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Adiós a calentar la silla en el trabajo: ¿Es bueno trabajar de pie en la oficina?

Diversos estudios señalan que nuestra capacidad de atención mejora cuando estamos de pie, pero incorporarlo en la jornada laboral requiere ciertos requisitos

Varios estudios apoyan la hipótesis de que la postura erguida mejora nuestro estado de alerta y predispone a cambiar de actividad con más facilidad.
Varios estudios apoyan la hipótesis de que la postura erguida mejora nuestro estado de alerta y predispone a cambiar de actividad con más facilidad.Eugenio Marongiu / GEtty (Getty Images/Image Source)

En muchas oficinas existe una costumbre no escrita de ‘calentar la silla’, haciendo referencia a aquellos empleados capaces de quedarse todo el tiempo del mundo sentados en su escritorio con tal de mostrar a su jefe lo mucho que trabajan. La ciencia rebate ese hábito con un giro inesperado: incorporar ratos de pie mejoraría el rendimiento escolar y laboral.

Menos silla, mejores resultados

Estudiosos de salud laboral de Texas realizaron un experimento en colegios de Primaria y Secundaria consistente en cambiar los pupitres convencionales por escritorios donde los estudiantes permanecían de pie durante su jornada escolar (no se especifica cuánto tiempo). Al término del curso, los escolares mejoraron notablemente sus resultados en tests de memoria y en el tiempo de respuesta. Los responsables del estudio lo atribuyen a una probable mejora en el funcionamiento del córtex frontal, posiblemente porque en esa posición llega más sangre oxigenada al cerebro que cuando están repantigados en sus pupitres.

Estudios posteriores con adultos también vienen a apoyar la hipótesis de que la postura erguida mejora nuestro estado de alerta y predispone a cambiar de actividad con más facilidad. Aunque queda mucho por investigar, se sabe que estar de pie cortocircuita la serenidad cerebral. Mientras que sentados el cerebro puede desentenderse hasta cierto punto de la postura, de pie está constantemente recalculado la posición de los miembros para mantener el equilibro. Un pequeño chute de estrés que ayuda a “ponerte en el nivel óptimo de alerta y respuesta cognitiva”, según la neurobióloga molecular, Daniela Kaufer.

Pero, ¿cuánto tiempo habría que pasar de pie?

Parece probado que el cerebro anda más espabilado estando de pie y para actividades que requieran una respuesta inmediata. Sin embargo, también hay evidencia de que pasar mucho tiempo erguidos acarrea efectos negativos en la salud, como cansancio y problemas de retorno venoso en los miembros inferiores. La pregunta del millón es cuánto tiempo habría que pasar de pie firme para notar beneficios y cómo intercalarlo en la jornada laboral. Para Ignacio Vázquez, preparador físico y especialista en Movilidad, Fuerza, Prevención y Rendimiento cofundador de la web de divulgación sobre salud y ciencias del deporte Píldora Breve, “es difícil dar una sola respuesta que se adapte a todas las personas. Tan malo es pasar todo el tiempo sentado, como de pie. La población con obesidad, sobrepeso, mala circulación o lesiones previas de rodillas, caderas, tobillos, espalda… debe tener precaución a la hora de pasar mucho tiempo de pie. De lo contrario, los posibles beneficios se diluyen”.

Si no concurre ninguna de las circunstancias anteriores u otras que recomienden estar sentado durante la jornada laboral, incorporar minutos de pie nos hará más eficientes. No se trata de ser el bicho raro de la oficina que se pasa todo el día de pie, pero García Vázquez apunta algunas ideas para alejarnos de la silla. “Por ejemplo, levantarse 10 minutos cada hora, incluso, hacer 30 minutos de pie y otros 30, sentado”, explica. Para aquellos que están más en forma sugiere hasta fragmentos de una hora de pie.

¿Demasiado tiempo lejos del asiento? “No, necesariamente. Las videollamadas gratis de Zoom duran un máximo de 40 minutos. Podemos aprovechar para hacerlas de pie, y lo mismo con las consultas rápidas a un compañero. Incluso, tomar notas”, apunta su colega Ignacio Hernando Valle, entrenador personal y también divulgador en Píldora Breve. La cuestión – explica – es incorporar tramos de pie para tener siempre el cerebro despierto. Una forma fácil es aprovechar las llamadas con el móvil para dar una vuelta por la oficina, subir escaleras o, incluso, salir a la calle. “Por el contrario, para leer nos concentramos mejor sentados, porque las letras se mueven arriba y abajo cuando leemos en bipedestación”, declara este experto.

Reuniones cortas, de pie o ‘en planchas’

La metodología agile ha revolucionado la manera de estructurar el trabajo en las grandes corporaciones, en especial, las tecnológicas. Implica una revisión constante del estado de cada una de las tareas. Para ello suelen realizarse reuniones diarias llamadas daily scrum meeting. Son muy cortas, de no más 15 minutos, lo justo para que cada jefe de equipo ponga al corriente al resto cómo marcha su parte del proyecto. De hecho, se conocen coloquialmente como las daily standup meetings (las reuniones diarias de pie).

Jesús Elorza, profesor de Project Management en Edix, reconoce que “al ser a primera hora, si el equipo se sienta, es fácil que se apalanquen. En cambio, de pie todo es más dinámico. Para evitar que el que tiene el turno de palabra se eternice hablando, hay quienes proponen que el que explica lo haga realizando una plancha. Así cada intervención no dura más de 30-40 segundos y el que pide la palabra se asegura de tener algo interesante que decir”, señala Elorza. Este ejercicio vale tanto para las reuniones presenciales, como para los teletrabajadores que se conectan desde casa.

Incorporar algo de ejercicio dentro de la jornada laboral se recibe con desigual interés. Mientras que algunos lo ven como una forma de incentivar hábitos saludables desde el entorno laboral, otros entienden que podría conducir a situaciones de discriminación entre los más deportistas y los compañeros sedentarios. Hace algunos años, Jey Nagarajan, desarrollador informático en Oracle, dejaba caer en LinkedIn la posibilidad de realizar las reuniones de primera hora de la mañana - las daily standup - realizando planchas. Las respuestas no se hicieron esperar. David Bishop, director general de Cedowin, respondía: “Es una idea excelente, aunque tienes que buscar la manera de hacerla inclusiva para la gente que no puede hacer ciertas actividades”. JW Smithe, desarrollador de Linux e ingeniero de IT, en cambio, mostraba su contrariedad de esta forma: “¿Buscas una violación del Acta de Americanos con Discapacidad? Pues así es como se comenten. Incluso, podrías incurrir en discriminación de otros colectivos o que te abrieran expediente por acoso laboral”.

No sustituye a la actividad física

Desde que la irrupción de las pulseras de actividad, muchas personas dan por buenos los 10.000 pasos como única actividad física del día. Incluso cuentan una a una las calorías que potencialmente queman en cada momento de su vida. De pie se queman entre 0,1 y 0,19 kilocalorías más por minuto. Un adulto de 65 kilos que sustituyera el estar sentado por estar levantado durante 6 horas al día quemaría 54 kilocalorías más al día. No parece mucho, pero un año podría quitarse de encima 2,5 kilos.

En una sociedad obsesionada por el peso y no tanto por la salud, podría parecer una buena receta contra la obesidad. “Podría ser un primer paso, pero para obtener verdaderos efectos beneficiosos en la salud hay que incluir actividad física de verdad, desde ligera a vigorosa. La prescripción de ejercicio debe ir mucho más allá de caminar, hay que trabajar la fuerza. Y, desde luego, no vale solo con pasar tiempo de pie”, concluye Vázquez.

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