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España vuelve al riesgo alto de contagios de covid después de tres meses

Esta es la tercera ola en la que el país sobrepasa los 300 diagnósticos por 100.000 habitantes, pero la situación de los hospitales es mucho mejor que en ocasiones anteriores

Covid in Spain
Las Ramblas de Barcelona, el pasado 7 de diciembre.MASSIMILIANO MINOCRI (EL PAÍS)
Pablo Linde

España volvió el jueves a situarse en riesgo alto de transmisión por coronavirus. La incidencia acumulada ha vuelto a niveles de finales de agosto y ha superado por primera vez los 300 casos por 100.000 habitantes en 14 días (305) desde que el Ministerio de Sanidad y las comunidades aprobaran un nuevo semáforo covid más laxo que situaba en esta cifra el listón para elevar la alerta. Tras la quinta ola, el país se había tomado un respiro de tres meses en los que la incidencia había oscilado entre el riesgo medio y bajo.

Es la tercera vez que España pasa este umbral de 300 diagnósticos: en la primera ola no se alcanzó porque se detectaban muchos menos casos de los que se produjeron y la cuarta llegó a un máximo de 235,6, el pasado 26 de abril, muy lejos del tope absoluto: 899, el 29 de enero de este año, durante la tercera. Los indicadores de la gravedad de la enfermedad (hospitalizaciones), sin embargo, son hoy mucho mejores que en las ondas precedentes gracias a la vacunación, lo que hace que el riesgo global, teniendo en cuenta la ocupación hospitalaria, sea todavía medio.

Un 4,4% de las camas hospitalarias están ocupadas por pacientes de covid (lo que sitúa esta métrica en riesgo bajo), porcentaje que asciende a un 11,3% en las UCI (riesgo medio). La ocupación hospitalaria (5.479 personas ingresadas) queda todavía lejos de la quinta y la cuarta ola, cuando se superaron los 10.000. Y muy lejos de las precedentes. El récord se batió en la tercera, cuando prácticamente no había personas vacunadas y llegaron a registrarse más de 32.000 pacientes ingresados. El gran porcentaje de población diana con la pauta completa (un 90% de los mayores de 12 años) hace prever a todos los expertos consultados que esta sexta ola sea menos letal que las anteriores.

“Es un escenario muy distinto a todos los que hemos vivido hasta ahora”, señala Antoni Trilla, catedrático de Salud Pública de la Universidad de Barcelona. “Es importante mirar el número de casos, pero nos tiene que preocupar más la saturación hospitalaria. Si seguimos aumentando mucho la transmisión acabaremos todos más estresados, pero el sistema está a unos niveles de ingresos y UCI que de momento son gestionables, mucho menores que en otras olas”, añade.

Ignacio Rosell, epidemiólogo y coordinador del comité de expertos de la covid-19 en Castilla y León, advierte, sin embargo, de que no conviene confiarse. “Incidencia significa riesgo. Creo que evidentemente no vamos a llegar al número de fallecimientos de antes de las vacunas. Pero la transmisión podría llegar a ser muy alta, es muy difícil que baje antes de Navidad. Y, entre muchos casos, algunos se agravan. Estamos inquietos”, confiesa.

La ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, a 10 de diciembre.Vídeo: EUROPA PRESS

Los modelos muestran que al menos va a seguir subiendo un par de semanas, según Clara Prats, investigadora en Biología Computacional de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC). “Más allá es complicado hacer predicciones”, reconoce. La incidencia en siete días sigue siendo considerablemente más alta que la mitad de la de 14, lo que marca una clara tendencia de ascenso. Y lo hace, además, con dos días festivos en los que no se han contabilizados casos. La realidad es probablemente algo peor de la que muestran los informes de Sanidad.

¿Por qué incluso con vacunas a los expertos les preocupa la incidencia? Lo resume el epidemiólogo Javier del Águila: “Quizás están dando una sensación de invulnerabilidad que no es cierta. Si generan una protección del 90% supone que en cada encuentro con el virus hay probabilidad de que la vacuna falle. Y con mucha transmisión habrá más contactos con el virus y, por tanto, más riesgo para todo el mundo”.

Los casos vienen del noreste

La distribución de contagios es muy desigual en España. Mientras que ya está en nivel muy alto (una incidencia acumulada por encima de 500) en Navarra (956), País Vasco (757) y Aragón (591); en Andalucía y Castilla-La Mancha no llegan a 150. Del Águila observa el mismo patrón de comportamiento que en olas previas: “No sabemos por qué, pero vemos que empiezan en el noreste, con alta transmisión en Cataluña, País Vasco, Navarra y Aragón. De ahí van a Madrid, que probablemente sea la próxima que empiece a crecer, luego pasa al resto del centro de la Península y suele llegar más tarde a Andalucía y Galicia”. Las islas, por su propia naturaleza, han seguido patrones distintos, que han respondido a otros factores, como el turismo. Este experto, que ha estudiado la distribución geográfica de los casos durante toda la pandemia, cree que en esta ocasión puede suceder algo parecido a lo descrito.

Esto también se traduce en presiones asistenciales muy distintas. Mientras los hospitales de las zonas menos afectadas prácticamente se encuentran en niveles de normalidad, las de las comunidades con más incidencia ya están teniendo que parar la actividad asistencial no urgente. Cataluña, Navarra, País Vasco, La Rioja, Aragón y Castilla y León ya están en nivel de riesgo alto.

La distribución de los diagnósticos también es muy desigual por edades. Los menores de 12 años, el único grupo que todavía no ha comenzado la campaña de vacunación, soportan con diferencia los niveles de transmisión más altos: 533 casos por 100.000 habitantes en 14 días, seguidos de los treintañeros (325) y los cuadragenarios (380). La edad de estos grupos coincide con la que tienen la mayoría de los padres de los niños, lo que sirve a los expertos para reforzar la tesis de que esta ola está principalmente impulsada por los contagios entre los más pequeños, que luego lo llevan a casa. Es lo contrario de lo que ha sucedido anteriormente.

Esto hace difícil interpretar cómo puede afectar a las infecciones el puente de esta semana y las próximas fiestas. “Por un lado, se corta la relación entre los niños en el colegio, pero por otro se fomenta entre mayores en otros espacios”, reflexiona Rosell, que insiste en aconsejar a la población que sea prudente y mantenga las medidas de prevención.

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

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