Ciudad de México recibe a su nuevo ahuehuete y a las familias de los desaparecidos en el Paseo de la Reforma
La capital mexicana reemplaza una emblemática palmera ante el reclamo por el espacio para recordar a los 100.000 desaparecidos de México
La glorieta de la Palma en Paseo de la Reforma desde este domingo es dos cosas al mismo tiempo: el depósito de un ahuehuete que adorna la emblemática avenida y la sede que rememora a los más de 100.000 desaparecidos de México. El Gobierno de la Ciudad de México ha sembrado durante la madrugada del domingo el árbol que sustituye a una palmera que durante más de 100 años decoró el distrito financiero y turístico de la capital de México. Por la mañana, activistas y madres de mexicanos desaparecidos añadieron, por su cuenta, retratos de sus rostros alrededor del árbol para recordar a las autoridades la tarea pendiente de hallarlos. No ha habido disputa por el sitio, más bien solo una extraña convivencia.
El nuevo ahuehuete de Paseo de la Reforma viajó 870 kilómetros en carretera desde Montemorelos, Nuevo León, y reemplaza a la palmera que fue colocada a principios del siglo XX. Tras un diagnóstico mortal en abril, al verse afectada por un hongo, la palmera tuvo que ser talada. El Gobierno de la ciudad lanzó entonces una encuesta virtual para seleccionar al nuevo inquilino de la glorieta. El ahuehuete requerirá, en principio, de unos 100 a 400 litros diarios de agua de riego, según ha contado Rafael Obregón, director del Sistema de Áreas Naturales Protegidas de la ciudad a este diario. El ejemplar recién sembrado permanece frágil al centro de la glorieta, sostenido de algunas cuerdas.
Alrededor del ahuehuete decenas de activistas y familiares de desaparecidos han colocado los retratos de algunos de ellos. Tras el retiro de la palmera, diversas organizaciones reclamaron el espacio al Gobierno de Ciudad de México que hizo oídos sordos a su petición e instaló un cerco mientras concretaba la siembra de un nuevo árbol. Los manifestantes han hecho vigilias durante semanas y han intervenido la glorieta con letreros y pintas. La petición de un espacio para exigir la búsqueda de los desaparecidos en Ciudad de México estaba inspirada en otros espacios como la Plaza de Desaparecidos, en Monterrey, o la Glorieta de los Desaparecidos, en Guadalajara, donde los activistas renombraron los sitios.
La inauguración ha sido hasta cierto punto bipolar: por un lado de la glorieta las familias de los desaparecidos han estado exigiendo atención y justicia, mientras del otro una batucada ha animado con disfraces el domingo familiar en el Paseo de la Reforma. La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, ha dado un discurso en el que ha reconocido a los activistas y después se ha acercado a hablar con ellos. “Es fundamental hablar de los desaparecidos y desaparecidas que hoy están manifestando en este emblemático lugar de Reforma”, mencionó. Mientras Sheinbaum hablaba, los manifestantes gritaban. La jefa de Gobierno ha intentado darle un significado al nuevo árbol, aunque encontró varios: “grandeza de México”, “amor por la naturaleza”, “lucha por la justicia”, “lucha por la paz”, “reconocimiento del momento histórico que está viviendo nuestro país”.
El Paseo de la Reforma fue trazado en el siglo XIX por petición del emperador Maximiliano de Habsburgo, e inspirado en los Campos Elíseos de París. Fue nombrado como Reforma tras el triunfo del presidente Benito Juárez sobre el Segundo Imperio Mexicano y desde siempre ha sido el lugar de encuentro de los mexicanos: manifestaciones, conciertos, celebraciones nacionales, desfiles y paseos. Sede de la memoria histórica de México: por sus calles han desfilado los líderes de la Revolución mexicana y casi todos los presidentes contemporáneos. En sus aceras permanecen emblemáticos monumentos como el Ángel de la Independencia y la Diana Cazadora; desde hace algunos años también están algunos antimonumentos en protesta por acontecimientos como la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, el incendio de la guardería ABC en Sonora y los 65 mineros atrapados en Pasta de Conchos.
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