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Cruise paga más de ocho millones de dólares a la mujer arrollada por uno de sus robotaxis en San Francisco

La compañía de General Motors llega a un acuerdo judicial con la peatona que sufrió un accidente en octubre

Cruise
Un robotaxi de Cruise avanza por las calles de San Francisco en agosto de 2023.JOHN G. MABANGLO (EFE)
Luis Pablo Beauregard

Cruise, la compañía de robotaxis de General Motors, ha llegado a un acuerdo con la peatona que fue arrollada en San Francisco por una de sus unidades en octubre. La empresa ha pagado entre 8 y 12 millones de dólares a la víctima del incidente de tráfico, quien fue impactada y arrastrada varios metros debajo del taxi hasta que frenó. El suceso hizo que Cruise perdiera su licencia de operación en California, su mercado más importante en Estados Unidos.

El acuerdo ha sido dado a conocer por Bloomberg, quien asegura que la víctima del incidente fue dada de alta del hospital después de varias semanas de atención. El accidente provocó para Cruise un efecto dominó que llevó al despido de nueve de sus ejecutivos, al cambio de su consejero delegado y a pérdidas de 3.400 millones de dólares derivadas del freno a sus operaciones en California. La crisis, ante reguladores y opinión pública, también provocó el recorte del 24% de la plantilla.

El incidente ocurrió el 2 de octubre, apenas 53 días después de que Cruise recibiera la autorización de los reguladores para ampliar sin límites su operación en San Francisco. Todo eso se evaporó sobre las 21.30 de aquella noche. Panini era el apodo de la unidad que avanzaba por las calles de la ciudad. El auto esperó en las intersecciones de Market y la calle Quinta.

Panini esperaba esa noche en el carril derecho a que la luz del semáforo pasara al verde. La unidad tenía a su derecha un carril bici protegido por bolardos de seguridad plásticos. Más allá, la mujer caminaba sobre la acera en la misma dirección de los vehículos. A la izquierda del robotaxi había un Nissan verde.

Cuando el semáforo se pone en verde, ambos coches avanzaron. La mujer ya había cruzado la calle frente a ella, la Quinta, y giró a la izquierda sobre el paso de cebra de Market, intentado ganar a los vehículos. Lo hizo a pesar de que el semáforo peatonal le decía que esperara. Las cámaras de seguridad captaron a la mujer frenándose en el carril sobre el que transitaba el Nissan y haciendo señas para que este frenara.

El Nissan fue el primero en chocar contra la mujer. Lo hizo a una velocidad de 33 kilómetros por hora. Este impacto fue casi tres segundos antes de que el Cruise impactara a la peatona por segunda vez. El robotaxi avanzaba sobre su carril a una velocidad de 27 kilómetros por hora. La fuerza del choque hizo que la mujer subiera al capó del Nissan y después al techo del vehículo, desde donde cayó de cara al pavimento justo frente al Cruise.

Los sensores del robotaxi emiten una colisión inminente solo 0,4 segundos antes de que este le pegue a la mujer. A pesar de esto, el coche no había desacelerado desde que abandonó el semáforo. El choque se dio cuando el velocímetro marcaba los 28 kilómetros por hora, o 18 millas.

Panini frena 1,7 segundos después de atropellar a la mujer, de acuerdo a datos del accidente hechos públicos por Cruise en enero. Pero aquí es donde viene uno de los momentos más delicados del incidente. Después del golpe, las cámaras y sensores del coche no tripulado determinan que se trató de una colisión lateral porque ven una de las piernas de la mujer estirada en dirección al carril izquierdo.

Esto hace que la máquina concluya incorrectamente que la mujer está tendida sobre el costado izquierdo. En lugar de quedarse donde está, como hubiera hecho en un escenario de choque frontal, el Cruise comienza a moverse hacia adelante para aparcar. El sistema del auto siente la resistencia en sus ejes. Este viene de la mujer, que está debajo del vehículo. Le toma casi nueve segundos al robotaxi detenerse por completo. La peatona fue arrastrada unos seis metros en total, de acuerdo a las investigaciones hechas por las autoridades y por la empresa. El chófer del Nissan se fuga del lugar antes de que lleguen los servicios de emergencia.

Cruise concluyó en enero que un conductor humano no habría podido evitar impactar a la mujer después del atropellamiento iniciado por el Nissan. Pero admite que la reacción después del golpe habría sido diferente. “Un conductor humano no habría continuado conduciendo sin antes hacer algún tipo de investigación”, señala el análisis.

A pesar de los meses turbulentos que ha vivido, Cruise prepara su regreso. La compañía anunció en marzo que está lista para retomar sus pruebas de seguridad en la ciudad de Phoenix. En esta ocasión, estas se realizarán con copilotos humanos que puedan responder en casos como el de San Francisco.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.
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