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In Memoriam
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

María Rosa de Madariaga, la gran historiadora del Rif

La autora, que falleció a los 85 años, era una verdadera autoridad en la región marroquí que tanto marcó el devenir de España en el siglo XX

Bernabé López García
La historiadora María Rosa de Madariaga, en una imagen reciente cedida por su familia.
La historiadora María Rosa de Madariaga, en una imagen reciente cedida por su familia.

Hace apenas tres semanas María Rosa de Madariaga dirigía en el jardín de las facultades de Ciencias de la Universidad Complutense unas palabras en recuerdo de los españoles deportados al campo de Mauthausen, ante el monumento erigido a las víctimas de dicho campo, en un acto convocado por el Foro de la Memoria y la Fundación Domingo Malagón, de la que era presidenta. A sus 85 años se mantenía firme en sus convicciones republicanas y en su activismo por la democracia y en contra del fascismo. Hasta su muerte, acaecida en Madrid el 29 de junio.

Su militancia por la libertad se extendía fuera de nuestras fronteras, especialmente en un tema en el que se convirtió en una autoridad: la historia del Rif, esa región marroquí que tanto marcó, trágicamente, el devenir de España en el siglo XX y que María Rosa de Madariaga supo desentrañar con rigor científico y constancia investigadora en una decena de libros fundamentales a lo largo de los últimos veinte años.

Sobrina de Salvador de Madariaga, nació en Madrid en 1937 y estudió Historia en la Universidad Complutense. Pero fue en París, ciudad en la que residió muchos años, donde a partir de 1966 completó su formación en lengua, literatura y civilización árabes en el Instituto Nacional de Lenguas y Civilizaciones Orientales y en la Universidad de París I (Panthéon-Sorbonne), en la que se doctoró bajo la dirección del historiador e hispanista Pierre Vilar, con una tesis que inicialmente iba a centrarse en el colonialismo español en Marruecos y que acabó centrada en las dos caras de la moneda, la española y la rifeña, en una tesis que se tituló España y el Rif: penetración colonial y resistencias locales (1909-1926).

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Según narra en la versión de ese trabajo que publicó en Melilla en 1999 (España y el Rif. Crónica de una historia casi olvidada), fue un viaje iniciático a Marruecos en 1969 el que le abrió todo un mundo por entonces olvidado en una España que había dado la espalda a Marruecos tras los desencuentros de una descolonización incompleta. En dicho viaje, desde Tánger a Alhucemas y Melilla, conoció de la mano de rifeños testigos de las campañas de Abdelkrim, los escenarios de la guerra y comenzó a entender la otra cara de la misma, la de la defensa de un pueblo contra una ocupación militar que desviaba los objetivos de un protectorado, cuya tarea debería haber consistido en promover el desarrollo del país.

En Casablanca, Kenitra y Rabat contactó con líderes como el ex primer ministro Abdallah Ibrahim, o Allal El Fassi, así como con el primo del propio Abdelkrim, el doctor Omar El Jatabi, que le permitieron entender el encaje paradójico y conflictivo de la cuestión rifeña en la historia de Marruecos.

Desde 1973, en que participó en el coloquio de París sobre el cincuentenario de la República del Rif invitada por Abderrahmán Yussufi, por entonces exiliado en Francia, con una ponencia sobre El PSOE y el PCE frente a la revuelta rifeña, sus contribuciones sobre temas hispano-marroquíes han sido numerosas, destacando el artículo de 1988 Imagen del moro en la memoria colectiva del pueblo español y retorno del moro en la Guerra Civil de 1936 en la Revista Internacional de Sociología. Sus colaboraciones en revistas como Historia 16 o La Aventura de la Historia fueron frecuentes hasta fecha muy reciente y en EL PÁIS publicó tribunas puntualizadoras sobre temas controvertidos, como la crisis del islote Perejil o la guerra química en el Rif, en el que, condenando el hecho, alertaba contra la instrumentalización de la historia por determinadas asociaciones o partidos en Marruecos y en nuestro país.

Pero su contribución esencial fueron los libros de tema rifeño, especialmente la biografía Abd el-Krim El Jatabi. La lucha por la independencia (Alianza, 2009), o los libros sobre el protectorado en Marruecos En el Barranco del Lobo. Las guerras de Marruecos (Alianza, 2005), Los moros que trajo Franco (Alianza, 2015) o Marruecos. Ese gran desconocido. Breve historia del protectorado español (Alianza, 2013).

En 2017 editó en francés y árabe en Rabat, junto con René Gallissot, la Mémoire de la Réunion, las memorias originales de Abdelkrim conservadas por el capitán intérprete Maurice Sagnes que acompañó hacia el exilio en la isla de la Reunión al líder rifeño y que solo vieron la luz 90 años más tarde tras unas vicisitudes rocambolescas del manuscrito. Ese mismo año publicó también una obra de divulgación, Historia de Marruecos (Catarata) en la que dejó clara su apuesta por un verdadero cambio en Marruecos que solo vendrá “de una auténtica democratización de las instituciones”.

Siempre disponible para ilustrar con sus escritos o su palabra lo que el Rif ha representado en la historia de España, el centenario de la batalla de Annual en 2021 fue una última ocasión de la activa participación de María Rosa de Madariaga en prensa, televisión y en un homenaje a Abdelkrim en la revista argelina de historia Naqd.

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