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El Estado de São Paulo decreta toque de queda y cierra playas, colegios e iglesias para aliviar los hospitales

El 8% de los municipios de la región más rica de Brasil no tiene camas libres de cuidados intensivos. A partir del lunes no se podrá circular entre las ocho de la tarde y cinco de la mañana

Una familia se despide en el funeral de un ser querido fallecido por covid-19 en São Paulo, Brasil, este jueves cuando se ha anunciado el toque de queda. En video, hospitales, parques y cementerios en Brasil.Vídeo: AP | VIDEO: AFP / REUTERS
Diogo Magri

El gobernador del Estado de São Paulo, João Doria, ha anunciado este jueves el endurecimiento de las restricciones para frenar los contagios y aliviar las UCI este jueves, un día después de que Brasil contabilizara 2.286 muertos, la cifra más alta de la pandemia. A partir del próximo lunes y durante 15 días, habrá toque de queda entre las ocho de la tarde y las cinco de la mañana; las escuelas estatales suspenderán las clases (solo abrirán para repartir alimentos), cerrarán las iglesias, las playas y los parques y no se jugará la liga local de fútbol. Se calcula que 4,5 millones de personas dejarán de circular por el área metropolitana de São Paulo.

São Paulo, el Estado más poblado de Brasil, es uno de los que está endureciendo las restricciones ante el espectacular aumento de casos, que ha colocado las redes hospitalarias pública y privada al límite en prácticamente todo el país. Gobernadores y alcaldes están adoptando distintas medidas para contener la epidemia mientras el proceso de vacunación avanza lentamente.

Cincuenta y tres municipios, un 8% del total, tienen el 100% de las camas ocupadas, según el Gobierno estadual. En la rueda de prensa en la que anunció las medidas, Doria mostró un vídeo donde se señala que varios hospitales del Estado ya tienen todas las camas ocupadas. “No hay suficientes profesionales para poner más camas”, afirmó el gobernador, que era reacio a adoptar medidas restrictivas a pesar de las súplicas de los especialistas. Ahora, dijo que las medidas que se han tomado son necesarias incluso si atentan contra su popularidad.

El gobernador cerró las iglesias, aunque recientemente las incluyó en el listado de actividades esenciales del Estado. El teletrabajo será obligatorio para las actividades administrativas no esenciales, tanto de las empresas privadas como de los organismos públicos. Se recomienda llevar mascarilla en el exterior y también en lugares cerrados, incluso en reuniones reducidas dentro de casa. Solo se podrá circular durante el toque de queda en casos de necesidad absoluta, y se prohíben las aglomeraciones. Las escuelas públicas estatales solo permanecerán abiertas para alimentar a los alumnos y distribuir material, siempre con cita previa. Se anticiparán también los festivos de la Semana Santa y de octubre, que tendrán lugar del 15 al 28 de marzo. “Si es necesario, adelantaremos las vacaciones de julio también”, ha declarado el secretario de Educación, Rossieli Soares. Se recomienda que las escuelas privadas también sigan estas orientaciones, aunque podrán decidir libremente qué hacer.

El Gobierno también pautó horarios de uso del transporte público para evitar aglomeraciones. Se sugiere que los trabajadores de la industria lo utilicen de 5 a 7 de la mañana; los trabajadores del sector servicios de 7 a 9; y los que trabajan en el comercio de 9 a 11. “No podemos limitarnos a aumentar el número de camas. Lo estamos haciendo y lo aumentaremos todavía más, pero todo el mundo tiene que colaborar y ser responsable”, advirtió el secretario de Sanidad, Jean Gorinchteyn. “La situación ha seguido empeorando después de decretar la fase roja y hacen falta más medidas restrictivas. No queremos limitar la vida, sino protegerla. Y la ciencia ha demostrado cómo hacerlo”, agregó Paulo Menezes, coordinador del Centro de Contingencia.

Cientos en lista de espera

El secretario de Sanidad de São Paulo, Jean Gorinchteyn, señaló que en el Estado hay una lista de 2.046 personas que esperan una cama, hay 9.144 enfermos de covid-19 internados y la media de ingresos en las UCI es de 150 personas al día. La tasa de ocupación de las UCI en el Estado ronda el 87,6%. La media diaria de hospitalizaciones esta semana es de 2.379 (un 9,8% más que la semana pasada), mientras que la media diaria de fallecimientos es un 12,3% mayor que la semana pasada: 319. Desde el inicio de la pandemia, ha habido 2.164.066 contagios y 63.010 muertes por coronavirus en São Paulo. “La velocidad de la pandemia es mucho más rápida, afecta a un mayor número de personas en un corto período de tiempo, varios de nuestros hospitales ya están en situación crítica. Es la mayor crisis sanitaria de todos los tiempos”, dijo Gorinchteyn.

Antes de la rueda de prensa, Doria anticipó que anunciaría más medidas restrictivas en un vídeo que difundió en sus redes sociales. “Brasil se está colapsando y, si no frenamos el virus, no será diferente en São Paulo. Tendremos que adoptar medidas más restrictivas. Es la única manera, en este momento, de contener la aceleración de muertes. A ningún gobernante le gusta detener las actividades económicas”, dijo.

Los expertos del Centro de Contingencias del Estado de São Paulo hacía semanas que presionaban al gobernador para que endureciera las medidas restrictivas, pero solo a principios de este mes Doria cedió y puso a todo el Estado en fase roja. Esto es, que solo pueden funcionar actividades esenciales como supermercados, transporte público y farmacias. Sin embargo, las escuelas, las iglesias y los centros deportivos estaban abiertos.

Las nuevas restricciones implican detener el campeonato de fútbol de São Paulo, conocido como Paulistão, el mayor torneo regional del país. Desde que volvió a jugarse, el 27 de febrero, se han disputado tres jornadas y está previsto que termine en mayo. El año pasado, la competición se interrumpió el 16 de marzo y solo volvió más de cuatro meses después. Como las restricciones solo empezarán el próximo lunes, durante el fin de semana se jugará completa la cuarta jornada del campeonato.

La Federación Paulista de Fútbol y los clubes han intentado echar un pulso con el Gobierno, argumentando que el protocolo sanitario del fútbol es seguro, pero Doria hizo caso a los especialistas del Centro de Contingencia.

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Diogo Magri
Reportero de la edición brasileña de EL PAÍS desde noviembre de 2017. Escribe principalmente sobre deportes, política y sociedad. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de São Paulo.

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