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El ciclón Batsirai deja un reguero de muertos en la zona más pobre de Madagascar

La mayoría de las víctimas se registra en el este de la isla africana, sumida en una sequía sin precedentes desde hace 40 años. Casi cien mil personas han perdido su hogar

Un hombre retira escombros de una casa destruida después del paso del ciclón Batsirai, en la ciudad de Mananjary, Madagascar, el 8 de febrero de 2022. Foto: ALKIS KONSTANTINIDIS | Vídeo: Reuters

El número de muertos por el ciclón Batsirai en Madagascar ha aumentado a 80, según un recuento actualizado de las autoridades este miércoles, y podría empeorar aún más, ya que algunas aldeas en las áreas más afectadas permanecen aisladas. La Oficina Nacional para la Gestión de Riesgos y Desastres (BNGRC), que recopila la información de las regiones más afectadas, ha añadido que 60 de las víctimas se han registrado en el distrito de Ikongo, en el este de la isla situada en el océano Índico. “Es una masacre”, ha lamentado por teléfono la diputada por este departamento, Brunelle Razafintsiandrofa, quien ha agregado que la mayoría de las víctimas murieron tras el derrumbe de sus casas.

Batsirai azotó la gran isla durante la tarde del pasado sábado, derribando casas y líneas eléctricas en una zona costera unos 150 kilómetros de extensión, escasamente poblada y agrícola. Luego se movió hacia el centro, devastando una zona conocida como “cuenco de arroz” del país al hacer que los ríos se desbordaran en los campos de arroz, lo que generó temores de una crisis humanitaria. “Los campos de arroz están dañados, y las cosechas de arroz se pueden perder. Este es el cultivo principal de los malgaches y su seguridad alimentaria se verá seriamente afectada en los próximos tres a seis meses si no actuamos de inmediato”, ha alertado Pasqualina DiSirio, directora de Programa Mundial de Alimentos (PMA) en el país.

El ciclón abandonó la isla en la mañana de este lunes sin tocar la capital, Antananarivo, ni el principal puerto del país, Tamatave, en el noreste. Entre los damnificados se cuentan al menos 91.000 personas cuyas viviendas han quedado destruidas o dañadas y cerca de 60.000 desplazados. Mientras, las ONG y distintas agencias de la ONU han comenzado a desplegar recursos y equipos para ayudar a las víctimas de estas lluvias torrenciales y vientos extremadamente fuertes. Escuelas, centros de salud y al menos una veintena de carreteras están arrasadas, y 17 puentes han quedado intransitables, lo que está complicando las operaciones de socorro.

Por otra parte, el balance de víctimas aumenta muy despacio, pero sin detenerse, debido a que el aislamiento geográfico de ciertas aldeas y las dificultades de comunicación están obstaculizando esa tarea. En Mananjary, el epicentro del desastre, los vientos superaron los 235 kilómetros por hora, según el Instituto de Meteorología malgache. Los residentes, abrumados, continúan despejando su ciudad, ahora en pedazos. “La casa se ha derrumbado, no sabemos a dónde ir, estamos buscando comida”, lamenta Berthine, de 22 años.

Muchas ONG, incluidas Acción Contra el Hambre, Handicap International, Save the Children y Médicos del Mundo se movilizaron antes del ciclón y enviaron equipos de auxilio y medicamentos. El PMA, por su parte, está distribuyendo comidas calientes en Manakara, una de las localidades más populares.

La casa se ha derrumbado, no sabemos a dónde ir, estamos buscando comida
Berthine, de 22 años

Junto con la ayuda brindada por el Gobierno, se está facilitando asistencia a las víctimas del desastre: alimentos, atención sanitaria básica y distribución de equipos de cocina, mantas y productos de higiene.

La agencia de las Naciones Unidas para la infancia (Unicef) teme que muchas de las víctimas sean menores de edad, en un país donde representan más de la mitad de la población de casi 28 millones. Este organismo y sus aliados calculan que al menos 75.000 personas necesitan asistencia humanitaria. “Docenas de escuelas y centros médicos han sido dañados o destruidos, lo que afecta directamente la vida de los niños”, ha informado Jean Francois Basse, representante del organismo en el país y miembro del equipo de evaluación. “Al responder a esta emergencia, debemos abordar las necesidades inmediatas, pero también planificar a largo plazo reconstruyendo mejor, incluso con edificios más resistentes”.

Docenas de escuelas y centros médicos han sido dañados o destruidos, lo que afecta directamente la vida de los niños
Jean Francois Basse, representante de Unicef en Madagascar

Madagascar es también uno de los Estados más pobres del mundo, y además su mitad sur sufre desde hace 40 años una sequía perenne que ha sumido a más de 1,3 millones de personas en la desnutrición. Además, sufrió hace menos de un mes otro fenómeno climático extremo. Fue la tormenta Ana, que causó al menos 58 muertos, la mayoría en Antananarivo, y 131.000 afectados en toda la isla, según datos de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). Ana también hizo estragos en Mozambique (25 muertos, 220 heridos y 141.500 damnificados) y Malaui (33 muertos y 158 heridos), según la agencia de las Naciones Unidas.

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