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La Clínica Mayo descubre que la temida talidomida frena un tipo de cáncer incurable

La talidomida, la medicina maldita de la década de los 60, puede convertirse en una bendición para los enfermos de mieloma, un tipo de cáncer incurable, según una investigación realizada por científicos de la Clínica Mayo en Estados Unidos.

De acuerdo con los investigadores, la droga que causó defectos de nacimiento en bebés cuyas madres la tomaron para aliviar mareos matinales, puede detener, o al menos frenar, el avance de un cáncer llamado mieloma que se caracteriza por el crecimiento excesivo y el mal funcionamiento de células plasmáticas en la médula espinal.

Los resultados del estudio son tan promisorios que han sido publicados hoy en la revista Leukemia pese a que las investigaciones aún no han concluido, según han explicado los investigadores de la Clínica Mayo.

Según esos resultados, 14 de 16 pacientes afectados por los primeros síntomas del mieloma mejoraron notablemente después de la administración de la talidomida, mientras que la salud de los otros dos no registró cambios o empeoró. En 11 de esos pacientes el cáncer se redujo al menos un 25%, señala el estudio.

La leyenda negra retrasa la investigación

La probabilidad de que la talidomida fuera efectiva contra el mieloma se había planteado hace dos años al advertirse reacciones positivas en pacientes en quienes no habían dado resultados los tratamientos de quimioterapia y radiación. En esa ocasión, los médicos dijeron que estaban administrando el medicamento con extrema cautela debido a su leyenda negra.

Desarrollada en 1957 por un médico alemán, la talidomida comenzó a ser recetada en los primeros años de la década de los 60 para reducir los síntomas de mareo y náuseas en mujeres que se encontraban en los primeros tres meses del embarazo.

Años depués, las investigaciones comprobaron que había sido la causa de graves malformaciones de las extremidades y de los órganos internos de bebés cuyas madres la habían tomado durante el embarazo. Decenas de miles de niños nacieron con deformaciones y se calcula que en la actualidad sobreviven entre 5.000 y 10.000 en el mundo.

Sin embargo, la temida medicina no desapareció totalmente y algunos médicos la administran en la actualidad para aliviar ciertos síntomas de la lepra y para combatir erupciones cutáneas en enfermos del sida.

Ahora, fuentes médicas han señalado que después del estudio se ha determinado que las posibilidades de que la talidomida afecte a los pacientes de mieloma son mínimas por cuanto esta enfermedad generalmente afecta a personas de 65 años o mayores.

Conclusiones alentadoras

El mieloma afecta cada año a unos 14.000 estadounidenses. Con una expectativa de vida de tres a cuatro años desde que se diagnostica la enfermedad, 12.000 de ellos mueren. Según los autores del estudio, los resultados son prometedores, pero al mismo tiempo indican que sería prematuro recetar la talidomida cuando aquél aún no ha concluido.

"Esta no es una cura, pero sin duda es alentadora. Es necesario evaluarla mejor", ha señalado en este sentido el doctor James Berenson, jefe de Oncología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Los Angeles, en California (EE UU).

El experto ha añadido que también es necesario estar alerta ante la posibilidad de que la talidomida provoque efectos secundarios que pudieran ser graves. Según uno de los autores del estudio, hasta ahora se ha determinado que la talidomida produce fatiga, sarpullido y adormecimiento de las manos y de los pies. En la mayoría de los casos, esos síntomas desaparecen una vez que se reduce la dosis.

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