No están de moda

Diálogo, consenso, respeto, unidad... son realidades que no están de moda en la sociedad de hoy. Y es que corren tiempos oscuros para la unidad. Nos empeñamos en ver adversarios y no aliados, preferimos ver las diferencias a los puntos de unión, optamos por el disenso y no por el consenso. ¿Qué sociedad puede construirse sobre este clima de enemistad? Rojos y fachas. Izquierdas y derechas. Nos encasillamos, nos ponemos etiquetas entre nosotros haciendo hincapié en aquello que nos diferencia. Esto no aporta. Los primeros seguidores de la política del disenso social son nuestros políticos. ¿Los votamos para que se insulten en el Congreso? Pienso que no. ¿Creemos en el diálogo y el consenso o preferimos la política de la imposición por parte de la mayoría? Hay que decir basta. Basta a la división. Busquemos aquello que nos une. Necesitamos urgentemente el consenso, el respeto para alcanzar una sociedad justa como seguramente todos queremos.

Mateo García Masa. Madrid

Hay que velar por la educación

Desde la cercanía a las aulas, por mi trabajo de docente hasta hace dos años, me gustaría lanzar una propuesta en defensa de la calidad de enseñanza en circunstancias en las que la pandemia de la covid-19 sigue entre nosotros y ya que, de momento, no se puede prever el retorno a la normalidad que conocíamos. El curso pasado, la implementación de plantillas y la reducción de alumnos por clase fueron una solución para mitigar el riesgo de contagios, al tiempo que se pudieron atender mejor las necesidades del alumnado velando por una mayor calidad en su formación. No entiendo por qué este año se han de volver a llenar las aulas, como se hizo en años anteriores a la pandemia, si el cambio curricular que se está preparando en el Ministerio de Educación es bajar las ratios ayudando a los docentes a tener una dedicación individual y más cercana hacia sus alumnos.

Gema Abad Ballarín. Reus (Tarragona)

Denuncia creíble y creída

Cuando un pobre muchacho denunció que había sufrido un ataque homófobo hasta el extremo de la escarificación de las nalgas con un cúter, le creímos. Más tarde se desdijo confesando una acusación falsa. Lo que de verdad me aterra es que esa denuncia resultaba creíble y como tal fue creída por todos nosotros.

José Luis Vicéns Moltó. Cartagena (Murcia)

La Sierra de Nerón

Impactado y desolado escribo la presente. Desde mi azotea observó como Sierra Bermeja (nuestra Sierra, la de todos) es tomada por una riada de llamas. Avanzan altivas y descaradas. Hoy, Sierra Bermeja es la Sierra de Nerón. Sí, de Nerón, pues como ha denunciado valientemente un cargo público, nos podríamos haber adelantado. De Nerón digo, pues parece que hemos perdido tiempo tocando la lira. Eso parece. Pero no nace la presente como denuncia, no. Nace como llanto. Arde la Sierra, arden nuestros ojos, y arde la historia. Bulle el fuego. Escribió el poeta Cess Nooteboom: “Si los días tienen nombre, ¿por qué no los minutos?”. Hoy sabría responder a eso. Estos minutos, estas horas, no tienen nombre.

Francisco García Castro. Estepona

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