_
_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Estado de negación

Feminismo, migración y clima continuarán formando relatos hilvanados para obtener réditos políticos y justificar el ascenso o la consolidación de nuevos o viejos líderes en defensa de la tradición

Ilustración Máriam 3.09
DEL HAMBRE
Máriam Martínez-Bascuñán

Los cambios unen o dividen. Es simple. Migración, feminismo y ecología atraviesan el verano europeo invitándonos a reflexionar. Algunos gobiernos lo tienen claro. En migración, el británico demoniza a los inmigrantes con un infame centro de detención flotante que cerró, además, debido a la legionela. Los daneses proponen “soluciones imaginativas”, espeluznante expresión inspirada en el no menos terrible pacto migratorio de 2016 entre la UE y Turquía, para transferir a los solicitantes de asilo a un país “seguro” fuera de la Unión, algo que se parece demasiado al plan de devolver a Ruanda a personas migrantes bloqueado recientemente por los tribunales británicos. En cuanto al cambio climático, veamos. Conviene no pasar por alto la dimisión del holandés Frans Timmermans, vicepresidente de la Comisión y arquitecto del ambicioso pacto verde comunitario, aunque diga que es para ser candidato electoral. Ocurre cuando conservadores, liberales y ultras piden un receso a su implementación. Y si hablamos de feminismo, en España ha faltado tiempo para que Ayuso olfatee el rédito luciferino del “falso feminismo” de Rubiales y se vuelva nietzscheana hablando de una “inversión de valores total” que socava los códigos morales de nuestra sociedad. Solo ocurre en su cabeza, pero cuidado: busca entrar en las nuestras.

Feminismo, migración y clima continuarán formando relatos hilvanados para obtener réditos políticos y justificar el ascenso o la consolidación de nuevos o viejos líderes en defensa de la tradición. Todos ellos tienen en común, además de su oportunismo, el señalamiento de otros como culpables de los problemas ficticios que se ofrecen prestos a resolver. Crean nuevas víctimas para dividir a la sociedad. Como esa misma Ayuso que señala al hombre como víctima del falso feminismo, en lugar de apelar a una cultura constructiva, responsable y conciliadora, como es por otro lado su deber. El Reino Unido “invadido” que describe su ministra de Interior, Suella Braverman, responde al falsario pero poderoso imaginario con el que en Europa pensamos la inmigración. No es ya una cuestión de derechos o economía, sino de seguridad. Y en cuanto al clima, dos de las tres familias fundacionales de la UE han apretado medrosas el pause y se contagian de la demagogia de extrema derecha a lo Le Pen. ¿No oyen ya cómo hablan de “ecología del sentido común” o “ecología punitiva”? Las bayonetas están en alto y huelen sangre: conectan los temas climáticos con la identidad o el nacionalismo y nos dividen culpabilizando de los vertiginosos cambios a los bohemios urbanitas.

Vivimos en un estado de negación. A falta de mano de obra, ningún país de la UE habla honestamente sobre ello. El feminismo sigue siendo una revolución pendiente en toda Europa, y a pesar de asarnos vivos en verano, seguimos sin que el clima ocupe de una vez el centro de la agenda. Porque es hora de que decidamos cómo queremos enfrentarnos políticamente al cambio, echando la culpa a otros o responsabilizándonos de ese proceso de reconstrucción. “Uno de esos caminos”, dice el historiador Edward J. Watts, “puede fortalecer a nuestra sociedad; el otro la desgarrará”.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_