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Los españoles en el extranjero piden que se amplíe el plazo para votar

DosMillonesDeVotos y la Marea Granate denuncian ante la junta la complejidad del trámite

A. Torres Reyes
Las papeletas de las generales en un almacén en Valencia.
Las papeletas de las generales en un almacén en Valencia.MANUEL BRUQUE (EFE)

La plataforma DosMillonesDeVotos, conformada por medio centenar de juristas, y el colectivo Marea Granate, que agrupa a emigrantes españoles, han presentado este miércoles un escrito ante la Junta Electoral Central por los fallos que han detectado en el voto desde el extranjero. Las organizaciones han pedido que se decreten "medidas urgentes" para ampliar el plazo del voto por correo, que finalizó este martes en el caso de los españoles que viven fuera (CERA) y que vence hoy para aquellos que se encuentran temporalmente en el exterior (ERTA). Los grupos exponen como argumentos la "complejidad" de los trámites, los plazos "muy limitados", el "retraso" en la entrega de las papeletas y la "ausencia" de una adecuada campaña de información.

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La junta, que no se ha pronunciado sobre esta petición, había ampliado dicho plazo hasta este viernes, pero solo para que los electores que viven en España. DosMillonesDeVotos y Marea Granate piden lo mismo para los españoles en el extranjero porque, según han expuesto en el escrito, la implantación del llamado voto rogado "dificulta sobremanera" el ejercicio de un derecho reconocido en la Constitución. El sistema obliga a los emigrantes a pedir ejercer este derecho en cada elección y por ello, destacan los colectivos, apenas el 7,97% de los 1.875.272 electores que residen en el extranjero ha rogado el voto para el 20-D, "un nivel de participación desconocido en las democracias de nuestro entorno". 

Ambas agrupaciones aseguran, además, que han constatado "muy serias irregularidades" en el envío de papeletas: algunos españoles en el exterior las han recibido con retraso o incompletas (las Diputaciones de A Coruña y Asturias, por ejemplo, no incluyeron las papeletas para el Senado) o simplemente no las han recibido.

Otra de las "deficiencias y negligencias más significativas" que aseguran haber detectado es la falta de formación y medios para atender adecuadamente a los españoles en consulados y embajadas, donde se han registrado colas de hasta cinco horas para hacer los trámites. Las plataformas también cuestionan la interpretación que las oficinas diplomáticas hacen de la reglamentación. 

DosMillonesDeVotos señala, además, que la página web del Instituto Nacional de Estadística, a cargo de la Oficina del Censo Electoral, y su servicio de atención telefónica "no han funcionado de manera adecuada", limitando el acceso a la información necesaria sobre la inscripción, el estado de las solicitudes de voto y la tramitación de la documentación. "En algunos casos, los fallos de funcionamiento de la página web no han permitido efectuar los trámites de solicitud de voto de manera electrónica, con la clave CTT, para los españoles residentes en el extranjero".

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El trabajo de Correos

Los colectivos dicen haber recibido quejas porque "numerosas oficinas" de Correos se han visto "desbordadas" por la afluencia de electores, "sin personal suficiente para atender la demanda". La empresa pública asegura que ha contratado personal de refuerzo para hacer frente a las solicitudes del voto por correo, que en las elecciones del domingo han aumentado un 14,40% respecto los comicios generales de 2011.

La Junta Electoral ha ordenado a Correos que ponga los medios que sean necesarios para remitir a los consulados españoles, "con la máxima urgencia posible", los sobres de votación que debían haberse enviado a dichas oficinas y que, por error, se entregaron en el aeropuerto de Barajas. El órgano arbitral responde así a una consulta planteada por Correos, que preguntó cómo actuar en este caso.

“Votar es un derecho y me ha costado 10 dólares ejercerlo”

La española Izarra Martínez Ruiz, de 29 años, vive en el estado de Washington (Estados Unidos) desde hace 15 meses. Ella y su pareja hicieron todos los trámites —les corresponde el consulado de San Francisco, a 1.315 kilómetros de distancia— dentro de los plazos para poder votar por correo desde el extranjero. Lo consiguieron en el último momento: "Votar es un derecho y me ha costado 10 dólares ejercerlo".

"Nuestras papeletas electorales, según el registro del INE y de Correos, salieron de España el día 30 de noviembre, pero en el registro de Correos no sale nada a partir del 2 de diciembre. El plazo oficial para que llegaran las papeletas era el 13, pero no llegaron. El 14 me empecé a impacientar y es cuando me puse en contacto, vía formularios de incidencia del INE, también con la Delegación de la Oficina Electoral de Bizkaia y con Correos, así como con varias instituciones y partidos políticos vía Twitter".

La documentación no llegaba. "Ni mi entorno, ni el entorno de mi entorno había recibido nada salvo una persona". Hasta el 15, el último día que tenía para enviar sus papeletas de regreso. "A las 15:30, la hora en la que suelen depositar el correo en mi edificio y a una hora y media de que cierren la oficina de correos (USPS), he mirado desesperada en buzón y casi sin ninguna esperanza. Ahí estaban los sobres, el de mi pareja y el mío. Como no teníamos suficiente tiempo, he llamado a mi pareja y le he preguntado a qué partidos y candidaturas quería votar. He tenido que rellenar las papeletas en su nombre porque no le daba tiempo a llegar".

Una de sus amigas no ha tenido suerte. También recibió las papeletas el último día, pero las siete de la tarde, cuando la oficina de correo (USPS) estaba cerrada. "Ha tenido que ir a FEDEX y, tras hacerlo todo, en su sello de certificación pone 16 de diciembre, fuera del plazo. Ha sacado fotos y ha escrito a la embajada contando su historia, pero no tiene esperanza". La mala experiencia ha cambiado la percepción de Izarra: "Por primera vez desde que estoy aquí me he sentido como una emigrante, expatriada".

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Sobre la firma

A. Torres Reyes
Redactora de la Mesa Digital de EL PAÍS. También ha trabajado en la sección de España y en la Edición de América. Antes fue reportera en el diario ‘El Universo’ y en Radio City, en Ecuador. Es licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil y máster en Periodismo de EL PAÍS.

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