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“En el mismo lugar, en el mismo momento… y que no se vieran”

Consternación por el choque aéreo en el que este domingo fallecieron siete personas en Inca (Mallorca)

En foto, imagen del accidente en Inca (Mallorca), en el que un helicóptero y una avioneta chocaron en el aire y murieron los siete ocupantes de las aeronaves. En vídeo, así ha ocurrido el accidente.Vídeo: EPV AP
Dani Cordero
Binissalem -

Biel Gomila abría este lunes por la mañana los portones del hangar número 11 del campo de vuelo de Binissalem abatido. “No lo puedo entender, que los dos estuvieran en el mismo lugar, a la misma altura, en el mismo momento… y que no se vieran”. El presidente del aeroclub expresaba de esa forma que solo una “muy mala suerte” estuvo detrás de la colisión entre un helicóptero y un ultraligero que causó la muerte de siete personas, entre ellas dos menores, este domingo en un choque aéreo en Inca, el peor que ha sufrido Baleares.

Gomila no se encontraba en el campo de vuelo, una gran superficie de tierra de la que sobresalen once hangares metálicos y unos pocos módulos, cuando despegó el domingo la aeronave marca Aeroparkt de su propiedad. La Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil deberá determinar qué ocurrió para que los dos aparatos chocaran en una zona donde sobrevuelan asiduamente aviones, pero sin que exista una gran concentración de artefactos. En una jornada normal en Binissalem —uno de los tres aeródromos de la isla— de un fin de semana se pueden producir unas veinte operaciones, aunque en agosto el tráfico se reduce, por lo que ha extrañado todavía más el accidente.

Gomila resaltaba esta mañana la importancia de controlar el campo visual para evitar ese tipo de tragedias. Sobre todo para el caso de unos aparatos que no están supervisados por el control aéreo. Las comunicaciones son las denominadas aire-aire, en las que los ultraligeros comparten una frecuencia de emisora a través de la cual van compartiendo sus posiciones. No hay radar que los ubique y tienen que volar por debajo de los 1.000 pies. El problema es que ultraligeros y helicópteros, al estar en categorías diferentes no comparten la misma frecuencia.

“No estamos conectados con torres de control porque nos movemos por espacios aéreos no controlados”, explica Antonio Pinedo, secretario de la Asociación Española de Pilotos de Aeronaves Ultraligeras, consternado por el accidente. Incluso, afirma, no es necesario tener planes de vuelo a no ser que se vaya a cruzar una frontera o se vaya a invadir un espacio controlado.

Es habitual que en los campos de vuelo no haya emisoras de radio con las que comunicarse con las aeronaves que las sobrevuelan. Es el caso de Binissalem. Pero Pinedo destaca que en el caso de las pequeñas aeronaves “lo más importante es controlar el campo visual”, aunque destacaba que los incidentes acaban siendo consecuencia de muchos factores, y no solo de uno. “Es un tipo de accidente estadísticamente muy pequeño”, dice.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

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