Irse o quedarse en el Frente Amplio por México: el dilema del PRD de cara a las presidenciales
El partido del sol azteca se debate entre plantar cara ante el “maltrato” del PRI y el PAN o seguir en la alianza opositora para garantizar su supervivencia
La bomba explotó el pasado miércoles en el seno del Partido de la Revolución Democrática (PRD). El Frente Amplio por México, la coalición que integra con el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI), anunció que solo cuatro aspirantes —dos panistas y dos priistas— habían cumplido con los requisitos para seguir como finalistas en la carrera por la candidatura presidencial de la oposición. La exclusión de Miguel Ángel Mancera y Silvano Aureoles, las dos últimas cartas perredistas para contender por la nominación, cayó como un balde de agua fría y desató las especulaciones sobre la permanencia del PRD en la alianza. Jesús Zambrano, el líder partidista, anunció el jueves una “pausa” hasta que se aclarara la decisión de dejarlos fuera. Para el viernes, Zambrano ya había insinuado que se mantendrían coaligados y casi al mismo tiempo, ambos aspirantes pidieron analizar que el partido fuera solo en las elecciones de 2024, unos comicios que serán clave para definir su supervivencia como fuerza política, en medio de la peor crisis de resultados de su historia. “Tenemos un dilema: si salvamos el registro bien, por nuestra cuenta, o contribuimos a ganar la presidencia”, reconoce Aureoles en entrevista.
El exgobernador de Michoacán había adelantado que este martes iba a a haber una mesa política para empezar a analizar esa disyuntiva y cerrar heridas al interior del PRD. Aureoles aclara, sin embargo, que no hay todavía una fecha definida, pero que espera que sea en estos días. En ese encuentro también está previsto que se solicite convocar al Consejo Político del partido para analizar su futuro, si se queda en el Frente o si va solo, aunque ese proceso tomará más tiempo. El también exlegislador espera que sea en las próximas horas cuando se le dé una aclaración de parte del Comité Organizador de la coalición opositora sobre los motivos de su exclusión de la contienda. “No pretendo hacerle ningún daño al Frente, pero las formas lastimaron innecesariamente”, afirma.
Han sido días turbulentos para el PRD. Encolerizados, Mancera y Aureoles no se guardaron nada para ventilar su descontento. El exjefe de Gobierno de Ciudad de México aseguró que les avisaron de que no estaban dentro apenas 15 minutos antes de la ceremonia oficial. El exgobernador de Michoacán fue más lejos: apeló la decisión ante las instancias correspondientes e insistió, al igual que Mancera, en que el partido valore si le conviene tener al PRI y al PAN como socios. Fue un duro golpe en el orgullo del antiguo partido de izquierdas, orillado a aliarse con sus rivales históricos para mantener el registro y después, aparentemente ninguneado.
En los últimos días, Mancera y Aureoles no han cerrado la puerta a buscar otras alianzas. El exgobernador michoacano ha comentado que no se puede descartar a Movimiento Ciudadano o a organizaciones civiles. “Si no hay el cuidado mínimo y el trato elemental, entonces no hay condiciones, no se puede soportar ese maltrato, no al costo que sea”, afirma.
El primer impulso de Zambrano fue cobijar a sus cuadros, de los pocos que no han abandonado el barco. Mancera es el coordinador de los tres senadores que le quedan al PRD y Aureoles, probablemente el último gobernador de extracción puramente perredista en dejar su cargo. El líder del partido se ausentó del primer foro que celebró el Frente opositor la semana pasada y el descontento perredista era tan patente que los cuatro aspirantes que quedaron en la contienda —Xóchitl Gálvez, Beatriz Paredes, Santiago Creel y Enrique de la Madrid— hicieron guiños para subrayar la importancia de que se queden en la alianza y de mantener la unidad en la oposición. Formar un bloque de contención contra Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador, ha sido el leitmotiv de una coalición heterodoxa y a menudo cuestionada por sus magros resultados en las elecciones de los últimos años.
Como socio minoritario de la coalición, el margen de maniobra del PRD parece ser estrecho. Es el integrante que menos votos aporta (se habla de un millón en todo el país) y tiene que remar una y otra vez a contracorriente para demostrar que no es irrelevante, que sigue siendo una alternativa política y que no está al borde de la desaparición. Zambrano mantuvo la posición de exigir que se aclarara por qué si sus correligionarios habían alcanzado el umbral de las 150.000 firmas, no pasaron el corte. Pero dio un nuevo golpe de timón. “El PRD se mantiene firme en el Frente Amplio por México”, dijo el sábado. “No seremos los esquiroles que le hagan el juego a Morena”, agregó en un video.
A partir del fin de semana, los mensajes públicos de Zambrano y sus alfiles parecían ir en direcciones opuestas, incluso con tuits del líder partidista en respaldo a Xóchitl Gálvez, senadora por el PAN. Aureoles asegura que está en constante comunicación con el presidente del partido, afirma que están “en la misma sintonía” y repite que no quieren ser señalados como “esquiroles”. El exgobernador considera, sin embargo, que el PRD privilegió el pragmatismo y las alianzas electorales en los últimos años y eso hizo que perdiera su identidad. “En lugar de ayudar, eso debilita a un partido pequeño y existe el riesgo de que el pez grande se coma al pequeño, de que las alianzas o los partidos mayoritarios te consuman, porque dejas de ser tú”, reflexiona. “Estamos disminuidos electoralmente, pero hay que cuidar la esencia del partido”, agrega.
“No es un berrinche, tengo claro que lo que más importa no son mis ambiciones personales ni las del partido, sino el país”, comenta. En esas coordenadas se han planteado todas las estrategias posibles: si puede más encabezar un bloque contra López Obrador, si es mejor apuesta ir solos para recuperar su identidad o si valdría la pena para el partido sondear una “tercera vía” y buscar un aliado con mayor afinidad ideológica. Aureoles dice “estar consciente del porcentaje que tenemos”, aunque asegura que si el PRD fuera solo obtendría alrededor de un 10% de los votos, pese a sacar en torno al 4% en las elecciones de 2021 y que la mayoría de las encuestas lo sitúan en ese nivel. Es un cálculo bastante optimista, pero también parte del juego político y las negociaciones. La decisión final será del Consejo Nacional, si es que finalmente es convocado. “No hay ruptura”, dice Aureoles, pese a todo.
Zambrano ha dado a entender que la “pausa” que anunció la semana pasada en los trabajos del PRD en el Comité Organizador acabará cuando haya una explicación coherente sobre lo que pasó. Lo que parece muy poco probable es que Mancera y Aureoles vuelvan a la contienda porque el Frente tiene pensado aplicar un nuevo filtro esta misma semana a partir de encuestas para que solo pasen tres aspirantes a la próxima etapa. “No tendría sentido regresar, el tema es que no nos dejen en una situación dudosa, que no digan que mentimos o hicimos trampa”, admite Aureoles. El exgobernador también descarta abandonar su militancia, sea cual sea la decisión que tome el partido sobre su futuro. El Frente tiene previsto anunciar su candidatura presidencial el próximo 3 de septiembre.
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