Putin ganará la guerra, pero no la razón

Prosigue la guerra. Decimonoveno día de una invasión que se recrudece y se prevé larga. Putin bombardea edificios residenciales y hospitales. No distingue entre objetivos militares y civiles. No se respetan los corredores humanitarios. Los muertos se cuentan por centenares. Familias rotas. Ganará la guerra, pero no la razón. Los ucranios resisten como auténticos héroes ante un agresor que dispone de un ejército más numeroso en tropas y armamento, demostrando un espíritu de lucha y de resistencia absolutamente admirables. Mientras Ucrania recibe armas y ayuda económica de Occidente, es urgente a la vez redoblar los esfuerzos diplomáticos para detener la sangría de civiles. Putin no se detendrá hasta arrasar Ucrania, como hizo en Chechenia. Las tropas rusas están a pocos kilómetros de Kiev, la capital. Es cuestión de días. Cuanto más se dilaten las negociaciones de paz, más muerte y destrucción habrá en el país. Aprendamos un poco de la historia para no cometer los mismos errores.

Patricio Simo Gisbert. Valencia

El 8M no es una fiesta

El pasado 8M recibí diversas felicitaciones por ser mujer, por lo visto la gente no ha comprendido nada por lo que llevamos luchando todo este tiempo. Entiendo que muchos lo hagan con buena intención y que piensen que están en lo correcto felicitándonos, asimismo como felicitamos el Día de la Madre o el Día del Padre. Sin embargo, no se trata de ninguna fiesta ni celebración para que las mujeres nos sintamos especiales o estimadas, lo que enmarca la conmemoración es la reivindicación de la igualdad de las mujeres en todos los aspectos, el reconocimiento de nuestros derechos y el reclamo de justicia. El 8 de marzo no celebres, reflexiona sobre las actitudes machistas que todos tenemos y sufrimos y sé un inconformista.

Elena Guasch. Gavà

Por sus hechos les conoceréis

La fama de centrista y moderado de que goza Alberto Núñez Feijóo sufre un serio descalabro al haber aceptado, sin más, que su partido en Castilla y León comparta el Gobierno regional con Vox. En cierta forma, me recuerda a la que también llegó a tener otro Alberto, Ruiz-Gallardón, al que se le vió el pelo de la dehesa cuando, siendo ministro de Justicia, presentó un anteproyecto sobre la ley de interrupción voluntaria del embarazo, con la regulación más restrictiva de la democracia española y que, de haber sido aprobada, hubiese alcanzado el dudoso honor de ser una de las más retrógradas de toda Europa. Por sus hechos les conoceréis.

Enrique Chicote Serna. Arganda del Rey (Madrid)

No castiguemos al pueblo ruso

El fanatismo no tiene límites y se encuentra en lo más obtuso que el género humano es capaz de desarrollar. Si a eso le añadimos la crueldad, el poder, el nacionalismo, obtendremos a todos los dictadores y sátrapas que la humanidad ha parido y sufrido. Pero ese fanatismo está presente también en la vida corriente. Algunos han decidido que para castigar a Vladímir Putin van a dejar de escuchar a Chaikovski o leer a Dostoievski. ¿Nos estamos volviendo locos? Los ciudadanos rusos son las primeras víctimas de Putin.

Natalia Ramos Soler. Barcelona