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Radiografía de la desigualdad de género en las organizaciones internacionales: solo un 13% de los dirigentes desde 1945 han sido mujeres

Madrid acoge la reunión de la iniciativa GWL Voices, que lanza un estudio sobre la falta de liderazgos femeninos en los organismos multilaterales

Cumbre del Clima COP27
Foto de familia en la Cumbre del Clima COP27 de 2022. La mayoría, hombres.Islam Safwat (Bloomberg)
Alejandra Agudo

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la FAO, nació oficialmente el 16 de octubre de 1945 con la misión de liderar el esfuerzo internacional para poner fin al hambre. Su primer director general fue el nutricionista escocés John Boyd Orr; en la actualidad (desde 2019) está a los mandos el agrónomo chino Qu Dongyu. Nunca, en sus 78 años de historia, una mujer ha dirigido este organismo. Es uno de los 21, de una lista de 54 analizados por GWL Voices (que responde a las siglas de Global Women Leaders), que jamás habían elegido a una mujer para ocupar el más alto nivel de responsabilidad hasta octubre de 2023. En un mosaico de fotografías con los rostros de los mandatarios de las entidades multilaterales desde 1945 hasta octubre de 2023, solo el 13% serían de rostro femenino.

“Desde 1945 hasta este momento, las organizaciones solo han estado lideradas por mujeres el 12% del tiempo”. Este es el dato del informe Las mujeres en el multilateralismo 2024, presentado este lunes durante el encuentro que GWL Voices celebra en Madrid, que más ha indignado a su directora ejecutiva, María Fernanda Espinosa. En opinión de la que fue presidenta de la Asamblea de la ONU (2018-2019), esta fotografía de desigualdad que revela el estudio de las entidades “más importantes” en la arena internacional, se debe a “la inercia de estructuras patriarcales”.

“No es suficiente pronunciar palabras como igualdad o paridad; tienen que estar respaldadas con acciones para ver un cambio real”, ha reclamado Hillary Clinton, la primera mujer en ser candidata a la presidencia de los Estados Unidos por el Partido Demócrata, en 2016; elección que perdió frente a Donald Trump. Los datos que muestra el informe, ha declarado en su participación en el evento de GWL Voices, son “decepcionantes”. “Pero también muestran progreso en los últimos 20 años”, ha agregado.

La que fue la primera latinoamericana en presidir la Asamblea de la ONU, Espinosa, critica que la humanidad todavía esté en la dinámica del “por primera vez una mujer”, aunque a la vez celebra este tipo de anuncios, por ejemplo, del Banco Europeo de Inversiones, al haber asumido la española Nadia Calviño la presidencia de este organismo. “La primera mujer en 66 años; es una buena noticia”, comenta.

De las 23 organizaciones que han elegido líder en los dos últimos años, constata el estudio, ocho han optado por una mujer. Siete de ellas fueron nombradas en 2023, entre ellas, Calviño. De ellas, cuatro eran la primera líder femenina, como en el caso de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, que en 157 años solo había estado dirigida por hombres. Hasta ahora. O la Organización Internacional para las Migraciones, que ha tardado siete décadas en ver a una mujer, Amy Pope, como directora general.

Pese a los progresos, frenar la corriente masculina por la que navegan las organizaciones internacionales es una tarea ardua, comenta Espinosa. “Los datos recientes muestran una mejoría, pero es lenta”, lamenta. De hecho, la proporción media de lideresas electas en las últimas cinco décadas del siglo pasado fue del 4%, anota el estudio. Entre el 2000 y el 2010, esta proporción escaló de 17% hasta el 31%. Desde 2010 se ha producido una aceleración.

Es un tema de justicia demográfica. Las mujeres hemos demostrado que podemos gestionar marcando una diferencia

La GWL pide que estos avances hacia la igualdad de género que se han logrado en los últimos años se sostengan en el tiempo. “Que la igualdad sea parte de las prácticas normales de las organizaciones internacionales”, razona Espinosa. “Es un tema de justicia demográfica. Las mujeres hemos demostrado que podemos gestionar marcando una diferencia”. Lo dicen “muchos estudios”, remarca la mandataria: ellas están a la vanguardia de los procesos de paz o en la lucha contra el cambio climático.

Es en los equipos directivos de los organismos estudiados en los que se observa un mayor progreso en materia de igualdad, según las autoras del informe: “Casi la mitad de las organizaciones han alcanzado o están cerca de alcanzar la paridad”. La proporción media de mujeres en estos grupos es del 42% y la mayor parte oscilan entre un 25 y un 50%, anotan. En 10 de las organizaciones, ellas representan más de la mitad de las cúpulas.

Unos datos que hace no tanto eran “pura fantasía”, escriben las redactoras de la investigación. “No ha sido accidental”, dicen, subrayando la necesidad de ahondar en las estrategias de paridad. Pues denuncian que el sistema multilateral, y muchos países en particular, pregonan una promoción de la igualdad que luego no se aplican a sí mismos. “Los Gobiernos favorecen de forma sistemática a los hombres a la hora de nombrar representantes en los órganos de gobiernos de las instituciones internacionales”, denuncia GWL Voices.

Una propuesta

Solo cuatro mujeres han presido la Asamblea de las Naciones Unidas, un cargo que cambia anualmente. Una de ellas fue la propia María Fernanda Espinosa. “Todas éramos del sur global y el número es insuficiente”, se queja. De ahí, que el encuentro que GWL Voices mantiene este lunes en la capital española, sus más de 70 integrantes lanzarán una campaña para pedir que haya una alternancia de género, manteniendo la rotación regional. Es decir, que cada presidente hombre sea sucedido por una mujer.

“La idea de empezar por esta petición respecto a la Asamblea General es simbólica”, explica Espinosa. Esperan que, si se consigue un compromiso de alternancia en este órgano, otros sigan su ejemplo, incluida la secretaría general de la ONU, que actualmente ostenta António Guterres. “La siguiente tiene que ser una mujer. Por legitimidad y pertinencia histórica”, zanja.

Bien saben las tres fundadoras de GWL Voices que el techo de cristal de la ONU es muy grueso. Irrompible. La neozelandesa Helen Clark, la búgara Irina Bokova y la argentina Susana Malcorra fueron candidatas formales a la secretaría general. De haber sido elegida alguna de ellas, la escogida hubiera sido la primera mujer en asumir esta responsabilidad y su rostro sería el primero femenino entre los cuadros que homenajean a los secretarios generales en el vestíbulo de la sede de Naciones Unidas en Nueva York. Esa imagen tendrá que esperar. “Perdieron y se unieron para crear Global Women Leaders”, rememora Espinosa.

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Sobre la firma

Alejandra Agudo
Reportera de EL PAÍS especializada en desarrollo sostenible (derechos de las mujeres y pobreza extrema), ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Miembro de la Junta Directiva de Reporteros Sin Fronteras. Antes trabajó en la radio, revistas de información local, económica y el Tercer Sector. Licenciada en periodismo por la UCM
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