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Las mujeres también invierten

Cuatro españolas opinan sobre una profesión en la que tres de cada cuatro profesionales son hombres.

Getty Images

Actitud, curiosidad, formación y riesgo. Cuatro palabras que definen el perfil de la mujer inversora, muy poco visible “en España y en el mundo, según afirma Carmen Carpintero, que además de cumplir con este perfil es mentora y directora de startups. Las mujeres no estamos acostumbradas a responsabilizarnos de la economía de nuestro país, hacer crecer la riqueza u ocuparnos de nuestras finanzas y del futuro de nuestros hijos y el nuestro propio después de la jubilación”.

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Cada vez son más las mujeres que asumen responsabilidades de altos cargos directivos y desarrollan facetas inversoras.Yo me estoy encontrando a muchas que quieren afrontar riesgos y ayudar a otros emprendedores. Tienen el conocimiento, la profesionalidad y la responsabilidad. Tenemos que generar canales y espacios para que las mujeres se acerquen y conozcan de qué manera pueden empezar a dar los primeros pasos como business angels”, explica Susana Casla, directora de Escoaching y presidenta de Tarttesos Ventures.

La mujer en el mundo de los negocios continúa siendo una rara avis, aunque su presencia se hace cada vez más relevante. En el último informe del Center for Venture Research sobre el mercado inversor, se aprecia que en 2016 representaba un 26,2% del total de business angels, casi un 1% más que en el pasado ejercicio (25,3%).

La doctora Gracia Castro de Luna, inversora y directora médica de Neurobia Research, lo tiene claro: la valentía es clave para empezar a invertir. Para trabajar de esto no te puede dar miedo el riesgo. La mujer, por lo general, no apuesta por proyectos de riesgo, suele generar sus propias empresas de autoempleo o pequeñas ideas que ella misma lleva a la práctica. Seguimos siendo más conservadoras”, asegura.

La mujer, por lo general, no apuesta por proyectos de riesgo

Gracia Castro de Luna, inversora y directora médica de Neurobia Research

Carpintero apunta que la mejor manera de dinamizar el papel de la mujer inversora en España es la educación.Antes de empezar hay que formarse para comprender las reglas del juego. Cuando fundamos Tartessos Ventures teníamos claro que debía ser una mujer quien estuviera al frente para animar a otras y visibilizar nuestra imagen”, explica.

Tras veinte años como abogada para empresas tecnológicas, en 2008 Carpintero decidió dar un vuelco a su carrera. Cuando pienso en invertir en proyectos, me planteo: ¿van a causar un impacto o mejorar el entorno?, ¿a mis hijos les gustaría ser accionistas el día de mañana?

Cree también que es un deber de las nuevas generaciones que se familiaricen con las finanzas para establecer ese input que les anime a llegar a ser líderes de proyectos, desde casa y en el colegio. Si tú ves que tu madre, después de cenar, lee un diario económico en lugar de una revista de moda, por ejemplo, se empieza a fomentar instintivamente ese espíritu en el hogar. También en el uso de los videojuegos, desde los más básicos. A las niñas no les dan las mismas oportunidades.

Castro de Luna hace hincapié en la educación. “¿Quieres hacer a una mujer inversora? Hazla inquieta y curiosa desde pequeña. Hay que formar a nuestros hijos con ganas de mejorar el mundo que les rodea. Para trabajar en esto, hay que ser muy arriesgada”, sentencia.

Pero, ¿qué convierte una startup en un proyecto con potencial? Para Lourdes Álvarez de Toledo, inversora en JME Venture Capital, la diferencia la marca el hecho de que “una compañía pueda crecer muy rápido en un espacio corto de tiempo. Generalmente ocurre con las que tienen cierta innovación tecnológica, así como las compañías digitales, sin olvidarnos de la disrupción del modelo en el sector”.

Un proyecto exitoso está hecho de gente con capacidad para ponerlo en marcha Susana Casla, directora de Escoaching y presidenta de Tarttesos Ventures.

Castro de Luna añade otro elemento. “Que sea novedosa, fácilmente transferible. Es decir, que rápidamente tenga valor en el mercado porque cuente con una estructura lo suficientemente interesante y un equipo con un esquema mental claro de lo que es una empresa”. Un valor, el del equipo, en el que coincide Casla: “Hay que dirigir la atención a las personas que lo van a hacer posible. Un proyecto que vaya a tener éxito está hecho de gente con capacidad para ponerlo en marcha”.

Otro ingrediente que hace que un inversor se decante y apueste por un proyecto es la unión del talento emprendedor con el talento del inversor. Algo que nunca es sencillo. El proyecto debe estar bien definido, tener un buen plan de negocio y de viabilidad. El business angel tiene que ser capaz de aportar no solo apoyo económico: también sentido común, conocimiento, expertise y contactos. Esta unión no vuelve invertible un proyecto emprendedor: lo convierte en un éxito.

Las entrevistadas coinciden al situar el factor humano en el epicentro de cualquier proyecto que busque financiación en el sector público o privado. Pero a la hora de decantarse por uno u otro, surgen algunas discrepancias.

La inversión pública se gestiona a través de préstamos participativos con algunas agencias o proyectos de investigación, pero tienen un problema: la flexibilidad. De poco sirve un préstamo inicial ventajoso si no ofrecen la posibilidad de que la startup pueda gastar la cantidad determinada en lo que ellos consideren estratégicamente más oportuno”, explica Castro de Luna, que resalta que la inversión privada es más propicia a supervisar y ayudar en la creación de un plan estratégico, dotando al equipo de las armas necesarias para arrancar. “Aparecen cada vez más, tímidamente, fondos o capital riesgo que aúpan empresas incipientes que no han contado con todo el soporte logístico pero sí con una idea de futuro”.

Para Carpintero, los fondos públicos destinados al emprendimiento y al desarrollo del talento son ingentes: ponen dinero en circulación la Unión Europea, el Estado, las comunidades autónomas, diputaciones y ayuntamientos”. Solicita responsabilidad, eso sí, a los organismos públicos a la hora de asignar recursos económicos a proyectos tan arriesgados. “Soy más partidaria de bajar la carga impositiva a las empresas y que sea la iniciativa privada la que destine parte de sus recursos o beneficios a apoyar proyectos de riesgo”, apostilla.

Educación y salud son algunos de los sectores más atractivos a los que muchos inversores han echado el ojo, con proyectos nacidos en España pero con vocación internacional. “En nuestro caso, buscamos proyectos del arco mediterráneo, de cualquier comunidad”, señala Carpintero.

Y si hablamos de ciencia o del sector salud, Castro de Luna no lo duda: “el eHealth es el futuro. En la telemedicina vamos a encontrar una auténtica revolución, de hecho ya está pasando. Google tiene que ser sustituido por algo más académico”.

Cada vez se crearán más startups con equipos multidisciplinares, que requieran apoyo en materia de fondos y experiencia. “El big data aplicado a la medicina con datos de historia clínica terminará en pequeñas startups que permitan realizar consultas médicas. Podrás acceder a tus informes y mandarlos a un especialista en Harvard que te ofrezca su opinión sobre tu caso. Asistimos a una medicina más tecnificada en el que el contacto paciente-médico cada vez es menos necesario” recalca Castro de Luna.

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