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Alonso Ruizpalacios: “Mis películas son muy barrocas, pero sí me gustaría en la madurez transitar hacia la sencillez”

El director de cine mexicano, galardonado con seis Arieles por ‘Una película de policías’ , acusa a Televisa de ser “la gran culpable de la educación sentimental e intelectual de la población”

Alonso Ruizpalacios en Coyoacán, Ciudad de México
Alonso Ruizpalacios en Coyoacán, al sur de Ciudad de México, el 14 de octubre de 2022.Nayeli Cruz
Carmen Morán Breña

Un niño se acerca a vender mientras el director de cine Alonso Ruizpalacios está frente a las preguntas de esta entrevista en la terraza de una cafetería. “Ahorita no, gracias”, le dice. “¿Por qué nadie me deja hablar nunca?”, se queja el muchacho, “yo solo quiero sacar una plata para hacerle un altar [de Día de Muertos] a mi papá”. Resulta que el chavito vende películas de cine, pero ahorita, no, gracias. Ruizpalacios opta por darle algunas monedas y le pregunta qué pondrá en el altar. “Su foto, flores de cempasúchil, una vela, frutas, dulces…”. Y lo que a él le gustara, ¿qué era? “Mojarras”, suelta, sin dudar. Parece la escena misma de una película. Luego, Ruizpalacios (Ciudad de México, 44 años) dirá que México es un escenario perfecto para filmar. Y tanto. La última obra del director, Una película de policías, acaba de ganar seis premios Ariel en el certamen mexicano, celebrado el martes pasado, a la mejor dirección, guion original y largometraje documental, donde Tatiana Huezo y su Noche de fuego fueron las más premiadas.

Pregunta. Todo lo que toca resulta premiado, Güeros, Museo… Qué éxito.

Respuesta. Ja, ja, no sé, es mucho trabajo, mucho rechazo por el camino, ahora acabo de filmar una película, La cocina y tardé mucho tiempo en hacerla porque nadie la quería financiar, nunca me costó tanto trabajo levantar una película.

P. Pero usted ya tiene un buen aval que presentar, ¿cómo es posible?

R. Hay mucha gente haciendo cine y muy bueno, uno no se puede dormir en los laureles, hay jóvenes que vienen con lenguajes increíbles.

P. ¿Adónde quiere llevar su carrera?

R. Solamente tengo una pequeña lista de películas, de ideas en mi cabeza que quisiera hacer, algunas en particular me gustaría no morir antes de hacerlas, pero fuera de eso son solo metas muy personales, cada vez que veo una película de ciertos directores me doy cuenta de cuánto hay por aprender. Ayer veía una de Kiarostami, qué simpleza y madurez, me siento tan lejos de poder lograr algo así, o el turco Nuri Bilge Ceylan. Llegaron a una síntesis del lenguaje y a una filosofía de vida muy palpable.

P. ¿Eso anda buscando, una sencillez poética?

R. Mentiría, porque mis pelis son muy barrocas, pero sí me gustaría en la madurez transitar hacia eso. Creo que era Miles Davis quien decía que te llevas 20 años para encontrar tu voz.

En la foto, el actor Raúl Briones, protagonista de 'Una película de policías'.Vídeo: Netflix

P. Dice que México es un gran escenario para rodar, poco explotado.

R. Sí, me encanta filmar en México y espero siempre poder hacerlo, creo que es un lugar que no se ha contado a sí mismo tanto como otros países, como Francia o Estados Unidos, aunque tiene una historia grande de cine, pero tuvo un gran declive en los setentas y ochentas, luego se empezó a levantar y apenas el mexicano está redescubriendo su voz y esta tradición de verse reflejado en su propio cine. Por eso los documentales están tan fuertes. Por otro lado, es el acto mismo de filmarlas aquí, La cocina, salvo los exteriores en Nueva York, la hemos filmado en los Estudios Churubusco, y bromeaba con mis colegas, en este polvo, decíamos, está la piel de Buñuel o el Indio Fernández, de la época de oro.

P. El actual cine mexicano parece tener dos vertientes, la que transita por los pueblos originarios y la violencia que se vive en el país y otro más de experiencias personales que pueden ser universales.

R. Lo veo como parte de un proceso de entenderse, el mexicano ni siquiera sabe qué es la mexicanidad y siento que se encuentra representando lo que cree que se espera de la mexicanidad en el exterior y se vuelven a contar esos clichés, yo lo que intento es tratar de ver más allá de los clichés, no siempre lo logro. Ahora hay una gran cantidad de películas sobre desapariciones forzadas, etcétera, y hay una razón muy fuerte para eso, es una realidad. En realidad, no es un cliché, sino que el arte está respondiendo a la realidad que vivimos y es importante contar eso, pero también ver más allá y contar otras cosas. Pero a mí me interesan más las cosas que se van por el tercer camino, por un viaje muy personal.

P. ¿Cómo es el espectador en México?

R. Nos educaron las telenovelas. Televisa es la gran culpable de la educación sentimental e intelectual de la población y del rezago enorme que hay. Pudimos haber tenido la BBC, cultural, educativa, y en vez de eso tuvimos esa televisión condescendiente, racista, machista que fue Televisa y luego TV Azteca, que consumimos durante décadas sin otra opción y eso nos marcó como espectadores, la inclinación hacia el melodrama, lo impactante, poca paciencia por el arte, la sutileza, los discursos complejos y las áreas grises. Ahora, los milenials están en internet y la televisión les trae sin cuidado, eso es muy potente, los chavitos hablan un lenguaje más elaborado.

P. En todo el mundo se habla del cine mexicano, del famoso trío Cuarón, Del Toro e Iñárritu, entre otros.

R. Los llamados Three amigous… A excepción de Del Toro, que es muy generoso y activo en apoyar con becas a mexicanos que quieren ir a estudiar animación al extranjero, que siempre está haciendo de mentor, no hay mucho interés de parte de los otros... No hacen cine mexicano, hicieron esas películas grandotas, Roma y Bardo, que se filmaron en México, pero no creo que sea cine mexicano.

P. ¿Hay algo concreto que sea cine mexicano?

R. No, en realidad, no, lo digo como provocación.

P. ¿Para qué sirven los premios, usted que tiene varios?

R. Es una pregunta relevante que no hay que dejar de hacerse, la respuesta va cambiando a lo largo de la vida artística. Inicialmente, es un aliciente para volver a filmar, pero luego, ves un gran componente político en ellos y una lista de grandes películas a las que dieron la espalda. No son necesariamente garantía de calidad. Es lindo recibir un premio, pero yo he sido jurado y te das cuenta de que es un ejercicio en el que a veces gana el menos polémico, esa es la verdad.

P. ¿Esta transición entre el antiguo cine y las grandes plataformas está siendo una buena época?

R. Es complejísimo. Siento que falta tiempo para saber si fue una buena época o no. Las plataformas son un arma de dos filos. Es emocionante esa supuesta democratización de ver en streaming algo a lo que antes no podías llegar, pero sabemos que las plataformas funcionan con algoritmos… Mis películas están en Netflix, pero hay que buscarlas como a una aguja en un pajar. Está esa caricatura de Netflix, un tipo tratando de encontrar algo nutritivo en medio de la basura, eso es Netflix. Hay una burbuja de contenido que es como la fiebre del oro, todo el mundo está corriendo para hacer contenidos, compañías que no tienen nada que ver con eso, el solo hecho de que lo llamen contenido… Eso sí es la muerte del cine, pero vaya, Godard ya la vaticinó hace mucho tiempo, seguramente ya estemos en un poscine que ni siquiera logramos entender.

Los directores de cine David Gaytán y Alonso Ruizpalacios posan con su Ariel a mejor guión adaptado por 'Una película de policías', durante la entrega de los premios Ariel el pasado 11 de octubre.
Los directores de cine David Gaytán y Alonso Ruizpalacios posan con su Ariel a mejor guión adaptado por 'Una película de policías', durante la entrega de los premios Ariel el pasado 11 de octubre.Isaac Esquivel (EFE)

P. Netflix también ha aportado un nuevo canal para hacer cine.

R. Sin duda, mucha gente puede encontrar ahora la posibilidad de hacer cine, la pregunta es qué filmar, y si tener los medios es suficiente para contar algo. Es una época bien complicada, pero no se puede equiparar la experiencia en la sala, crecí y me enamoré del cine en la sala. Ahora se da por hecho que una película es algo que puedes no ver de corrido, que puedes estar testeando y cuando ves las horas de trabajo que involucró, los cientos de personas, para que termine siendo visto de esa manera, con interrupciones… Se pierde el 90% de la película, mientras cenas, hablas.

P. En las salas también está el que se come dos hamburguesas a tu lado, el que devora con estruendo las palomitas. Más parecen un restaurante.

R. Eso es muy mexicano. Antes iban familias con un pollo frito y se lo repartían allí, madre mía... Es tremendo.

P. ¿Cree en las subvenciones a la cultura?

R. Es una obligación del Gobierno, está estudiadísimo. México está por debajo del presupuesto recomendado para Cultura. La cultura promueve la paz, la educación, el bienestar, algo vital en un país tan violento y violentando como México. Sin cultura no hay país.

P. El cine iraní, asiático, están pisando muy fuerte.

R. Hay una ola de cine iraní fantástica, son gente que se comunica, que ven los unos las películas de los otros, que comparten tema, estilo y lucha, el cine iraní es fascinante. Y Corea igual, y ahí sí hubo un gran apoyo estatal, porcentajes estrictos para proteger el cine nacional en las carteleras. Todo cambió, una explosión de autores. Los coreanos consumen su cine, como Francia, como la India.

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

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