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Santiago Creel: “Estamos en unas circunstancias de vetos recíprocos. ¿Qué nos queda? Dialogar”

La dirección del PAN se reúne con el secretario de Gobernación y define una agenda centrada en seguridad, salud, energía y economía

Francesco Manetto
El diputado del PAN Santiago Creel
El diputado del PAN Santiago Creel, en la sede de la formación el pasado jueves.Hector Guerrero

La oposición al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador aún no se ha recuperado del descalabro electoral de 2018 y, pese a que el pasado 6 de junio el proyecto del presidente tocara techo en las urnas, tiene un margen de acción limitado en el Congreso. En un último intento de recobrar la iniciativa, en el bloque opositor se ha gestado una propuesta de diálogo que, de la mano del vicepresidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, el panista Santiago Creel, busca desbloquear la situación de estancamiento. “Estamos en unas circunstancias de vetos recíprocos. ¿Qué nos queda? Dialogar”, enfatiza en conversación con EL PAÍS el veterano dirigente del Partido Acción Nacional (PAN). El político lanzó el guante a principios de diciembre y se reunió con el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, para definir una agenda. Este lunes el titular de esa dependencia acordó con la cúpula de la formación, encabezada por Marko Cortés, un calendario de conversaciones sobre seguridad, salud, energía, economía, democracia y medio ambiente. Las citas comenzarán el 10 de enero.

“Estamos viviendo una situación totalmente atípica en un sistema democrático por la falta de diálogo del Gobierno con los distintos partidos de oposición. El presidente en tres años no ha cruzado una sola palabra con el principal líder de la oposición, que es el PAN. La polarización está a la orden del día. Se ha generado una división en la sociedad que antes no existía o no existía en esta dimensión de leales y traidores, buenos y malos”, considera Creel. Sentado en su despacho del Comité Ejecutivo Nacional del partido, el legislador defiende que “el primer reto no solamente es dialogar: es enfocar ese diálogo a los problemas nacionales y que sea un diálogo político con un puerto de arribo”. Es decir, continúa, “queremos dialogar para evitar los grados de violencia en los cuales vive el país, para poder enfrentar de una mejor manera una economía volátil e incierta, con una alta inflación”. En su opinión, ha aumentado la desconfianza de los inversores, “lo que va a repercutir naturalmente en el empleo, en los salarios, en los propios ingresos” del Estado.

“No queremos regresar al pasado con un monopolio en el que el proveedor de energía que el mismo que pone los precios y las tarifas. Eso no funciona. Y entonces todo esto hay que hay que platicarlo, discutirlo, dialogar críticamente. Esa es, digamos, la fuerza y la motivación que da como resultado esta convocatoria que le hacemos nosotros como principal partido oposición al presidente de la República. ¿La debió haber hecho él? Sí, desde el primer día”, sigue Creel, quien cree la disposición de López Hernández durante el primer encuentro “fue buena”. “Vamos a intercambiar agendas, las vamos a estudiar con mucho detenimiento y una vez que lo hagamos, entonces vamos a definir la segunda etapa del diálogo. Digamos que, primero, método y agendas y después vamos a ver cómo se desarrolla y se desenvuelve un diálogo con miras a atacar los grandes problemas del país”.

Santiago Creel durante la entrevista.
Santiago Creel durante la entrevista. Hector Guerrero

El secretario de Gobernación ha defendido que el Ejecutivo sí ha estado abierto al diálogo también durante la primera parte del sexenio y planea reunirse con otros líderes opositores, del PRI y del PRD. “Siempre van a encontrar en nosotros, como hasta ahora, respeto. No se nos olvida que son cientos de mexicanos los que nos tienen en esta representación y no podemos darnos el lujo de excluir a ninguno”, ha asegurado. Esta declaración de intenciones contrasta con la actitud cotidiana del presidente, que ha hecho de la Cuarta Transformación un ejercicio de ruptura con las pasadas Administraciones del PRI y del PAN y esta mañana ha lanzado un aviso a sus adversarios con vistas a 2024: “Que no se hagan muchas ilusiones, porque en una de esas triunfa un presidente, una presidenta, que continúe con la misma política”.

Algunas de las líneas maestras de esa política, como la reforma eléctrica, se encuentran estancadas en el legislativo porque Morena y sus aliados no cuentan con los números suficientes para acometer una reforma constitucional, es decir, dos terceras partes de los legisladores. “Entonces, si no van a avanzar los proyectos del Gobierno, los proyectos de fondo, pero tampoco van a avanzar los de las oposiciones, porque estamos en unas circunstancias de vetos recíprocos. ¿qué nos queda? Dialogar. No hay más. O el país está parado ¿y eso qué consecuencia tiene? Perjudica al bienestar. La política o sirve para mejorar el bienestar o no tiene sentido hacer política”, resalta.

Con todo, este paso esta rodeado de un gran escepticismo incluso en las filas opositoras. “Vamos a ver si el Gobierno quiere dialogar o quiere hacer que dialoga, quiere dialogar de las realidades o quiere simular un diálogo para encubrir apariencias. Quiere dialogar para resolver los problemas o quiere dialogar para enredarnos y seguir en la misma situación en que nos encontramos en los primeros tres años. Es decir, si quiere hacer gatopardismo de esta convocatoria”, dice en referencia a la paradoja de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, cambiarlo todo para que nada cambie. “Eso va a depender de él [el mandatario] y nadie más que de él. Si quiere realmente enfrentar la democracia y la pluralidad, las distintas visiones, no solamente su visión, su proyecto, su historia”.

Para el PAN, para que las conversaciones avances no puede haber líneas rojas o condiciones iniciales. “No debe haber, de entrada, anatemas en una mesa. Y me refiero a este todo se puede dialogar. Sin embargo, hay cuestiones en las que muchos de nosotros no estamos dispuestos a conceder ni a claudicar. Pongo algunos ejemplos: las autonomías de nuestros órganos constitucionales. Si el presidente quiere discutir temas electorales, por supuesto que vamos a discutirlos”, concede Creel. “Pero si eso significa mermar la autonomía y la independencia del árbitro electoral, pues no estamos de acuerdo”.

El PRI y el PRD aún no han movido nuevas fichas, pero el líder priista, Alejandro Moreno, dejó claro la semana pasada que su formación siempre ha mantenido cauces de diálogo con el Gobierno. López Obrador intentó, de hecho, negociar con sus bancadas un apoyo a la reforma eléctrica que por el momento no ha conseguido. Al mismo tiempo, el presidente y dirigentes de Movimiento Ciudadano como los gobernadores de Nuevo León y Jalisco, Samuel García y Enrique Alfaro, han escenificado en los últimos meses una relación cordial en distintos encuentros. Este fin de semana el jefe de Estado se reunirá con los demás gobernadores “para ver temas de seguridad, de protección civil y otros asuntos”. “Hay bastante coordinación, trabajo conjunto con los gobiernos estatales y municipales”, ha resumido López Obrador.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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