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Afropolitan, una nación digital panafricana que vende NFT como pasaportes

Un emprendedor de origen nigeriano cree haber encontrado la solución a la desigualdad y la mala gobernanza de África: una nación virtual nacida en internet. Sus críticos temen que en ella se reproduzcan los problemas del continente

'Mothership: Voyage Into Afrofuturism', imagen expuesta en el Museo de Oakland de California (CC).Foto: KARL SCHULTZ | Vídeo: EPV

Puede sonar a ciencia ficción, pero un emprendedor del sector tecnológico de origen nigeriano cree haber encontrado la manera de que los africanos escapen a problemas como la desigualdad y la mala gobernanza: una nación virtual nacida en internet.

El suyo es uno de los numerosos proyectos virtuales liderados por africanos que pretenden ayudar al continente más pobre del mundo a aprovechar el crecimiento digital y abordar los problemas del mundo real, aunque algunos expertos en tecnología afirman que estos espacios online corren el riesgo de reproducir las desigualdades del mundo offline.

Internet como herramienta de igualdad

“Hay muchas cosas que nos excluyen como africanos de las oportunidades del mundo real”, opina Emole, cofundador de Afropolitan, un proyecto de creación de un Estado en red. “(Internet) es el único lugar del mundo que sirve para igualar”.

El desarrollo del metaverso –un entorno online compartido donde la gente puede reunirse, comprar bienes virtuales y asistir a eventos– ha despertado la preocupación por los derechos digitales, la privacidad y la desigualdad en ese ámbito. “¿Qué le ocurre a una abuela de la Sudáfrica rural sin conexión a internet?”, se pregunta Thami Nkosi, activista e investigador de la organización sudafricana sin ánimo de lucro Right2Know, que trabaja para mejorar el acceso a la información pública. “No tenemos banda ancha, ni internet, ni electricidad, así que ¿quién se beneficiará de esto?”.

Algunos investigadores y activistas creen que, a medida que los teléfonos móviles y la conexión a internet se vayan extendiendo por el continente, se abrirán oportunidades, y subrayan la necesidad de que los productos se adapten a las necesidades africanas.

La emergente economía virtual incluye ya a unos 2.500 millones de personas y genera miles de millones de euros cada año, según un informe de la empresa de estudios de mercado L’Atelier. “La mayoría de las plataformas tecnológicas que utilizamos en África fueron creadas en el norte de América, Europa, Oriente Medio o China”, explica Johan Steyn, presidente del Grupo de Interés Especial en Inteligencia Artificial y Robótica del Instituto de Profesionales de las Tecnologías de la Información de Sudáfrica (IITPSA). “Necesitamos una óptica africana en el uso de la tecnología inteligente para dar cabida a la gente de este continente”, agrega.

El fundador de una empresa emergente tecnológica sudafricana, Mic Mann, opina que llevar el metaverso a África forma parte de la “preparación para el futuro” del continente, para asegurarse de que el espacio digital continúa en expansión. “Va a cambiarlo todo: la forma de trabajar, vivir y jugar”, sostiene Mann, cofundador de Ubuntuland, autodenominado como el primer mercado metaverso del continente.

Estado digital panafricano

El proyecto Afropolitan se dirige a los más de 140 millones de personas que componen la diáspora africana y, en última instancia, pretende expandirse a un territorio físico. Emole, nacido en Nigeria y criado en Estados Unidos, piensa que puede ofrecer soluciones a la mala gobernanza de muchos países del continente, que señala como factor clave de la emigración.

Los creadores de Afropolitan recaudaron 2,1 millones de dólares (2,04 millones de euros) en una ronda de financiación en junio para ayudar a desarrollar el Estado digital, y 10.000 personas se han suscrito para obtener más información y actualizaciones, según datos de la propia compañía. Sus fundadores planean lanzarla inicialmente con la venta de NFT (tókenes no fungibles, imágenes digitales únicas que, aunque pueden reproducirse infinitamente, son de propiedad individual). Estos NFT servirán de “pasaporte digital” para los eventos y espacios físicos de Afropolitan, antes de desarrollar una aplicación que permita a los miembros transferir dinero y comprar bienes y servicios.

Emole, que tiene su sede en Silicon Valley, explica que el proyecto abarcará internet y el metaverso, y se ampliará gradualmente hasta convertirse en un “país digital completo con su propia moneda nativa y un propósito compartido”. Los fundadores planean, posteriormente, adquirir terrenos de los gobiernos para crear una serie de ciudades autónomas al estilo de Singapur con “soberanía a gran escala” e, incluso, proporcionar servicios a los ciudadanos, como el agua y la electricidad, utilizando criptodivisas.

Estos territorios físicos también incluirán embajadas afropolitanas que podrían ayudar a los ciudadanos a desafiar la incompetencia del Gobierno, proporcionando un liderazgo alternativo y estructuras financieras, indican desde la organización. “Queremos solucionar el mayor problema de todos, que es el de la gobernanza, porque cuando se tiene una buena gobernanza, todo lo demás puede prosperar”, asegura Emole.

El proyecto se encuentra todavía en una primera fase de recogida de apoyos y dinero antes de empezar a construir su aplicación prevista. Los investigadores tecnológicos se preguntan si sus planes son viables. “La gobernanza es mucho más que un espacio virtual en línea”, asevera Nkosi, de Right2Know. “Dudo que podamos digitalizar los Estados-nación, construidos sobre una base de poder de la élite política que siempre desearía mantener el poder último”, añade Johan Steyn, presidente del Grupo de Interés Especial en Inteligencia Artificial de Sudáfrica, que también reconoce que la idea es interesante y merece ser debatida.

Otras ciudades y países han estado observando el potencial del metaverso. La ciudad de Seúl y la nación insular de Barbados anunciaron el año pasado que entrarían en él para prestar servicios administrativos.

Riesgos y recompensas

Mann, fundador de la tecnológica Ubuntuland, espera que espacios metaversos como el que él mismo creó se conviertan en una “herramienta de creación de empleo” en la que los usuarios puedan mostrar sus habilidades o ganar dinero en línea. En febrero, Mann empezó a vender parcelas en su mercado virtual, donde pretende mostrar el arte, la música, la tecnología y el diseño africanos. Por el momento, el gigante de las telecomunicaciones MTN y M&C Saatchi Abel (una agencia de marketing sudafricana) ya han invertido en parcelas. Según Mann, con la criptomoneda Ubuntu Token los usuarios podrán comprar y personalizar terrenos, montar tiendas, espacios terapéuticos, conciertos, películas y juegos. “Espero que se encuentren millones de puestos de trabajo en varios metaversos de todo el mundo”, subraya Mann, cuya Sudáfrica natal tiene una tasa de desempleo del 35%.

El equipo de Afropolitan.
El equipo de Afropolitan.Cedida por Afropolitan

Los investigadores de estas tecnologías afirman que tanto estos proyectos en línea como los metaversos abren nuevas vías para las comunidades, pero que es poco probable que sean una bala de oro para solucionar problemas complejos. “La tecnología ofrece soluciones prometedoras a los problemas sanitarios y educativos, con la esperanza de que se traduzcan en mejores oportunidades para todos... Necesitamos gente como esta para ampliar los límites y soñar con lo que podría ser posible”, suspira Steyn.

Sin embargo, los proyectos utópicos en línea podrían tropezar con los mismos problemas de delincuencia, corrupción y desigualdad de los que intentan escapar, señalan Nkosi y otros. “Estamos viendo una réplica de las fricciones del mundo físico en el mundo virtual”, añade Kanis Saengchote, profesor asociado de banca y finanzas en la Universidad Chulalongkorn de Tailandia, que ha investigado el metaverso.

Aunque algunas parcelas del metaverso se venden por millones, Saengchote afirma que es discutible que los terrenos virtuales tengan “valor real”. También existen riesgos de fraude y estafa, al igual que en las transacciones offline, advierte el experto.

Emole, el cofundador de Afropolitan, sostiene sin embargo que la preocupación por la delincuencia financiera es una “crítica válida”, pero que en su comunidad la combatirán tanto con la detección avanzada de fraudes como con la educación sobre posibles estafas. Tanto él como Mann adelantan que habrá mucha prueba y error para garantizar que los espacios virtuales no se vuelvan elitistas o divisorios. “Lo mejor de todo es que va a ser una experimentación de lo que es realmente posible en nuestra época”, sentencia Emole.

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