La Sonora Santanera, declarada patrimonio cultural vivo de Ciudad de México: “Este reconocimiento confirma que somos la original”
La agrupación que tiene el aval de la familia del fundador, Carlos Colorado, defiende su autenticidad en una rivalidad de décadas con el grupo que surgió tras la muerte del trompetista en 1986
El Zócalo de Ciudad de México está lleno. Alrededor de 80.000 personas esperan el inicio del espectáculo. Una bailarina aparece en el escenario. Danza con finos movimientos acompañada de una orquesta sinfónica. Pero no es el sonido de una pieza clásica, es el popurrí de una música popular conocida por la mayoría en la capital mexicana. Las voces en coro no dejan lugar a dudas: Fue en un cabaret / donde te encontré bailando… La Sonora Santanera está en la casa. Faltan tres días para el 14 de febrero, Día de San Valentín, y es un domingo especial para la agrupación porque durante el concierto el jefe de Gobierno de Ciudad de México, Martí Batres, les entregará un pergamino que declara al grupo Patrimonio Cultural Vivo de Ciudad de México “por su invaluable contribución a la música nacional y a la fiesta popular a lo largo de 70 años de trayectoria”. Llegado el momento, Yolanda Almazán, la viuda del fundador y trompetista de la Sonora, Carlos Colorado (1935-1986), recibe el reconocimiento y agradece a nombre del músico, “donde quiera que esté”. Norma Colorado, la hija de ambos, asegura enseguida: “Hemos recorrido un camino difícil”.
Gilberto Navarrete, el director general de la agrupación, dice a este periódico que la declaratoria es un “respaldo del Gobierno a la originalidad” del grupo frente a otros que usan su nombre. Una de sus prioridades es precisamente defender la autenticidad.
Sin embargo, la confusión prevalece para el público. Al buscar en Spotify, por ejemplo, el panorama se hace difuso. Los resultados arrojan a una Sonora Santanera con la insignia de verificación —una paloma azul— pero los álbumes, las canciones, las colaboraciones y las imágenes son una mezcla del conjunto que recibió el reconocimiento —y que en algún momento se llamó la Sonora Santanera de Carlos Colorado— y de los materiales de la que se ha denominado La Única Internacional Sonora Santanera cuyas colaboraciones con músicos como Julieta Venegas, Roco de Maldita Vecindad, María José o Rubén Albarrán de Café Tacvba se hicieron populares. A esta última el grupo reconocido la acusa de usurpación. “La Sonora Santanera es de los mexicanos, pero tiene una dueña y es la señora Yolanda Almazán”, afirma Gilberto Navarrete.
Un pleito de décadas
La historia de la disputa por el nombre y los derechos de autor y comerciales se originó en 1986, el año en el que Carlos Colorado murió en un accidente vehicular cuando el grupo se trasladaba a una presentación en Aguascalientes. El conductor perdió el control del autobús a la altura de Cuautitlán Izcalli (Estado de México) y la unidad volcó. Seis meses después, los músicos sobrevivientes le pidieron permiso a Yolanda Almazán para seguir trabajando con el nombre original. “Firmaron un papel donde ellos se comprometían a seguirle pagando a la señora lo que ganaba Carlos Colorado […] Años después del 86, la señora detecta que ya casi no le daban dinero y va a las oficinas. Se da cuenta de que era un desastre: todo muy mal administrado, los músicos tenían muchos problemas entre ellos. Abusaron de su confianza”, explica Navarrete.
Las diferencias se agravaron a partir de 2004, cuando los músicos Arturo Ortiz y Antonio Méndez, que se habían integrado a la Sonora Santanera original en 1973 y 1974, respectivamente, registraron ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) el nombre La Única Internacional Sonora Santanera. “Ellos hacen su propia agrupación y ellos dicen que son los originales. Después de ahí van con Sony Music que, de una manera que no debió haber sido, los firma y ahí es donde entra un gran problema porque ellos adoptaron la agenda, oficina, disquera, televisora, sin tener los derechos”, relata.
Después de un largo proceso legal, en octubre de 2022, el IMPI determinó nulificar la marca “La Única e Internacional Sonora Santanera” y acreditar a Yolanda Almazán como única dueña del nombre Sonora Santanera. “Actualmente en México no debe de haber ninguna otra Sonora Santanera porque precisamente este proceso de limpieza ya se está dando. Hoy difícilmente vemos que se presente alguna Sonora Santanera por ahí”, explica el director general.
Las rivalidad continúa
Diez días antes del concierto de la Sonora Santanera en el Zócalo de Ciudad de México, la agrupación de Ortiz y Méndez hizo una publicación en su cuenta de Instagram para desacreditar la difusión del evento. Con una imagen que resaltaba la palabra “Falso” en letras rojas, señalaban: “A todos nuestros fans que nos han escrito y llamado a la oficina para preguntar si somos nosotros. La respuesta es NO. Claramente están utilizando nuestro logo e imagen para engañar a la gente. La Única, la internacional, doble ganadora del Grammy, NO se estará presentando. Es otra dizque Sonora. ¡No se dejen engañar!”.
Este grupo sigue ofreciendo conciertos con regularidad y en su propaganda de redes sociales ahora se nombra como “La Única Internacional Sonora de Arturo Ortiz y Antonio Méndez”.
El nombre original de la Sonora Santanera, fundada en 1955 por Carlos Colorado —que nació en Barra de Santa Ana, Tabasco, en 1935— era Tropical Sonora, pero durante una presentación en el teatro Follies Bergere, que existía en las inmediaciones de la Plaza Garibaldi, en Ciudad de México, el cómico Jesús Martínez Palillo los rebautizó como “La Sonora Santanera” en 1959.
Casi 70 años después del nacimiento del conjunto tropical, que se cumplirán en 2025, la Sonora Santanera tiene entre sus filas a integrantes que en su mayoría son jóvenes con estudios musicales. El menor de ellos, el trompetista Iván Navarrete, tiene 23 años. El rango de edades abarca hasta los 53 años. Entre los vocalistas están: César Chaim, Luis Chávez y Ricardo Hernández, y la cantante principal es María Fernanda Alvo, ganadora de la sexta generación de ‘La Academia’ —el programa de TV Azteca—. Alvo se integró a la agrupación en 2010 con el álbum homenaje a Sonia López.
“Tenemos la obligación quienes integramos la Sonora Santanera y quienes vengan a posterioridad de cuidar que esta música se siga transmitiendo a nivel generacional, porque es parte de un ADN que tenemos todos los mexicanos”, dice Gilberto Navarrete.
En el Zócalo de la capital, la noche del 11 de febrero, cuando al concierto le quedaban algunas canciones antes del final, llegó el momento de Perfume de gardenias, uno de los clásicos. Sonó la sección de cuerdas de la orquesta sinfónica, después las trompetas, el piano, las congas y la cadencia completa de un sonido que le pertenece a la ciudad y al país entero.
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