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EDITORIAL
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Evitar la guerra que nadie quiere

Es preciso imponer la diplomacia a la retórica belicista para frenar la espiral de acción-reacción entre Irán e Israel

Imagen de la ciudad de Ashkelon en la que se observa cómo el sistema israelí antimisiles intercepta algunos de los drones lanzados por Irán, en la madrugada del domingo.
Imagen de la ciudad de Ashkelon en la que se observa cómo el sistema israelí antimisiles intercepta algunos de los drones lanzados por Irán, en la madrugada del domingo.Amir Cohen (REUTERS)
El País

El ataque directo desde territorio iraní contra Israel efectuado en la noche del sábado por Teherán supone un gravísimo salto cualitativo hacia un escenario de guerra regional que debe ser evitada a toda costa. La comunidad internacional —cuyas principales democracias han condenado la agresión— debe activar todos los resortes necesarios para frenar la espiral de acción-reacción en la que se han sumido Israel e Irán y cuyo resultado será indefectiblemente una guerra de consecuencias globales. Es preciso que la diplomacia se imponga sobre la retórica belicista de ambas naciones que, demostradamente, no aporta solución alguna y solo produce más miedo, destrucción y muerte.

En represalia por el bombardeo israelí del consulado iraní en Damasco el pasado día 1 donde murieron tres destacados jefes militares del régimen de Teherán —entre ellos Mohammad Reza Zahedi, general de los Guardias de la Revolución— Irán lanzó el sábado desde su suelo más de 350 proyectiles contra objetivos en Israel. Según el Ejército israelí, se dividían en al menos 170 drones, 120 misiles balísticos y unos 30 misiles de crucero. Se trata, además, del mayor ataque con drones de la historia. El Gobierno de Benjamín Netanyahu ha asegurado que el 99% de los proyectiles fue derribado antes de alcanzar sus objetivos. Una niña de siete años resultó herida de gravedad.

Aparte de su fuerza aérea, Israel posee uno de los sistemas combinados antiproyectiles más avanzados del mundo, cuya efectividad ha quedado demostrada. Pero en el derribo de los misiles y drones iraníes han participado las aviaciones de EE UU y el Reino Unido, la defensa antiaérea de Jordania y efectivos militares de Francia. Es decir, otros cuatro países han intervenido activamente en el enfrentamiento y, tanto si lo han hecho como defensa directa de Israel o para evitar un punto de no retorno en el enfrentamiento con Irán, esto es una prueba de que la internacionalización del conflicto ya ha traspasado peligrosamente el terreno de las declaraciones y de la mayor o menor ayuda logística.

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Teherán podía haber atacado Israel a través de Hezbolá, la milicia islamista que Irán controla en Líbano y que se calcula posee 120.000 cohetes. Sin embargo, optó por una llamativa estrategia —disparar desde su propio territorio, el controlado en Yemen por las milicias hutíes y algunas zonas de la frontera entre Siria e Irak— que permitió al mundo saber del ataque horas antes de alcanzar el espacio aéreo israelí. Esto, sin negar un ápice de gravedad a los hechos, puede interpretarse como un signo de control iraní, al eliminar el elemento sorpresa.

Igualmente, las reacciones el día después de todos los implicados permiten interpretar momentáneamente que, al menos, son conscientes de lo que está en juego. Washington ya ha avisado a Netanyahu de que no cuente con él para atacar a Irán. Moscú pidió “a todas las partes un ejercicio de contención”. Teherán aseguró que no pensaba efectuar más acciones de este tipo, aunque siguió el tono amenazante en caso de respuesta israelí. Sobre este punto, el ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, apuntó a que vendrá “en el momento adecuado”. La expresión da a entender que descarta una respuesta a corto plazo, pero también lleva implícita una amenaza. Los líderes del G-7 hicieron un llamamiento a la desescalada. Como este domingo advirtió el alto representante para política exterior de la UE, Josep Borrell, “a veces nadie quiere la guerra, pero entre todos la organizan”.

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