me vino a la cabeza y que describe a la perfección el carácter de este periodista vasco: parafraseando una vez más a Machado, Ander era, “en el buen sentido de la palabra, bueno”.

Ander Landaburu Illaramendi (París, 2 de noviembre de 1944 - Algorta, Vizcaya, 1 de octubre de 2022) ha fallecido en su casa de Algorta a los 77 años. La enfermedad lo había ido agotando en las últimas semanas. Murió rodeado de su esposa e hijas, sin apenas sufrir.

Hijo de Francisco Javier Landaburu, abogado, periodista y sobre todo destacado dirigente del PNV; diputado en la República, y exiliado en París al finalizar la guerra, Ander nació en París, en el exilio, al igual que sus otros seis hermanos.

Ya en España, Ander siguió los pasos de su padre como periodista, trabajando en la agencia Reuters. En 1971 se incorpora al naciente Cambio 16, donde estuvo desde su segundo número y donde desarrolló buena parte de su exitosa carrera periodística. Delegado en El País Vasco, destinado más tarde en Cataluña tras un fugaz paso por la revista Opinión, regresa a Cambio 16 y a Euskadi como delegado en el País Vasco, donde será el testigo incómodo de los años de plomo de ETA.

Amenazado por el entorno etarra y también por la ultraderecha, Cambio 16 lo sacó de Bilbao a mediados de 1975. Pasó una temporada en Argel y el Sahara, informando del entonces muy activo Frente Polisario. El mismo día que murió Franco, el 20 de noviembre, Landaburu entrevistó en exclusiva al presidente argelino Huari Boumediene. Una entrevista que sería censurada y causaría un grave problema diplomático.

Unas fechas antes, Landaburu había publicado un reportaje titulado Comida política: Vascos y trece que recogía las opiniones de otros tantas personalidades vascas. El Consejo de Ministros consideró que esa información sobre “el llamado problema vasco” (textual) contenía frases “delictivas”. La revista fue suspendida durante tres semanas. También le fue censurada la entrevista que le hizo al dirigente carlista Caerlos Hugo de Borbón Parma, hecha en su casa de San Juan Luz.

En 1984 Landaburu fue nombrado corresponsal en México de Cambio 16 y Diario 16. Y cuatro años más tarde, ocupó la corresponsalía de Bruselas y posteriormente la de su París natal. Se reincorpora a la redacción central de la revista en 1994, como director adjunto, donde publica una interesante serie de entrevistas tituladas 20 preguntas a.

A finales de 1994, el entonces ministro de la presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, le propuso formar parte del Consejo de Administración de RTVE. Cargo que aceptó con la condición de que fuera compatible con su trabajo como periodista y no percibir remuneración alguna. Decisión esta que molestó a algunos consejeros. Pocos meses después, en agosto de 1995, abandonó el Consejo por “considerarlo incompatible con el ejercicio de la profesión periodística”. Una muestra del sentido de la independencia, honradez y profesionalidad que marcó su larga trayectoria periodística.

En 1996, por graves desacuerdos con el empresario que entonces controlaba Cambio 16, Ander y otros directivos del Grupo 16 fueron ilegalmente despedidos. En 1997, EL PAÍS lo nombró delegado en Euskadi, donde dirigió la puesta en marcha de la edición vasca del periódico y siguió hasta su jubilación.

Esta buena persona, que me consideraba, y así me llamaba, su hermano, se ha ido. Adiós, hermano, adiós.

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