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Una línea roja contra la ampliación del aeropuerto de Barcelona

La red Stay Grounded escoge la capital catalana para reclamar la reducción del tráfico aéreo para luchar contra la contaminación

Acción de protesta contra la ampliación del Aeropuerto de Barcelona.
Acción de protesta contra la ampliación del Aeropuerto de Barcelona.Stay Grounded
Mar Rocabert Maltas

Una treintena de activistas de la red internacional Stay Grounded (Quédate en tierra) han mostrado este domingo su rechazo a la ampliación del aeropuerto de Barcelona. Vestidos con monos rojos y mascarillas, se han sentado en el suelo del vestíbulo, formando una línea, ante una gran pancarta donde se leía “Stop ampliación aeropuerto”. La acción de protesta ha sido la parte más visible del encuentro que se ha hecho este fin de semana en Can Batlló, donde unos 200 activistas de esta red han hecho conferencias y sesiones de trabajo para reclamar el decrecimiento de la aviación, uno de los transportes más contaminantes, y potenciar sistemas de movilidad más verdes como el tren.

Durante tres días, activistas de una quincena de organizaciones catalanas y españolas han participado en la conferencia internacional de Stay Grounded, titulada Decrecimiento de la aviación. Se trata de una red que nació en 2016 en Viena para poner en contacto los colectivos ambientalistas que defienden la reducción de los vuelos para reducir la contaminación, y que ya tiene su ramificación en Barcelona, formada por el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales (ICTA) de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), Ecologistas en Acción, Observatorio Desc, ClimAcció, Rebelión o Extinción, Asamblea de Barrios para un Turismo sostenible, Gavà Mar Asociación de Vecinos o Families for Future Barcelona.

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Magdalena Heuwieser es una de las fundadoras de la red. Llegó el pasado viernes desde Viena en tren, junto con otros compañeros. Cuenta que el colectivo defiende “13 medidas para conseguir un sistema de transporte justo y reducir el tráfico aéreo”. Entre ellas, poner fin a los medios de transporte más contaminantes y que favorecen el cambio climático; reducir el transporte de mercancías disminuyendo la demanda de bienes que proceden de países lejanos y tener como objetivo la justicia climática. Si se fijan en la aviación es porque es un medio de transporte muy contaminante y que se prevé que crezca hasta un 300% en los próximos 30 años.

No le gusta la etiqueta “flygskam” (vergüenza de volar), que se ha popularizado en Suecia para rechazar ir en avión, porque apela a la responsabilidad individual, y Heuwieser defiende que esta es una lucha colectiva, a la cual se debe frente desde la política. Los datos indican que el 80% de la población no ha cogido nunca un avión, pero las consecuencias negativas de la contaminación aérea se sufre en todo el mundo. De hecho, hay un 20% de la población que coge aviones y un 10% que lo hace con una mayor frecuencia.

Por eso, algunas de las medidas que se han trabajado este fin de semana son poner un impuesto al queroseno y a los voladores frecuentes; reducir o limitar los vuelos de distancias cortas, es decir, de unos 1.500 kilómetros, que se pueden hacer con otros medios de transporte como el tren; cambiar las políticas de viajes de empresas e instituciones, para volar menos y apostar por las videoconferencias o los trenes; o poner límite al turismo de masas.

Si Stay Grounded ha escogido Barcelona para celebrar este encuentro es precisamente porque es una ciudad muy afectada por el turismo, donde el 80% de los visitantes llegan en avión. Tiene el aeropuerto con más actividad del Mediterráneo y el séptimo de Europa. El aeropuerto de Barcelona registró 5,10 millones de pasajeros el pasado junio, un 6,2% más con respecto al mismo periodo de 2018, lo que supuso un récord para este mes, según datos de Aena. Además, la capital catalana también registra un porcentaje muy elevado de cruceros, otro de los sistemas de transporte que más contaminan. Precisamente, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, propuso hace 10 días “poner límites” a los cruceros y al crecimiento del aeropuerto por la situación de emergencia climática. Entre unos y otros, han abierto la caja de los truenos.

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Sobre la firma

Mar Rocabert Maltas
Es periodista de tendencias y cultura en la redacción de Cataluña y se encarga de la edición digital del Quadern. Antes de llegar a EL PAÍS, trabajó en la Agència Catalana de Notícies. Vive en Barcelona y es licenciada en Periodismo por la Universitat Pompeu Fabra.

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