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Tienes un DM: la historia de amor que empezó en Twitter y acabó en boda

La trayectoria de Andrés López y Victoria Borrás desde que se encontraron en internet hasta su boda en la vida real, el pasado 14 de julio, es un material perfecto para una comedia romántica de las buenas. Si Nora Ephron hubiese conocido su historia, Tienes un e-mail podría haber sido Tienes un DM.

Andrés y Victoria el día de su boda en Málaga.
Andrés y Victoria el día de su boda en Málaga.PPH estudio fotográfico

En 2018, se produjo un fenómeno extraño en Twitter. Algunos usuarios empezaron a contar la historia de cómo conocieron a sus parejas a través de esta red social bajo el hashtag #BenditoTwitter y se sumaron tantos testimonios que se hizo viral. Lo curioso del caso no es el proceso, sino el contenido de los tuits, porque la plataforma tiene más fama de ser un saco de odio y malas palabras que de buenos sentimientos. De hecho, el usuario Usurpador Cavernícola (@Eche_Pa_Lla) expresó con acierto la sorpresa que generó esta acción de tuiteros enamorados: “Twitter es para decir groserías, odiar sin razón alguna a todos, escuchar metal pagano y decir estupideces a lo que marca. #BenditoTwitter ni qué hijueputas”.

Aunque Andrés López (Málaga, 36 años) (@Andresito_epi) y Victoria Borrás (Alcalá la Real, 29 años) (@Viccarious) no participaron en ese movimiento, son parte del colectivo de parejas tuiteras bien avenidas. La trayectoria que recorrieron desde que se encontraron en Internet hasta su boda en la vida real el pasado 14 de julio es un material perfecto para una comedia romántica de las buenas. Si Nora Ephron hubiese conocido su historia, Tienes un e-mail podría haber sido Tienes un DM y, con un poco de suerte, habría dejado de lado el tema de la gran corporación que acaba con la librería de barrio para darle otro final más esperanzador. El paralelismo de su historia con la mencionada película se da en los pasos que dan hasta llegar a estar juntos, pero también en la presencia de la literatura: Victoria es editora en Amor de madre, una editorial “joven, feminista y LGTB+”, donde Andrés ha publicado un relato en Cuadernos de medusa, una antología que trata dichos temas.

Aunque se hicieron pareja sentimental de manera oficial el 1 de enero de 2013, se conocieron años antes. En 2011, Victoria llegó a Twitter desde los universos de Tuenti y Messenger, donde había que solicitar amistad y recibir la aprobación de la persona con la que se quería iniciar una conversación. Sin embargo, en la red social del pajarito azul la libertad era total y ella aprovechó la oportunidad para dar rienda suelta a sus ganas de interactuar. “Me voló la cabeza y empecé a mandar tuits como loca, en plan a Obama y gente así random”, dice a S Moda entre risas. “Y tuiteé como algo en plan ‘qué guay, en Twitter puedo hablar con arroba andresitoepi’. Yo le conocía porque tenían un blog de videojuegos llamado El Pixel Ilustre, que mi hermano y yo seguíamos mucho.”. Ese fue el momento decisivo, porque Andrés le contestó, aunque podría no haberlo hecho. “Andresito respondió en plan: ‘¿hola, te conozco?’. Yo no sabía utilizar Twitter, pero él llevaba bastante más tiempo en esta red social y sabía cómo iba”, sostiene Victoria.

“Creo que si lo buscamos, podríamos encontrar ese tuit”, comenta Andrés. Lo primero de lo que hablaron fue sobre videojuegos, claro. Pero, aunque seguía su blog, ella no tenía mucha idea del tema, así que le pedía ayuda a su hermano para quedar bien. “Me acuerdo de la típica pregunta de ‘si tuvieras que ir a una isla desierta ¿qué tres videojuegos te llevarías hoy?”, recuerda Victoria. Su hermano le chivaba una respuesta aceptable y Andrés pensaba que ella tenía muy buen gusto. Esas conversaciones se daban a través de los mensajes privados de Twitter, que por aquel entonces estaban limitados a cierto número, como descubrieron de tanto utilizarlos (para muchos usuarios quizá esta información sea una sorpresa). Ese intercambio duró aproximadamente dos años y, aunque ya existían otras herramientas de mensajería, no se encontraban cómodos en ellas. “Nos daba mucho miedo salir de ese entorno porque sentíamos que se podía perder la gracia si de pronto hablábamos por cualquier otro sitio que no fuera Twitter”, comenta Victoria.

Rompieron esa brecha con éxito cuando empezaron a enviarse cartas. Del píxel al papel “como señoras victorianas que en el fondo somos”, sostiene Victoria, entre risas mientras recuerda que ponía mucho cuidado en aquellas cartas e incluso las sellaba con lacre. Hubo un momento en el que los mensajes por Twitter y la correspondencia física fueron simultáneos. “Nos animamos a escribir entre los dos una historia de terror y nos mandábamos cartas con una Moleskine donde íbamos escribiendo capítulitos de la historia, que era de zombis y no sé qué”, comenta.

Justo cuando el ritmo de mensajes empezó a decaer, el destino decidió juntarlos en Madrid, donde se vieron en persona por primera vez. Ella se había mudado para estudiar y él para trabajar, así que empezaron a quedar en un escenario de amistad sin vínculos amorosos, al menos durante un tiempo. “Claramente, éramos como mejores amigos y construimos la relación desde una intimidad muy bonita después de muchos años compartiendo todos los malestares y todo lo que nos pasaba en nuestra vida a través de Twitter”, desarrolla Victoria. Todo fue platónico hasta que inauguraron 2013 como pareja.

“Y el resto, como se dice, es historia”, afirma Andrés. Después de una década, primero saliendo y después conviviendo, contrajeron matrimonio en Málaga el pasado 14 de julio. “La verdad es que somos muy felices. Esperemos que Elon Musk no nos rompa Twitter”, comenta. Quién sabe si este ejemplo de que el amor romántico también puede surgir en un ambiente tan hostil como Twitter sea el argumento que necesita el multimillonario delirante para no cargarse del todo la plataforma.

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