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editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Sorpresa en Guatemala

El líder progresista Bernardo Arévalo será el contrincante imprevisto de la conservadora Sandra Torres en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales

Un periódico muestra el resultado de la elección en Guatemala
Un hombre lee un periódico el lunes con los resultados electorales en Ciudad de Guatemala.JOSUE DECAVELE (REUTERS)
El País

Las elecciones del domingo en Guatemala confirmaron una previsión y arrojaron una gran sorpresa que cambia los equilibrios políticos del país centroamericano. La candidata presidencial más votada en la primera vuelta fue Sandra Torres, de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), una formación que viró desde posiciones socialdemócratas a postulados conservadores. Eso era lo previsto, según las encuestas. Lo que los sondeos no detectaron fue que la ex primera dama tendrá que enfrentarse el próximo 20 de agosto a Bernardo Arévalo, aspirante del progresista Movimiento Semilla. El resultado abre el horizonte de forma inesperada en un país descompuesto por la corrupción y en ruta hacia un modelo autoritario bajo el mando del actual presidente, Alejandro Giammattei, vencedor en 2019 contra Sandra Torres.

El creciente deterioro democrático había incluido en los últimos tiempos la persecución de jueces, activistas y periodistas, y dejó instalada la percepción de unas elecciones de mero trámite en que se iba a votar por el menor de los males. Las candidaturas con más visibilidad, tras una campaña marcada por las inhabilitaciones y las críticas a las autoridades electorales, se situaban en el espectro ideológico de la derecha y apuntaban al continuismo. Los electores, sin embargo, lanzaron un mensaje de rechazo del sistema de partidos tradicionales. El hartazgo quedó registrado en las urnas, donde la opción favorita fue el rechazo global desde la participación en las elecciones: el voto nulo alcanzó más del 17%, mientras que casi un 7% dejó en blanco la papeleta. Juntos suman casi el 25% del electorado.

El impulso del Movimiento Semilla fue lo más relevante de la jornada. Su candidato Bernardo Arévalo, que tenía una estimación de voto inferior al 3%, expulsó de la carrera a Zury Ríos, hija del dictador Efraín Ríos Montt, al diplomático Edmond Mulet y a Manuel Conde, representante del oficialismo. Ese inesperado resultado lo pone en condiciones de disputar la victoria a la derecha. La formación de Arévalo, hijo del expresidente reformista Juan José Arévalo Bermejo (1945-1951), apenas cuenta seis años de existencia: nació en 2017 de la mano de intelectuales y profesionales para ofrecer representación política a la ola de manifestaciones de 2015, la primavera democrática que derribó al exmandatario Otto Pérez Molina y tomó las calles para rechazar la corrupción sistémica destapada por la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG). Ocho años después, la situación es de nuevo desoladora. Con un centenar de opositores en el exilio y periodistas que destaparon la corrupción gubernamental como José Rubén Zamora en la cárcel, los resultados muestran que los votantes ya no están dispuestos a conformarse. Es urgente un cambio profundo en Guatemala, tanto en el modelo de gestión del Ejecutivo como en el respeto a la separación de poderes.

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