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India se echa atrás en su veto al plástico de un solo uso

El Gobierno de Modi, que había reiterado su compromiso el viernes pasado en la cumbre del clima en Nueva York, justifica su repliegue por el impacto industrial de la medida

Restos acumulados en la playa de Juhu, en el centro de Bombay; la capital financiera de India.
Restos acumulados en la playa de Juhu, en el centro de Bombay; la capital financiera de India.Ángel Martínez

India se ha echado atrás en su prohibición de plásticos de un solo uso prevista este miércoles, coincidiendo con el 150 aniversario del nacimiento del Mahatma Gandhi. Aunque el propio primer ministro, Narendra Modi, había reiterado su compromiso el viernes pasado ante las Naciones Unidas en Nueva York, el Gobierno justifica su repliegue por el impacto industrial que la medida tendría ante la actual desaceleración económica. El incumplimiento de esta política pone en duda la campaña nacional Swatchh Bharat (Limpiar India) del actual Ejecutivo. Iniciada hace cinco años en nombre también de Gandhi, esta misión pretendía erradicar la defecación al aire libre para este año, 2019, y la eliminación completa del plástico para el 2022.

“No hay nueva prohibición en curso”, ha aclarado a la agencia de noticias Reuters el burócrata del Ministerio de Medio Ambiente, Chandra Kishore Mishra. “Ahora es una cuestión de informar de los efectos nocivos del plástico, su recogida y reciclado para que no se tire basura en las calles”. Así, India abandona la prohibición con carácter inmediato del uso de bolsas de plástico, vasos, platos, pajitas, botellas pequeñas y algunos sobres. En cambio, las autoridades se centrarán en reducir su utilización reforzando las laxas normas de manufactura, almacenamiento y consumo de plásticos de un solo uso como bolsas de polietileno y similares.

Desde que el propio primer ministro Modi anunció la prohibición en agosto, las reacciones fueron dispares, ante la falta de alternativas y la recesión económica. La Confederación de Industrias de India, grupo de presión, dijo que la medida se había convertido en un problema existencial para muchos sectores de la economía nacional, que podían sufrir miles de despidos y reestructuraciones imposibles. Por ejemplo, la industria se quejaba de la ausencia de otra forma de almacenamiento de productos farmacéuticos y de salud más allá de las botellas pequeñas; que deberían quedar exentas del veto.

Aunque la mayoría de Administraciones regionales y locales no se pronunciaron, el anuncio de la prohibición fallida tuvo algunos efectos positivos. La ciudad de Kolkata (antes Calcuta) hizo coincidir su veto local, efectivo este miércoles, con el nacional. En la orilla opuesta del país, el Gobierno estatal de Goa también informó de su completa prohibición en sus oficinas. Mientras, el aeropuerto internacional de Bombay emitía una circular ayer martes anunciando cambios en cubiertos, vasos, platos y bolsas a disposición de los viajeros y la imposición de multas de hasta 325 euros y tres meses de prisión para los infractores, dependiendo de la reincidencia.

Los restos plásticos a nivel global están alcanzando proporciones catastróficas, con cerca de 100 millones de toneladas vertidas a los océanos hasta la fecha. Sin embargo, solo 60 países han prohibido total o parcialmente estos plásticos de un solo uso, la mayor parte en África. Mientras Modi ha prometido que India estará libre de plásticos para 2022, en Asia el resultado de estas políticas ha tenido resultados dispares por falta de cumplimiento y mala gestión de recursos; lo que genera un problema hercúleo en un país como India, con cerca de 1.300 millones de habitantes, el octavo de la población global.

Según el Instituto de Energía y Recursos de Nueva Delhi, un indio medio consume 10 veces menos que un estadounidense y el uso per cápita de plásticos en India es la mitad que la media global. Sin embargo, más del 85% de los cerca de 14 millones de toneladas usadas diariamente en el país asiático no pasan por ningún sistema de gestión, según los datos disponibles. En Bombay, por ejemplo, que vetó su uso el pasado junio, los plásticos bloquean el alcantarillado y siguen generando inundaciones que paralizan toda actividad durante el monzón, ya que las multas se aplican a establecimientos pero no a consumidores. Lo mismo ocurre estatalmente, ya que Maharashtra vive una situación idéntica aunque estos plásticos se prohíben desde marzo de 2018. Los estudios responsabilizan del fracaso a la falta de alternativas y a la mala ejecución de la norma.

Crítica similar recibe el otro proyecto que sostiene la campaña nacional Swatchh Bharat, pilar de la política sanitaria en India. Hace cinco años, también con motivo del nacimiento de Gandhi, el Gobierno indio anunciaba su intención de ofrecer acceso a letrinas para todos sus habitantes y declarar así la erradicación de la defecación al aire libre -fuente de enfermedades- para el año 2019. Cumplido el plazo, los datos oficiales indican que el 98% de la India rural tiene acceso hoy a letrinas, a diferencia del 39% de hace cinco años. Sin embargo, estudios denuncian la ejecución parcial del programa.

Grupos locales indican que muchas letrinas no funcionan mientras que otras cuentan con un solo tanque séptico que quedará en desuso en siete años. Los expertos, por su parte, señalan que muchas comunidades no han sido informadas del uso de las instalaciones; abandonadas por falta de información y seguimiento. Precisamente, estas lagunas extendieron la controversia hasta Nueva York la semana pasada, cuando Modi recibió el Premio Goalkeeper de la Fundación Bill y Melinda Gates por el éxito de su programa sanitario, generando críticas de activistas y expertos.

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