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ETA también se ve agotada y da el relevo

La banda reconoce las tensiones que mantuvo con la izquierda ‘abertzale’ Admite que no se ha reunido con el Gobierno y valora el nuevo discurso de Rajoy

Luis R. Aizpeolea

Tres semanas después de anunciar el cese definitivo de la violencia y una antes del 20-N, ETA ha explicado, en una entrevista en el diario Gara, su decisión, planteada como irreversible. Aunque el texto mantiene la retórica de ETA, aporta claves informativas. Reconoce que la Ley de Partidos y la desafección de la izquierda abertzale, tras su ruptura de la tregua de 2006, están en el origen del agotamiento de la vía terrorista. Admite que su decisión de terminar es unilateral, no sometida a negociación. Y tras reconocer que se equivocó al continuar con el terrorismo, tras la tregua de 2006, y que la izquierda radical acertó, delega en esta la gestión política. ETA se reserva la gestión de los presos. El texto tiene un aroma de despedida, con un balance de sus 52 años.

En negritas aparecen las frases más representativas de ETA.

¿Por qué ETA decide el cese definitivo?

“La lucha armada ha hecho su aportación, pero ha mostrado también señales de agotamiento”.

ETA admite, por vez primera, que el terrorismo se agota y por eso proclama su cese definitivo. Y admite, también, que el terrorismo se había convertido en un obstáculo para el desarrollo de la izquierda abertzale por la decisión del Estado de ilegalizarla, con la Ley de Partidos, al vincularla con ella. “Por eso ha tomado ETA esa decisión histórica. Para recoger la cosecha de estos años de lucha y ponerla al servicio de esa estrategia [la de la izquierda abertzale]”.

No ha habido negociaciones

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“No se ha producido ninguna reunión directa entre ETA y el Gobierno”.

ETA asegura que, tras la ruptura de la tregua de 2006, se acabaron las negociaciones con el Gobierno, aunque apunta que el Ejecutivo sí conocía sus movimientos, lo mismo que el PP. ETA aclara que el proceso de cese definitivo del terrorismo fue una iniciativa unilateral de la izquierda abertzale sin ningún proceso de contraprestaciones.

Tensiones entre ETA y la izquierda radical

“La izquierda abertzale acertó de pleno en su reflexión... Hubo diferentes lecturas respecto a abrir el proceso y sobre la función de la lucha armada”.

ETA confirma que, tras su ruptura de la tregua de 2006 con el atentado de la T-4 en Barajas, mantuvo tensiones con la izquierda abertzale. Mientras ETA decidió volver al terrorismo y asesinó a 11 personas, la izquierda radical apostó por vías pacíficas y le censuró esa campaña. Finalmente, la izquierda abertzale ganó esa batalla. ETA llega a admitir en la entrevista que “ha hecho autocrítica porque en ese momento no cumplió debidamente la función que le correspondía hacia la izquierda abertzale”.

La agenda de la izquierda ‘abertzale’ tras el 20-N

“Sea cual sea el color que tenga el Gobierno de España tras el 20-N, tendrá sobre la mesa las reivindicaciones sobre los presos vascos, de que termine con la estrategia de ilegalización y de que reconozca los derechos del pueblo vasco”.

ETA plantea una hoja de ruta coincidente con la de la izquierda abertzale en la que la banda se reserva para sí el futuro de presos y prófugos, lo que denomina “las consecuencias del conflicto”. Es la izquierda radical la que tramitará la legalización de su partido, Sortu, así como la reivindicación del derecho a la autodeterminación. ETA admite que las cuestiones políticas quedan fuera de su ámbito.

ETA renuncia a intervenir en política definitivamente

“ETA nunca será una amenaza para ese proceso... ETA no estará sentada en la mesa de la negociación política...”.

Todos los procesos negociados de los Gobiernos con ETA han fracasado porque la banda terrorista los quiso tutelar. En esta ocasión no hay un proceso negociado. Es unilateral y, además, por vez primera, es su anterior brazo político quien lo dirige y no admite que la banda terrorista intervenga.

Las cosas están de tal modo que ETA admite que “no hay garantías de que vaya a salir adelante” el derecho a decidir que plantea la izquierda abertzale. “Eso depende del nivel de adhesión que sea capaz de recabar la propuesta”.

También admite resignadamente que el proceso político puede alargarse en el tiempo. “El proceso se puede alargar en el tiempo en función del comportamiento de los Estados y de la madurez de las fuerzas políticas. Pero no hay otra alternativa que no sea el propio proceso. El pueblo lo tiene que alimentar para llevarlo hasta el final”.

Reivindicaciones propias de ETA. Presos y desarme

“Respecto a la agenda negociadora, en nuestra opinión, hay tres temas principales: la vuelta a casa de presos y exiliados, la inutilización de las armas de ETA y la desmilitarización de Euskal Herria”.

ETA centra su papel en el objetivo de que los presos de ETA, así como los huidos, puedan regresar a sus casas. En la entrevista no precisa las prioridades. Se limita a reclamar que el nuevo Gobierno “debería resolverlo cuanto antes”. También está dispuesta a adoptar compromisos sobre su desarme y lo vincula a la negociación sobre presos y huidos. Apunta que la Comisión Internacional de Verificación podría jugar un papel en esa negociación.

Víctimas de ETA

“La confrontación armada de las últimas décadas ha causado mucho sufrimiento, sin duda. También las acciones de ETA. No somos insensibles”.

ETA admite, por vez primera, que sus acciones terroristas han causado sufrimiento. Pero lo enmarca en un conflicto histórico en el que se retrotrae, al menos, hasta el bombardeo de Gernika de 1937 por la Legión Condor, durante la Guerra Civil.

La actitud de Rajoy y de los partidos ante ETA

“Es verdad que esa reacción [de Rajoy] rompe con el discurso negativo, agresivo y sin sentido de hasta ahora. Ante esta coyuntura histórica quien tiene muchas posibilidades de ser presidente de España debe actuar con responsabilidad y es de suponer que Rajoy lo ha entendido así”.

La izquierda independentista presionó sobre ETA para que declarara el cese definitivo de la violencia antes del 20-N. De ese modo, facilitaba el que el PP, más reacio que el PSOE a tener en cuenta los pasos de ETA, tuviera más difícil la marcha atrás en el caso probable de que gane las elecciones. Lo que ha logrado la izquierda abertzale y ETA es que, al menos, Rajoy mantenga la prudencia y no rechace de antemano su voluntad de acabar con la violencia manifestada en su comunicado del 20 de octubre.

Intento de justificar décadas de terrorismo

“Frente al entramado jurídico-político que buscaba la desaparición de Euskal Herria, ETA adoptó una trascendente decisión: continuar la lucha armada. Y mediante ella se impidió que el modelo de imposición de la reforma se afianzase en Euskal Herria”.

ETA trata en este apartado de buscar argumentos para justificar ante las bases de la izquierda independentista lo imposible, la continuidad del terrorismo tras la llegada de la democracia en España. Su argumentación es que la actividad de la banda terrorista ha conseguido que numerosos vascos asuman hoy el derecho a decidir y acusa al PNV de no haber trabajado en esa dirección.

Aroma de despedida

La entrevista de ETA denota un aroma de despedida. No solo porque asume que el cese de la violencia es irreversible. También porque, por vez primera, hace un análisis retrospectivo de la historia de ETA.

Así, considera que la decisión del 20 de octubre, de cese definitivo de la violencia, es el tercer hito más importante de sus 52 años de historia. Lo equipara a su nacimiento, en 1959, y a su decisión de continuar el terrorismo, tras la llegada de la democracia en España.

Hace también un balance de sus procesos negociadores. El de Xiberta, en 1977, en el que rompió con el PNV por la decisión de este partido de presentarse a las elecciones de 1977. El de Argel, en el que “logramos sentar al Estado en la mesa de negociación”. Y el del proceso de 2006, del que dice que se fijó el método para el final.

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