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Tainy, el productor de Bad Bunny y Daddy Yankee, sobre la música mexicana: “Al reguetón también le decían ‘eso no es música’ o ‘es una moda”

El artista puertorriqueño, uno de los más relevantes de la música actual, conversa acerca de su álbum de debut, ‘Data’, el futuro de la música latina y el éxito del regional mexicano

Tainy, productor musical puertorriqueño
El productor musical Tainy, en Ciudad de México, el pasado 3 de julio.Nadya Murillo
Rodrigo Soriano

Unos vinilos, varios altavoces de adorno y un cuadro con un dibujo de anime. La decoración de la sala en la que el productor musical Tainy (San Juan, Puerto Rico, 33 años) atiende a EL PAÍS es reflejo de la pasión que el artista tiene por la música. “Mucha gente me conoce por trabajar en el género del reguetón y lo que he podido aportar a la música dentro del género. Pero, a la misma vez, soy un fanático de la música en general”, cuenta. Marcos Efraín Malís —su nombre real— es una pieza clave de las que han llevado al reguetón moderno a dominar el tablero de la música internacional, trabajando con artistas de renombre como Bad Bunny, Daddy Yankee o Rosalía. Todo ello, iniciando su carrera cuando solo tenía 14 años. Hace unos días —y junto a algunos de los grandes exponentes del género—, lanzó Data, un disco con el que debuta y con el que busca mostrar los sonidos que le han acompañado y experimentar los horizontes musicales de otros estilos. Tainy habla con este diario desde una pequeña habitación del centro de Ciudad de México acerca de su exitoso álbum, el futuro de la música latina y el éxito del regional mexicano.

Es un tipo cercano, que habla con un tono desenfadado. “[En el disco puedo] no estar cantando, no estar hablando de las cosas que me gustan y lo que soy, de donde vengo. Pero como productor puedo mostrar algo más, enseñando las influencias, lo que me gusta hacer y, a la misma vez, influir y mezclar la música con la que la gente me conoce, que es el reguetón”, afirma. Dio sus primeros pasos de la mano de los Luny Tunes, un importante dúo de productores del género urbano que dejaron una importante huella durante las décadas del 2000 y del 2010. Le dieron su primera oportunidad cuando él tenía 14 años. “Son la razón por la que decidí hacer música, por la que aprendí a encontrar mi sonido y poder tener la primera oportunidad entrando en la música como profesional. Fue el sello, y lo que me ayudó a hacer todo lo que hice en mi carrera. No tenían ninguna obligación, ya tenían su estatus. Escoger a este chamaquito de 14 años y ponerlo a trabajar con ellos es algo que siempre les voy a agradecer”, asegura.

Tainy, durante la entrevista con EL PAÍS.
Tainy, durante la entrevista con EL PAÍS. Nadya Murillo

Una persona de su equipo habla con él, y le da una sudadera holgada. Su vestimenta refleja el estilo urbano de los artistas del reguetón: gorra, camiseta ancha, pantalón corto... Bajo la gorra se entrevén algunos cabellos tintados de rosa, que recuerdan a la portada de Data. Publicado el 29 de junio, el disco ya ha sido un éxito. Ha sido el tercer mejor debut de un álbum en los últimos días (entre el 30 de junio y el 2 de julio) en Spotify, la plataforma musical de referencia, solo por detrás de Pink Tape, del rapero estadounidense Lil Uzi Vert, y de Nata Montana, del mexicano Natanael Cano. La imagen del disco muestra el rostro de un personaje de anime, un estilo de animación japonés que también ha tenido influencias en su carrera. “[Del anime me interesó] el gusto al arte, los dibujos y cómo se ven. Pero también la imaginación, hizo que me interesen las cosas que quizás no son tan literales y que solamente pueden pasar en la vida real. Expandirme dentro de esa área también me ha ayudado”.

Su voz nunca suena, pero deja que sus temas hagan ruido en la amplia escena musical marcada por el género urbano. Data es un paseo sonoro de 19 canciones en las que Tainy ha tratado de dar un giro al reguetón moderno, y donde le acompañan algunas de las estrellas del género. “Es complicado [reunirlos en un mismo álbum], pero no es algo malo, al contrario. Mucha gente con la que trabajaba y trabajo son tan globales, están girando el mundo, haciendo tantos proyectos que es complicado coordinar tiempos, sesiones de estudio, que yo les envíe música y ellos puedan sacar un estudio donde grabar voces...”. El disco mantiene algunos ritmos clásicos del reguetón, pero entremezcla estos sonidos con los de la electrónica. Ha tratado de arriesgar, y ha movido a los artistas a un escenario diferente, sacándolos de su zona de confort. “Fue algo cool, y me gustó su disposición. Hay algunos que salen dos canciones, otros salen una vez, o su canción suena diferente a como la gente los conoce. Creo que eso también era algo que quería explorar, poder darle giros diferentes a artistas como Sech. Poder como productor y con mi conocimiento ver cómo es su voz, cómo es su delivery [entrega] a la hora de cantar y conocer otros ritmos, otras texturas”.

El reguetón se ha convertido en el género omnipresente del panorama de los últimos años —alcanzando escenas urbanas en todo el mundo— y ha sido un fuerte impulsor de la música en español. “Creciendo en Puerto Rico, y haciendo esta música, uno creía que llegaría hasta cierto punto, y con eso ya era feliz. Es increíble poder ver todo lo que ha pasado desde ese punto hasta el sol de hoy, y ver lo que han podido representar los músicos y artistas a la comunidad latina”, reflexiona. El género estuvo apartado, estigmatizado durante décadas por los prejuicios clasistas. En los últimos años, su dimensión ha roto con este cerco. “Estos artistas [los del reguetón] rompieron la barrera, y los que están ahora no tienen miedo de ser quienes son”.

Los nuevos artistas ya no tienen miedo de ser quienes son
Marcos Efraín Malís, Tainy

Los prejuicios también han acompañado históricamente a otros géneros del panorama, como el rap o el regional mexicano, el estilo de música que ha conseguido sacar músculo durante los últimos meses en las listas de éxitos. “Me saca una sonrisa, por ahí venía el reguetón también, pasando las mismas [críticas]: ‘eso no es música’, ‘esa es una moda’, ‘solamente pasó aquí, pero solamente se va a quedar en esa parte’… Para mí todo tiene sentido en la vida. Todo pasa por el momento que tiene que pasar. Hay muchas cosas que se tienen que entrelazarse para que puedan pasar de cierto punto a otro, y si lo estamos viendo ahora es porque le tocó ya su momento”.

Tainy muestra cercanía ante la explosión de la música mexicana actual, que ha comenzado a romper las fronteras en las que se veía encajado: “Para mí es increíble, y me llena de alegría que se consuma más música en español y que crezca el paladar auditivo de la gente. Estoy loco por ver donde siguen llegando y cómo pueden unirse un poquito más los diferentes géneros, las diferentes culturas”. El productor abre la puerta también a poner su grano de arena en el género. “Estoy abierto a cualquier cosa que se trabaja en la música, que me inspire, que se trabaje con gente buena, con intenciones y propósitos que van a ayudar a seguir sacando música que la gente pueda disfrutar. Yo estoy 100% ahí”, sentencia.

El chico que con 14 años que daba sus primeros pasos en la industria con los Luny Tunes, habla ahora con ellos de tú a tú, como otro de los pesos pesados. “Tenerlos ahí, en la esquina, y pensar ‘¡wow!, si a ellos les gusta, me siento mejor, a la gente le puede gustar’ […] Seguir teniendo esa aprobación de ellos, que se sientan orgullosos de lo que pueden lograr es uno de los sueños que quería lograr dentro de este proyecto. Nada mejor que llegar a un sentido de familia, con mis influencias, con las personas que veía como dioses cuando yo estaba pequeño”.

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Rodrigo Soriano
Es periodista de EL PAÍS en la redacción de Ciudad de México. Estudió Periodismo en la Universidad de Valencia y es máster por la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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