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El volcán de La Palma se convierte tras 84 días en el de más duración de la historia en la isla

La erupción cumple 84 días, uno más que el registrado en 1585 en Tehuya, lo cual deja este evento como la cuarta en duración en toda la historia de Canarias

El volcán de Cumbre Vieja, en La Palma, este viernes.Vídeo: AFP / EFE
Guillermo Vega

El volcán de La Palma sigue entrando con paso firme en los libros de Historia. La erupción más destructiva de cuantas han asolado el archipiélago es ya la más longeva de las que se han producido en la isla, tras cumplir este domingo 12 semanas de vida (84 días). Estos datos le permiten superar al que se produjo en Tehuya en 1585, situado también en La Palma. Por delante ya solo quedan el Volcán de Tao o del Clérigo, en Lanzarote (86 días en 1824); la erupción de Narices del Teide, en Tenerife (99 días en 1798) y los seis años que duró la erupción en Timanfaya, en Lanzarote en 1730.

Los dos registros más cercanos parecen perfectamente alcanzables. No en vano, los expertos del comité científico del Plan de Emergencias por Riesgo Volcánico de Canarias (Pevolca) han explicado este fin de semana que mientras siga existiendo tremor volcánico (indicador que señala el movimiento de fluidos bajo la superficie terrestre) y emisión de dióxido de azufre (indicador de que hay magma cercano a la superficie), la erupción en Cumbre Vieja, en La Palma, continuará pese a que la sismicidad siga siendo menor.

Una de las teorías más aceptadas sobre la creación de las Islas Canarias sostiene que el archipiélago se sitúa sobre la placa continental africana, que flota sobre el manto terrestre en dirección este a una velocidad similar a la que crecen las uñas. Hace unos 20 millones de años, la placa comenzó a pasar sobre el punto caliente, que inyectó magma y comenzó a crear las primeras islas: Fuerteventura y Lanzarote. La Palma y el Hierro son las islas más jóvenes, con apenas 1,8 y 1,2 millones de años de edad, respectivamente. El punto caliente está aún bajo ellas y por eso tienen volcanes activos que las hacen crecer en extensión y superficie.

Los registros históricos cubren, aproximadamente, los últimos seis siglos, periodo en el que se han registrado más de una veintena de erupciones en Canarias. La Cumbre Vieja de La Palma, donde el 19 de septiembre estalló la tierra, constituye uno de los complejos volcánicos más activos de Canarias. No en vano, en ella se han producido dos de las tres últimas erupciones registradas en las islas, la del volcán San Juan (1949) y la del Teneguía (1971).

Más de 1.600 edificaciones arrasadas

En estas 12 semanas, la erupción ha arrasado con 1.628 edificaciones, según la Dirección General del Catastro, de las cuales 1.304 son viviendas, 179 cuartos de uso agrícola, 74 fábricas y naves industriales, 40 negocios de ocio y hostelería, 15 colegios, templos y espacios de uso público. Los días más dañinos de la lava fueron el 20 y 29 de septiembre, cuando resultaron afectados 159 y 151 inmuebles en solo 24 horas, respectivamente. El terreno cubierto por las distintas coladas alcanza las 1.173 hectáreas. A esa extensión se ha de sumar otra no precisada hasta la fecha: las zonas que no ha tocado la lava, pero que están sepultadas por la capa de ceniza, en algunos lugares de varios metros de espesor.

A diferencia de lo ocurrido estos días en Indonesia, donde han perdido la vida 45 personas por la erupción del volcán Semeru, en Canarias no hay víctimas mortales —aunque un caso de un fallecido se encuentra en investigación—, gracias a la evacuación de más de 7.000 habitantes de las zonas afectadas. Casi tres meses después de iniciarse la crisis, apenas 30 familias han podido volver a sus casas en dos barrios de Los Llanos de Aridane, al darse por paralizada la colada de lava que amenazaba a esa zona.

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Sobre la firma

Guillermo Vega
Corresponsal en Canarias y miembro del equipo de edición del diario. Trabajó en la Cadena Ser, Cinco Días y fue jefe de EL PAÍS Retina y de la sección de Tecnología. Licenciado en Ciencias de la Información, diplomado en Traducción e Interpretación y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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